Aula Magna USM:
triunfal retorno presencial…
Por Jaime Torres Gómez
Ante
la dramática inactividad de los
principales espacios para conciertos en la Región
de Valparaíso, felizmente se dio un punto de inflexión tras la reapertura del Aula Magna de la Universidad
Federico Santa María, el sábado 26 de marzo.
Lo
anterior llega en un contexto donde la región
aún no logra nivelarse (proporcionalmente) a lo ofrecido en Santiago y otras regiones, luego de rearticularse
la actividad de espectáculos en pandemia.
Esto, en buena parte, ante la escasez de espacios para una completa seguridad
sanitaria conforme los estándares exigidos, no obstante la creciente
flexibilidad de aforos.
Por
otro lado, ha existido desidia en autoridades de ciudades gravitantes como Viña del Mar, donde al día de hoy no se
ha facilitado del todo la programación de conciertos en espacios tradicionales
como el Teatro Municipal, Palacio Rioja o el mismo anfiteatro de la Quinta Vergara (imperdonable la no realización de los tradicionales Conciertos de Verano con las principales orquestas nacionales…).
Así,
en la vecina ciudad de Valparaíso, por
iniciativa de la prestigiosa Universidad Santa
María (con 90 años de historia),
este oscurantismo musical clásico se
revirtió al darse inicio a la emblemática Temporada
Artística del Aula Magna de esa
casa de estudios, esta última con más de 80 años de historia y suspendida presencialmente
desde fines del 2019.
De
perfecta acústica -la mejor de
Chile-, más una prolífica historia de legendarias presentaciones de artistas y
agrupaciones nacionales e internacionales a lo largo de sus 82 años, la
presencia de la Sinfónica Nacional de Chile ha sido permanente desde sus
inicios. Y como ha sido tradicional, nuevamente se contó con la decana agrupación para abrir esta Temporada, siendo dirigida por su actual
director titular, el magnífico
maestro venezolano Rodolfo Saglimbeni.
Consultando
una dancística temática, el programa
titulado “Antología de la Danza” fue completamente ad hoc al festivo y
reaperturador hito, en cuanto a la frescura
y acertada ilación de las piezas
seleccionadas, como al deslumbrante
abordaje interpretativo de Saglimbeni,
más un dúctil correlato de los sinfónicos...
Con
un histórico y geográfico recorrido desde el barroco europeo a composiciones
latinoamericanas relativamente recientes, Saglimbeni dio cuenta de incuestionable manejo estilístico. Comenzó con una certera exposición del arreglo para un
numeroso orgánico orquestal de una Marcha-Danza de Jean-Baptiste Lully (último
movimiento de la Tanzsuite de Félix Mottl, sobre danzas de diversas óperas de Lully), pieza en extremo interesante al
tratarse de una obra barroca en clave sonora actual, de la cual a futuro
ameritaría presenciarla completa.
Continuando
con este sabroso “cóctel de danzas”,
se brindaron idiomáticas versiones de la Danza N° 3 de las “Danzas
Alemanas” de Mozart, Danza Húngara N° 5 de Brahms,
“Habanera”
y “Chanson
Bohème” de la ópera “Carmen” de Bizet, una enjundiosa
entrega de las “Danzas Polovetsianas” de la ópera “El Príncipe Igor” de Borodin,
una contenida lectura de la ”Danza de Anitra”, de la Suite
N° 1 de “Peer Gynt” de Grieg,
una voluptuosa versión de la “Bachanale”
de la ópera “Samson y Dalila” de Saint Saëns (muy acertado el uso de tablas en complemento al timbal en la sección solística,
brindándose idiomático exotismo…), el siempre bienvenido Tercer Aire Chileno de Enrique
Soro, una acertada Selección de Merengues del
venezolano Aldemaro Romero, y finalizando con una atrapante entrega del “Huapango”
del mexicano José Pablo Moncayo.
Ante
un público en evidente “catarsis
colectiva”… se ofreció de encore
una notable compaginación del tema “Tea for two” engarzado con un ritmo
de Cha
Cha Cha, material inspirado en el famoso arreglo de Schostakovitch
y un tema de Aldemaro Romero, dando rienda suelta
a celebradas improvisaciones a toda
la percusión, trombón, trompeta y clarinete solistas, logrando un
idiomático efecto “despeinador” a
músicos clásicos frente a música menos académica… dando cuenta de un momento estelar en la tradicional Temporada Artística de la USM.
En suma, un triunfal retorno a la
presencialidad en una de las más gravitantes temporadas artísticas nacionales,
y a cargo de la decana sinfónica del
país.
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