domingo, 16 de diciembre de 2018

Una excelente versión de “NORMA” al cierre de la Temporada Lírica del ColónUN BROCHE DE ORO PARA FIN DE CICLOMartha CORA ELISEHTLa Temporada Lírica del Teatro Colón llega a su fin con una de las más grandes obras maestras del bel canto: “NORMA”, de Vincenzo Bellini (1801-1835), cuya reposición tuvo lugar entre los días 2 al 7 del corriente bajo la dirección escénica de Mario Pontiggia, con escenografía de Enrique Dartiguepeyrou y Claudia Bottazzini, vestuario de Aníbal Lápiz e iluminación a cargo de Rubén Conde. Participaron la Orquesta y Coro Estables del mencionado teatro bajo la dirección musical de Renato Palumbo y Miguel ángel Martínez, respectivamente, mientras que los principales roles fueron interpretados porlas sopranos Anna Pirozzi y Christina Major (Norma), las mezzosopranos Annalisa Stroppa(Adalgisa), y Guadalupe Barrientos (Clotilde), los tenores Héctor Sandoval (Pollione) y Santiago Bürgi (Flavio) y el bajo- barítono Fernando Radó (Orovesio).La sacerdotisa celta es un rol destinado a grandes sopranos; no sólo por su carga dramática (se enamora del procónsul romano Pollione, quien no sólo es enemigo de su pueblo, sino también el padre de sus hijos, a quienes mantiene en secreto), sino porque las arias y diálogos de los diferentes protagonistas son de extrema complejidad vocal. En nuestro mayor coliseo fue interpretada por sopranos de la talla de María Callas, Leyla Gencer, Joan Sutherland, Adelaida Negri y June Anderson- entre otras- y es con este papel que hizo su debut en el Colón la soprano italiana Anna Pirozzi. Dueña de una voz potente, caudalosa y de gran musicalidad, fue ovacionada desde la primera aria – nada más ni nada menos que la celebérrima Casta Diva-. Su perfecta técnica vocal y su dominio escénico completaron el conjunto de ingredientes necesarios para interpretar este rol. Los dúos con su compatriota Annalisa Stroppa- quien interpretó una Adalgisa de antología- fueron magníficos: línea de canto impecable, perfectas inflexiones de ambas voces en las escenas de mayor dramatismo y excelentes dotes histriónicas por parte de las dos protagonistas lograron una composición perfecta de ambos personajes. También se lució Guadalupe Barrientos en el rol de Clotilde- la aya de Norma, quien queda al cuidado de sus hijos- . Si bien es un rol menor, supo desempeñarse con holgura sobre el escenario.En cuanto a los roles masculinos, Fernando Radó interpretó un excelente Orovesio, rol que supo ejecutar con maestría y estando prácticamente sentado todo el tiempo- como consecuencia de un accidente automovilístico-, lo que dificulta la respiración por compresión parcial del diafragma. No obstante, no fue impedimento para cumplir adecuadamente con su rol. Al igual que en el caso de Guadalupe Barrientos, Santiago Bürgise puso en la piel del oficial romano Flavio- otro rol menor-, que supo ejecutar muy bien, acompañando al tenor mexicano Héctor Sandoval en el rol de Pollione- que iba a ser cantado por el uruguayo Gastón Rivero, quien canceló su actuación a último momento- . Al igual que en el caso de tantos otros intérpretes que cantaron roles principales de ópera en el Colón, durante el transcurso del corriente año, posee una voz melodiosa, pero falta de caudal, lo que- por momentos- hizo que sonara un tanto deslucida en los diálogos (dúos y tríos) con las dos principales protagonistas femeninas. No obstante, supo interpretar bien supapel, sin desafinar y logrando las notas en los pasajes más difíciles (cavatinas, adagios, concertanti, tempi di mezzo y tempi d’atacco). La dirección orquestal de Renato Palumbo fue magnífica, haciendo brillar a la Estable en todo momento. El Coro Estable sonó perfecto en las escenas de mayor dramatismo y la escenografía y el vestuario fueron magníficos. En el caso particular de quien escribe- quien tuvo la oportunidad de ver la producción del Metropolitan de New York de la Temporada 2017- 2018, con Sondra Radanovski y Joyce Di Donato en los roles protagónicos-, la presente producción de NORMA no tuvo nada que envidiar a la de su homónima neoyorquina; por el contrario, hubo gente que- al igual que una- apreció ambas versiones y ésta le gustó más (tanto en línea de canto como en cuanto a la puesta en escena). Por lo tanto, fue un gran mérito del Colón poder haber cerrado la temporada de ópera con un gran título, a modo de broche de oro de una temporada que –salvo TRISTÁN E ISOLDA- se caracterizó por ser muy floja y presentar numerosos altibajos. Ojalá que las autoridades del Colón inviten a cantar más seguido a artistas de este excelente nivel, que ya se ganaron el corazón de los melómanos argentinos.

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