UN CONCIERTO FORMIDABLE
Orquesta
Nacional de Música Argentina “Juan de Dios Filiberto”, Director: Gustavo
Fontana. Solistas: Pablo Bercellini (Violonchelo) y Lautaro Greco (Bandoneón).
Programa: Obras de José María Castro, Pablo Escande, Lisandro Adrover y Juan Carlos
Zorzi . CCK-Auditorio Nacional, 29 de Noviembre de 2019.
NUESTRA OPINION: EXCELENTE.
Llegando casi
al final de una temporada excepcional por el rescate de obras injustamente
relegadas y por una espectacular política de estrenos de compositores
nacionales, se presentó nuevamente en el Auditorio Nacional del CCK la Orquesta
Nacional de Música Argentina “Juan de Dios Filiberto”, esta vez bajo la guía
del muy buen director Gustavo Fontana. El programa incluyó como “puntas” a
obras de uno de los integrantes de la “dinastía” Castro y de Juan Carlos Zorzi,
mientras que en el centro se pudo apreciar trabajos poco frecuentados de Pedro
Escande y Lisandro Adrover.
En la apertura se escuchó una muy buena
interpretación de la “Obertura para una Opera Cómica” de José María Castro, al
decir de muchos el máximo exponente de los tres hermanos (por sobre Juan José y
Washington). Fontana extrajo el máximo provecho de la Filiberto logrando “tempi”
muy dinámico (casi Mozartiano), tuvo “chispa” y construyó una de las mejores
versiones que yo recuerde haber escuchado de esta página, por lo que el
comienzo del concierto no pudo ser más auspicioso.
Una vez más se careció (lamentablemente), de
programa de mano por lo que la información previa se limita a los comentarios
que el Director efectuó antes del inicio, así como la gacetilla informativa
previa. Así se resaltó que dentro de las nuevas tendencias musicales entre Ntros.
compositores se hallan las de Pedro Escande y Lisandro Adrover, aun cuando no
se especificó si ambas obras interpretadas constituían estrenos. El común denominador
de ambas fue la presencia solista del Violonchelista Pablo Bercellini, aunque
en la obra de Adrover lo hizo junto al muy buen bandoneonista Lautaro Greco.
De Escande se escucharon “Dos Milongas” para
Violonchelo y Orquesta. Dos muy buenas composiciones respetuosas de la esencia
tanto de la milonga surera (la primera), como de la milonga ciudadana (la
segunda). En la primera el solista desgrana una profunda melodía evocativa del paisaje
campero la que entra en contrapunto con una segunda a cargo del violín
concertino, la Orquesta se suma al discurso musical y completa la atmosfera de
la página. En la segunda se pinta un paisaje urbano actual, diríamos hasta “eléctrico”,
con un despliegue de fuerza instrumental muy interesante. Aquí el solista lleva
la mayor carga y Bercellini lo hizo de manera admirable con estupenda técnica y
bello sonido.
En cuanto a la obra de Lisandro Adrover, se
trata del “Doble Concierto” para Violonchelo, Bandoneón y Orquesta. Tiene una
muy ingeniosa construcción. El compositor logró plasmar en el “Allegro con
Carácter” inicial un tema de origen clásico a la usanza de los más grandes
compositores de la historia y expresarlo en “tempi” de música ciudadana. Ese tema,
al mejor estilo de la quinta de Beethoven retorna varias veces y es
reelaborado. Aun cuando el Violonchelo
tiene una marcada participación, es aquí el Bandoneón el que marca la pauta y
Lautaro Greco fue un solista con mayúsculas. Al igual que en la obra de
Escande, Adrover incursiona en una milonga campera en la sección central (“Adagio”),
mucho más profunda que en la obra anterior. Si tengo que tomar en ambas una
referencia, me inclinaría por “Aquellos Tangos Camperos” del inolvidable
Horacio Salgan. El “Allegro” final marca una tendencia “Piazzoleana”, aunque
muy personal, muy logrado y un retorno casi al final al tema inicial, previo al
desenlace de la obra. Aquí es muy bueno el contrapunto que lograron ambos
solistas como muy bueno fue el marco logrado por Fontana junto a la Orquesta en
el acompañamiento.
Para el final, el Director y la Filiberto nos
regalaron una de las mejores versiones que Yo recuerde de la “Suite Adolescente”
de Juan Carlos Zorzi. Obra basada en sus cuadernos de composición estudiantil
del Conservatorio Nacional en tiempos de la Dirección de Don Carlos López Buchardo
(de hecho la “Buchardeana” es uno de sus números). Retrata a una joven pareja transitando los ambientes de una
gran residencia. Muchos de esos números merecieron por parte del compositor una
reelaboración que se plasmaría en la partitura de la mejor de sus óperas: “Antígona
Vélez”. Aquí Fontana, al igual que en la obra de Castro, imprimió una
interesante dinámica, con un conjunto magníficamente ajustado del que extrajo
las mejores respuestas de todos sus sectores. Versión muy lograda para coronar una estupenda
faena.
Donato Decina
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