sábado, 1 de abril de 2017

¿ESTAREMOS ANTE EL ESTRENO DEL AÑO?

Teatro Roma de Avellaneda (Temporada 2017), Opera: “La Arlesiana”, Drama Lírico en Tres Actos, Música: Francesco Cilea, Libreto: Leopoldo Marenco, basada en la novela “L’Arlesienne” (1872) de Alphonse Daudet. Elenco: María Luján Mirabelli (Rosa Mammai), Nazareth Aufe (Federico), Pol González (Baldasarre), Laura Polverini (Vivetta), Mariano Gladic (Metifio), Germán Polón (Inocente), Alfredo Martínez (Marco), Nano Palacios  (Trabucco), Amalia Repetto (Madame Renoir). Coro del Instituto Municipal de Música de Avellaneda, Director: Armando Garrido,  Orquesta Sinfónica Municipal de Avellaneda. Escenografía: Zacarías Gianni, Vestuario: María José Vucetich Iluminación: Oscar Morali, Maquillaje: Amalia Repetto. Dirección Musical: Jorge Lhez. Puesta en Escena: Boris.  Función del 31 de Marzo de 2017.
Calificación: Muy Bueno.

  Desde hace un tiempo Boris tenía “In Mente” realizar el demorado estreno de esta obra de Cilea. Demasiado tiempo. Justo es decirlo que por la iniciativa de mi colega y amigo, otros estrenos de autores de renombre vieron la luz para Nosotros. Así tres partituras Verdianas (“Giovanna D’Arco”, “Il Corsaro” y “Alzira”), una exhumación Pucciniana (“Edgar” en versión de Buenos Aires del año 1905) y otras obras largamente postergadas y luego tomadas por otras entidades organizadoras (“Ernani”, “I Puritani” , “I Capuleti e I Montecchi” y “La Sonnambula” [Esta última en dos versiones, concertada y escénica], pasaron por el escenario del coliseo sureño. Hoy, con la restauración y mejoras introducidas en la sala Avellanedense, lo que permite hasta albergar la totalidad del Orgánico Orquestal en la misma, dio la posibilidad de estrenar esta obra de Cilea, cosa que el Colón no pudo concretar (lo impidió la huelga de 1949 y llevaba nada menos que al gran Beniamino Gigli como Federico y luego la nefasta temporada 1956). Bienvenido sea el estreno, la posibilidad de escucharla en su totalidad y saber que hay mas allá del “Lamento de Federico”, y de “Esser Madre e un Inferno”. El espectáculo lo retribuyó con creces. Y como curiosidad, no está de mas recordar que la función de estreno  coincidió en sus momentos iniciales con los últimos minutos de la última función de “Adriana Lecouvreur” del mismo compositor en el Colón  de Buenos Aires, a exactas cincuenta cuadras del Roma, algo que tal vez el mismo Cilea jamás imaginó.  

  Una magnífica puesta de época, en donde lució mucho la imaginativa escenografía realizada por Zacarías Gianni, dio el ámbito físico justo a la realización del espectáculo. Un ajustado y sobrio vestuario de María José Vucetich (en donde sobresalieron las ropas femeninas), cubrió a los interpretes. Amalia Repetto caracterizó muy acertadamente a las voces con un maquillaje sin excesos y Oscar Morali efectuó un trabajo lumínico sin fisuras, dando la ambientación justa en cada escena y con lucimiento en el instante de la tormenta del tercer acto,  en donde todo se presentó totalmente ajustado con las notas interpretadas por la Orquesta.

 Boris marcó en forma muy eficaz la labor actoral de los cantantes, incluso se vieron escenas de conjunto menos nutridas que en otras realizaciones suyas, lo que permitió una mejor percepción visual. La esencia del drama estuvo en todo momento presente. Las tensiones que emanan de la partitura fueron fielmente reflejadas. Ha sido este, un titulo largamente acariciado por El, proponiéndoselo desde hace bastante tiempo, por lo que no dudo en señalar, como resultado final,  que se trata de uno de los mas importantes logros del realizador en toda su carrera.

  En cuanto a lo vocal, María Luján Mirabelli fue una estupenda Rosa Mammai, presencia, temperamento, timbre acerado por completo, dio el personaje en toda su intensidad. Su “Esser Madre E’un Inferno” fue de antología, superando con creces en el vivo, lo que Uds. y Yo escucháramos por audio del ensayo pre-general en Nuestro programa del Sábado 25 pasado. Nazareth Aufe, en el que tal vez haya sido el mayor desafío en lo que va de su carrera emergió del mismo manera victoriosa. Al escuchar el celebérrimo “Lamento de Federico” me pregunté como es posible que al incluírselo en recitales no se le agregue el fragmento previo, muy bello,  que le otorga mas énfasis al texto posterior del aria. Y en base a todo esto, me permito decir que noto en franco crecimiento al tenor Uruguayo. Ha ganado en soltura y expresividad, la interacción con Mirabelli funcionó de manera ajustada, haciendo de todo algo absolutamente creíble. Grato fue volver a escuchar en un nivel superlativo a Pol González en el rol del veterano pastor Baldasarre. Timbre robusto, potencia y formidable entonación, muy buen aporte actoral. Laura Polverini, dio en el punto justo para trazar a una delicada muchacha del campo al encarnar a Vivetta. Voz lirica muy delicada, refinadísima línea de canto y convincente actuación. Mariano Gladic trazó un muy buen Metifio, jugado a todo por obtener para sí el favor definitivo de esa Arlesiana a la que nunca veremos en escena, pero de la que se sabe en los diálogos de su perversidad y la dominación que en los hombres ejerce. German Polon fue un extraordinario  Inocente con el mejor lucimiento actoral y vocal de la representación, su trazo de un hombre disminuido mentalmente fue sobresaliente. Nano Palacios, fue el recio Trabucco que la marcación le trazó. Correcto Alfredo Martínez como Marco en su breve intervención y simpática la intervención actoral de Amalia Repetto como Madame Renoir.

  El Coro del Instituto Municipal de Música de Avellaneda, dirigido por Armando Garrido va creciendo en cada presentación, aunque hago notar que en los momentos de intervención por sectores se notó un desbalance en las voces masculinas, las que necesitarían un plantel un poco mas numeroso y la persistencia de un timbre muy blanco en el sector femenino. En cambio la actuación de conjunto, sobre todo en los fuera de escena,  fue muy homogénea, alcanzando un rendimiento superlativo.

  La Orquesta Sinfónica Municipal, conducida en esta ocasión por Jorge Lhez, titular de la Sinfónica de Salta, lució orgánico completo y brindo la mejor prestación desde el foso que este cronista recuerde. Mejoradísima afinación, sonido robusto y homogéneo, notorias intervenciones de solistas de flauta y oboe. Lhez logró recrear toda la atmósfera dramática que Cilea traza en todo momento, teniendo una fluida conexión con el palco escénico.

  Comenzamos el año con un muy buen estreno de una obra largamente esperada.En virtud del resultado final y ante la programación por venir en todos los ámbitos, me permito preguntarme si no estaremos en presencia del mejor estreno del año.

Donato Decina

  

No hay comentarios:

Publicar un comentario