AL QUE NACE BARRIGON…….
Teatro
Colón, temporada 2022. Opera: “La Boheme”, en cuatro actos basada en “Escenas
de la Vida Bohemia” de Henry Murger, con libreto de Luigi Illica y Giuseppe
Giacosa y música de Giacomo Puccini. Elenco: Alexandra Grigoras (Mimí), Galeano
Salas (Rodolfo), María Belén Rivarola (Musetta), Armando Noguera (Marcello),
Felipe Carelli (Schaunard), Emiliano Bulacios (Colline), Mario de Salvo
(Alcindoro), Luís Alberto Jauregui Lorda (Benoit), Ivan Maier (Parpignol), Claudio
Rotella (Guardia), Leonardo Fontana (Aduanero), Bianca Palacios Piccaluga (Una
Niña). Coro Estable del Teatro Colón, Director: Miguel MartÍnez, Coro de Niños del
Teatro Colón, Director: César Bustamante. Orquesta Estable del Teatro Colón. Escenografía
e Iluminación: Enrique Bordolini, Vestuario: Imme Möller. Puesta en Escena:
Stefano Trespidi. Dirección Musical: Alain Guingal. Función del 19 de Marzo de
2022.
NUESTRA OPINION: BUENO.
Si no fuese por la entrega puesta por muchos
de los intérpretes vocales, esta versión de “La Boheme” ofrecida por el Colón
debería calificarse de regular y llamar la atención de la conducción del primer
coliseo por la irrelevancia de la propuesta escénica y la insípida conducción
musical. Si tenemos en cuenta la pareja de lujo que encabezó el segundo elenco
de la versión 2018, no cabe duda que la dupla actual marca un descenso de
calidad a pesar de la entrega puesta en escena por estos intérpretes. En lo
visual, Stefano Trespidi falla en conceptos fundamentales como las escenas de
conjunto del “Café Momus” en donde inexplicablemente “congela” la escena del
vals con los mozos del café a los pies de Musetta en clave de comedia musical.
O como en el tercero cuando ante el
pedido de buscar a Marcello, una prostituta trata despectivamente a Mimí y se
le ríe burlonamente en la cara. ¿Era necesario?. Alain Guingal al frente de la
Estable efectuó una lectura rutinaria. No puede llamarse a esto concertación.
Falta de matices, falta de riqueza sonora y, porque no, de sensibilidad. Se ha
dicho mucho de la dimensión de la escenografía de Enrique Bordolini estrenada en
la versión de 2018. Si el conjunto hubiese sido sólido y las labores homogéneas
y de total equipo, no nos estaríamos fijando en minucias. La pareja protagónica
conformada por la rumana Alexandra Grigoras y el mexicano-estadounidense Galeano
Salas (reemplazante del anunciado Behzod Davronov) nos muestra a dos voces
chicas de correcto timbre y correcta gestualidad actoral. Desarrollaron sus
carreras fundamentalmente en segundo y tercer circuito europeo pero no terminan
de convencer ni de ser superiores a los probadisimos intérpretes nacionales de
esos roles. Fueron sostenes fundamentales: Armando Noguera con una labor de
menor a mayor, asentándose del segundo acto en adelante con un tercer acto
formidable. María Belén Rivarola con una muy buena Musetta impecablemente
actuada y cantada. Felipe Carelli con un Schaunard de estupenda factura. Un muy
correcto Emiliano Bulacios como Colline e impecables prestaciones de Mario de
Salvo como Alcindoro, Luís Alberto Jauregui Lorda como Benoit, Ivan Maier como
Parpignol, la niña Bianca Palacios Piccaluga en su dulce aparición del segundo
acto , Claudio Rotella como el Guardia y Leonardo Fontana como el Aduanero. El
Coro Estable con una muy buena preparación de Miguel Martínez y la muy buena
labor del Coro de Niños al mando de César Bustamante. Se intentó comenzar la
temporada con un título “gancho” y taquillero. No siempre sale bien. A tomar
nota.
Donato Decina
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