Orquesta de Cámara de
Chile: tardío reencuentro…
Por Jaime Torres Gómez
El retorno de las agrupaciones musicales con público
presencial, asimismo el trabajo con orgánicos mayores, ha discurrido en
ascendente curva.
Así,
desde agosto, prácticamente todas las
orquestas han estado con apreciable actividad presencial y ahora, al cierre del
año, se dispone de una amplia oferta al público presencial en todos los ámbitos
de espectáculos.
No
obstante este contexto, la Orquesta de Cámara de Chile ha
transitado por un lento carril, pudiendo recién retomar los ensayos in situ en
octubre… Sus presentaciones, a cargo de directores
invitados, han sido escasas y mayoritariamente ofrecidas en lugares
alejados del radio central santiaguino.
Lo
anterior ha respondido a una realidad que ha afectado al desarrollo de esa prestigiosa orquesta, considerando la
operatividad normal de buena parte de las instituciones musicales del país.
Siendo parte del Ministerio de Cultura,
esta agrupación se rige administrativamente por los procesos habituales de la
administración pública, y disponiendo de tiempos
administrativos muchas veces no en sintonía a resoluciones oportunas ante
requerimientos urgentes…
Así,
la actual coyuntura de la OCCH se encuentra
condicionada a dos frentes por resolver. Por un lado, el no uso del excelente Teatro Municipal de Ñuñoa, su sede
natural por años, ante las refacciones sometidas, y por otro, a la enervante demora de la contratación al
nuevo Titular, luego de un año
conocido el resultado del concurso
internacional convocado.
Felizmente
fue posible asistir a la última
presentación del año, esto ante una mayor accesibilidad geográfica,
considerando que los anteriores programas (en sí muy atractivos en obras,
directores y solistas) se dieron en lugares muy alejados a su sede habitual,
ameritando a futuro planificar con mayor integración espacial.
Realizado
en la Iglesia Nuestra Señora del Carmen
de Ñuñoa, contó con una solidísima
dirección del maestro suizo Nicolás Rauss, habitual colaborador
de la OCCH, más una deslumbrante
participación de un top del corno francés,
el chileno Matías Piñeira (solista de la München Philarmoniker).
Con
un convencional programa, comenzó con una idiomática versión de la Obertura de la ópera “Cosí fan tutte”, de Mozart,
exhibiéndose completo ajuste y calidad de sonido. Luego, una notable versión
del exigente Concierto N° 4 para Corno, también de Mozart,
demostrando el sitial alcanzado por Matías
Piñeira en la escena internacional, encumbrado como unos mejores cornistas
mundiales. Y con una magnífica versión de la Primera Sinfonía de Beethoven
finalizó esta importante presentación. Innegables logros en hermosos fraseos,
soberbio manejo de las dinámicas, acrisoladas transparencias e inteligentes
matizaciones.
En suma, una formidable presentación de la Orquesta de Cámara de Chile, aunque muy
tardía para su público habitual santiaguino…
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