Gran concierto de la Orquesta de Cámara
del Congreso de la Nación
UN ABRAZO QUE LLEGA HASTA EL ALMA
Martha CORA ELISEHT
Muchos seguidores en Facebook -tanto del muro de quien escribe como
del homónimo del programa- se asombraron al ver las fotografías publicadas en
la confitería del Molino y preguntaron cuándo se reabrió. En realidad, ese
emblemático edificio sirvió de marco para brindar el concierto de homenaje a
Astor Piazzolla (1921-1992) en el centenario de su nacimiento por la Orquesta
de Cámara del Congreso de la Nación, titulado “UN ABRAZO PARA ASTOR” y
que se llevó a cabo el viernes 3 del corriente, con dirección de Sebastiano De
Filippi y participación del bandoneonista Pablo Mainetti, con un programa compuesto
por las siguientes obras:
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Abrazo para Astor- Pablo Mainetti (1971)
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Melodía en La menor
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Tardecita porteña
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La muerte del ángel
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Adiós Nonino
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Libertango
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Años de soledad
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5 Tango sensations- Astor Piazzolla (1921-1992)
La obra de Pablo Mainetti fue compuesta
especialmente para esta ocasión en calidad de estreno mundial y está dedicada a
la Orquesta de Cámara del Congreso de la Nación. Se inicia con un contrapunto a
cargo de violoncellos y contrabajos, para luego ser tomada por las violas,
segundos y primeros violines respectivamente, en estilo contemporáneo con
ribetes de tango. Un merecido homenaje a
Piazzolla en una muy buena versión de la orquesta. Tras los aplausos, el
conjunto comenzó con la primera de las melodías de Piazzolla (Melodía en
La menor), donde se destacaron el concertino Pablo
Pereira y la violista Mercedes Sánchez. Seguidamente, el ensamble brindó una
muy buena versión de Tardecita Porteña para proseguir con una
impecable versión para orquesta de cuerdas de las piezas más célebres del
compositor marplatense (La muerte del ángel, Adiós Nonino y Libertango).
Si bien todos los solistas de la orquesta fueron sobresalientes, merece
un párrafo aparte la labor de la cellista Mariana Levitin, al igual que el
extraordinario solo del mencionado concertino. Y alcanzó su punto máximo
en la celeberrima Libertango, donde los cellos y contrabajos
abrieron el juego para que se fueran acoplando las violas, los segundos y
primeros violines respectivamente -excelente labor del solista guía Catriel Galván,
al igual que la de los instrumentistas mencionados anteriormente- para
desembocar en una fuga magistral. Por último, el bloque cerró con Años de
soledad, que fuera compuesta en 1981 junto con Gerry Mulligan y donde
se fusionan los tradicionales elementos característicos de la música del gran
Astor con ribetes de jazz, en una muy buena versión de la mano maestra de
Sebastiano De Filippi. El público aplaudió a rabiar al finalizar el bloque.
A continuación, Pablo Mainetti se incorporó
en calidad de solista para interpretar las 5 Tango sensations (Asleep,
Loving, Anxiety, Despair y Fair), también compuestas durante la
permanencia del autor en Estados Unidos. La labor del bandoneonista fue
estupenda; no sólo porque es uno de los más grandes intérpretes de dicho
instrumento en la actualidad, sino también por su labor como compositor y
arreglador. La orquesta supo acompañarlo con un equilibrio perfecto y un sonido
prístino y la ovación fue total al finalizar el concierto. El público se puso
de pie para aplaudir al director y los músicos.
Antes de comenzar el concierto, la gente
pugnaba por entrar. Afortunadamente, este espacio emblemático ha sido objeto de
una magnífica restauración y se ha puesto nuevamente en vigencia para que a
corto plazo -cuando se inaugure oficialmente- el público pueda disfrutar
nuevamente de la tradicional confitería y sus delicias. Mientras tanto, el
espacio está muy bien aprovechado para la organización de conciertos y otras manifestaciones
culturales. El gran Astor se hubiera sentido orgulloso de escuchar un
espectáculo de alta jerarquía en la bella confitería, que resultó ser un abrazo
para el alma.
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