sábado, 14 de marzo de 2020


COLUMNA DE OPINIÓN
CORONAVIRUS: ¿PREVENCIÓN O PSICOSIS GENERALIZADA?
Martha CORA ELISEHT

            A causa de la pandemia mundial de coronavirus COVID-19, las principales casas de ópera y teatros líricos del mundo han cancelado sus actividades. Naturalmente, la primera que lo hizo fue el celebérrimo Teatro Alla Scala de Milán, y posteriormente, otros importantísimos teatros de ópera en Italia- Massimo de Palermo, San Carlo de Nápoles y la Arena de Verona, entre otros- siguieron su ejemplo. Posteriormente, la Staatsoper Berlin y la Ópera de Viena (Wien Staatsoper) se sumaron a la medida, al igual que la Opéra Garnier de París y otros prestigiosos teatros europeos.
            Ante el aumento de propagación de casos en Argentina, tanto el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires como el Gobierno Nacional dispusieron las respectivas medidas de cancelación de espectáculos públicos en los museos y dependencias oficiales a su cargo, entre los que se encuentran el Teatro Colón, la Usina del Arte y el Centro Cultural Kirchner, respectivamente.
            En el primer caso, el Colón suspendió sus actividades hasta fines de Abril inclusive, mientras que en el CCK optaron por suspender las actividades hasta el 25 del corriente en forma momentánea, y posteriormente, retomarlas o proseguir con la suspensión acorde a la situación epidemiológica.
            Naturalmente, la nación más poderosa de la tierra no podía dejar de estar en sintonía con el resto del mundo y el Metropolitan de New York también canceló sus actividades y presentaciones, compensando a los abonados y a la audiencia de las transmisiones HD mediante una serie de transmisiones de grandes funciones de ópera por streaming a partir del 16 de Marzo, emulando a sus pares europeos.
            Desde el punto de vista médico, el oyente se preguntará: si no hay circulación local de virus, ¿es necesario llegar a tal extremo?.... Por supuesto que sí. Las medidas que se tomaron han sido las adecuadas no sólo para evitar  contagios, sino también la propagación viral en ámbitos cerrados ante pacientes que presenten síntomas de infección respiratoria aguda (tos, catarro, expectoración). Si ha venido un elenco de un país con alta incidencia (ej: “NABUCCO,” con director de orquesta italiano y algunos intérpretes residentes en dicho país), lo mejor es suspender la Temporada, postergar las representaciones y realizarlas con elenco local. Lo mismo sucedió en el CCK con el maestro Mariano Chiacchiarini –residente en Alemania- , quien debió guardar la respectiva cuarentena luego de los ensayos. Puede sonar un poco ridículo que se debieron haber tomado antes, pero se actuó a tiempo.
            Habitualmente, el coronavirus se encuentra dentro de los 89 tipos diferentes de virus que causan el resfrío común, pero tiene la particularidad de mutar y originar epidemias a nivel mundial. Ya ocasionó el SARS en China y Hong Kong en 2012 y en 2015, en Medio Oriente (MED coronavirus). El COVID-19 es otra mutación que tiene la particularidad de propagarse rápidamente por vía inhalatoria, es altamente contagioso y como no existe aún una vacuna disponible ni inmunidad local en la población expuesta,  la única arma con la que se cuenta es la prevención. Eso no implica que haya que salir corriendo a comprar todo el stock de alcohol en gel que haya en el supermercado ni que haya que usar barbijo las 24 horas del día, porque no sirve absolutamente para nada. Es alarmar y amedrentar a la población inútilmente
            En  Salud Pública, con pequeñas acciones se logran grandes resultados. Basta y sobra con un buen lavado de manos con agua y jabón y, en caso de no poder acceder a un lavatorio cerca, ahí recién se debe apelar al alcohol en gel. El barbijo sólo deben llevarlo aquellos que presentan síntomas tales como tos seca, fiebre o síntomas asociados con catarro (mocos, expectoración). Y si alguien presenta decaimiento general o alguna condición clínica predisponente (DBT, bronquitis a repetición, EPOC), lo ideal es quedarse en casa para evitar contagiarse o contagiar a otros.
            Como médica, una jamás pensó que volvería a tener que vivir otra psicosis generalizada como sucedió en 2009 con la epidemia de gripe A H1 N1, donde cundió el pánico por la gran cantidad de muertes que produjo –el mismo número que la gripe común- y los únicos beneficiados fueron los fabricantes de alcohol en gel, barbijos y el laboratorio que produjo el oseltamivir que se llenaron los bolsillos. Por eso hay que ser cauto y prudente a la hora de informar, para evitar caer en un sensacionalismo barato o difundiendo noticias falsas –el auténtico cáncer de las redes sociales-. Ojalá que esta epidemia sirva para demostrar a la humanidad que ante una enfermedad que no tiene tratamiento específico, todos somos iguales. Y sobre todo, que pueda aprender de sus errores, que viene cometiéndolos sistemáticamente desde que el mundo es mundo.

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