Excelente recital de la pianista Lidia Ksiąźkiewicz en la Biblioteca Nacional
DIGNA REPRESENTANTE DE LA ARISTOCRACIA PIANÍSTICA
Martha CORA ELISEHT
La tierra polaca ha sido y sigue siendo pródiga en materia de artistas en todas sus
ramas y disciplinas. Pese a que su territorio ha sido invadido por numerosas potencias
extranjeras, su cultura y sus tradiciones han permanecido inalterables con el correr del
tiempo y ayudaron a mantener su identidad como nación. Precisamente, la promoción
de esta identidad es uno de los principales objetivos de la Asociación Cultural
Argentino- Polaca -entidad sin fines de lucro con más de 20 años de existencia-
mediante la creación de eventos y proyectos culturales entre los dos países. El pasado
jueves 11 del corriente se llevó a cabo el concierto inaugural de la Temporada 2024 en
el auditorio Jorge Luis Borges de la Biblioteca Nacional Mariano Moreno con un recital
de la pianista Lidia Ksiąźkiewicz, donde se ejecutaron las siguientes obras:
- Polonesa en La mayor, Op.40, n°1 (“Militar”)- Frederic CHOPIN (1810-1849)
- “El Clave bien Temperado”. Libro 1. Preludio y Fuga n°1 en Do mayor, BWV
846- Johann S. BACH (1685-1750)
- Sonata n°14 en Do sostenido menor, Op.27 n°2 (“Claro de Luna”)- Ludwig van
BEETHOVEN (1770-1827)
- Estudio n°1, Op.2 en Do sostenido menor- Alexander SCRIABIN (1872-1915)
- “Sunny´s Game”- Astor PIAZZOLLA (1921-1992)
- Nocturno en Do sostenido menor, Op. póstumo
- Estudio Op.25 n°9 en Sol bemol mayor (“La Mariposa”)
- Balada Op.23 n°1 en Sol menor- Frederic CHOPIN (1810-1849)
Ante un auditorio prácticamente colmado de gente, el vocero de la institución –
Sebastián Zoltowski- dio inicio a la función y aprovechó la oportunidad no sólo para
agradecer al presidente de la institución -Juan José Okecki-, sino también, a las
autoridades de la Biblioteca Nacional, Sra. Susana Soto -presidente- y Guillermo David
-encargado de Asuntos Culturales- antes de mencionar algunas palabras sobre el extenso
curriculum de la intérprete. No es la primera vez que esta prestigiosa pianista polaca
visita la Argentina -lo hizo en 2022 para brindar un concierto en la Legislatura Porteña,
junto al Coro de la Ciudad de Buenos Aires-, pero sí en un recital. Nacida en Poznan,
comenzó a estudiar piano a los 5 años y órgano a los 20. Luego de graduarse en las
Academias Nacionales de Música en Poznan y Bydgoscz con las más altas
calificaciones, ganó numerosos concursos internacionales y se encuentra actualmente
radicada en Francia, donde se desempeña como organista en la Catedral de Laon. Fue
finalista del Concurso Internacional de Órgano de Chartres en 2004 y desarrolla una
importante actividad como concertista a nivel internacional. No sólo posee una memoria
prodigiosa -ejecutó todas las obras comprendidas en el programa sin partitura-, sino
también un perfecto dominio del pedal, la pulsación y la digitación. Y pese a que hubo
programas de mano, comentó las obras dirigiéndose al público en un perfecto
castellano. Como si esto fuera poco, es profesora de tango y se encuentra
perfeccionándose en ritmos folklóricos argentinos como zamba y chacarera.
El recital comenzó con la célebre Polonesa en La mayor “Militar” de Chopin, que
sonó muy solemne, pero un tanto excedida en volumen para gusto personal de quien
escribe. Lamentablemente, hubo algunas desprolijidades que se repitieron
sistemáticamente en algunos acordes; por lo tanto, una supone que se debió a algún
problema en la cuerda o en el martillo del piano, lo que hizo que la concertista tuviera
que usar el pedal más que lo habitual para subsanar dicho inconveniente. Sin embargo,
tuvo su revancha con el Preludio y fuga n°1 en Do mayor del Libro 1 de El clave bien
temperado de Bach, que sonó cristalino, sutil, fino y delicado. Lo mismo sucedió con la
celebérrima Sonata para piano n°14 (“Claro de Luna”) de Beethoven, logrando una
excelente versión desde el principio hasta el final en los tres movimientos que la
integran (Adagio sostenuto en Do sostenido menor, 2/2 /Allegretto en Re bemol mayor,
en ¾ y Presto agitato en Do sostenido menor, 4/4). El público la ovacionó, pero para
esta cronista, el punto de inflexión lo marcó el Estudio Op.2 n°1 en Do sostenido menor
de Scriabin, que fue lo mejor de la noche. Escrito en ¾, forma parte de las Trois
morceaux para piano compuestas en 1877 y consta de acordes repetidos en ambas
manos, que le confieren riqueza en la armonía y voz interna, con reminiscencias de la
música gitana rusa. Lo mismo sucedió con Sunny´s Game, compuesta por Piazzolla en
su juventud mientras estudiaba con Nadia Boulanger en París para posteriormente,
cerrar el recital con tres obras de Chopin. La primera, el célebre Nocturno en Do
sostenido menor, Op. Póstumo, compuesto en 1830 y cuyo tema se repite en el
movimiento central del Concierto n°2 para piano y orquesta, aludiendo a la nostalgia de
su tierra natal. Seguidamente, Ksiąźkiewicz brindó una exquisita versión del Estudio
Op.25 n°9 en Sol bemol mayor (“La mariposa”), compuesto entre 1832 y 1834. De la
misma época data una de las obras más famosas del poeta del piano: la Balada Op.23
n°1 en Sol menor, compuesta en 1831 y revisada posteriormente entre 1834 y 1835. Fue
de menor a mayor a medida que iba transcurriendo el recital y brindó una excelente
versión desde todo punto de vista. No sólo se retiró sumamente aplaudida, sino que
aprovechó la oportunidad de ofrecer un bis: la Polonesa n°2 en Sol sostenido menor,
Op. Póstumo de Chopin. Compuesta en 1822, fue dedicada a Madame Du Pont y se
trata de una obra prácticamente desconocida en Argentina, ya que no forma parte del
repertorio de los tradicionales recitales de piano. La versión de Ksiąźkiewicz descolló
por su bellísima interpretación, llena de sutilezas y matices que sonaron sumamente
precisos. Era la primera vez que una pudo apreciar esta inédita y hermosa obra -al igual
que la mayoría de los asistentes- y la pianista recibió otra ovación de aplausos y vítores.
En resumen: un recital de alta calidad y jerarquía artística, de la mano de una digna
representante de la aristocracia pianística polaca.
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