sábado, 12 de abril de 2025

 Sinfónica en ecléctico programa


Por Jaime Torres Gómez

El segundo programa de abono de la Sinfónica Nacional, originalmente

confiado al maestro titular, en su reemplazo estuvo a cargo de Víctor Hugo

Toro, director chileno de destacada trayectoria latinoamericana.

Tal como la presentación anterior, se contempló un ecléctico programa,

dando cuenta de un certero ajuste a la histórica línea curatorial de la

Sinfónica.

Como primera obra, del todo interesante el estreno en Chile de

“Populáricos agitadóricos”, de la joven compositora chilena residente en

Suecia Amalia Garay (1997). Estrenada en Växjö, 2024, el título alude a un

verso de la “Mazúrquica modérnica”, de Violeta Parra, e inspirada en

evocaciones de la Nueva Canción Chilena desarrollada entre los años 70 y

80 del siglo pasado, en parte como expresión de resistencia a la dictadura

militar.

Conforme la explicación previa del maestro Toro, hay directas alusiones a

Víctor Jara y a Violeta Parra, aunque no con citas musicales literales, sino

una abstracción al propósito de homenajear a quienes sobrevivieron a la

represión a través de las artes y la misma resistencia en otras

dimensiones…

Con un orgánico de cuerdas, se trata de una pieza de económica (y

celebrada) duración, con méritos de una eficiente síntesis de las ideas

temáticas, servidas con un logrado pizzicato dominante más una inteligente

utilización del leño, evocando a la guitarra popular. Buen trabajo de

ensamble del director invitado, obteniendo nitidez de voces y completo

ajuste.

Luego, adhiriendo a los 25 años de la Camerata Vocal de la Universidad

de Chile, se ofreció la Misa brevis Sancti Joannis de Deo,  Hob.  XXII:7, de

Franz Joseph Haydn. Escrita para soprano, coro mixto a cuatro voces y un

pequeño orgánico instrumental, también es conocida como la Kleine

Orgelmesse (Pequeña Misa de Órgano) debido al solo del órgano

extendido en el Benedictus, dándose la única participación solística de una

soprano.

Con precisas indicaciones del maestro Toro, muy destacable la participación

de la Camerata Vocal, con buen ensamble, esmaltado sonido (hermosura de

timbre) y diáfanas transparencias, asimismo, una atenta respuesta del grupo

orquestal. Excelente participación de Carolina Grammelstorff (integrante de

la Camerata), con hermoso timbre y musicalidad.

Como última obra, una vigorosa versión de la Primera

Sinfonía de Johannes Brahms. Cabe señalar que esta es la tercera vez

que se programa en la Sinfónica desde el 2022, no entendiéndose insistir en

programarla nuevamente, habiendo tantas otras obras pendientes por

ofrecer como la Sinfonía en si bemol de Ernest Chausson, la Sinfonía en

Tres Movimientos de Igor Stravinsky, la Sinfonía en do de Paul Dukas, o las

Primera y Tercera Sinfonías de Rachmaninoff, entre muchas…


La Primera de Brahms, considerada como su “Sinfonía Patética” (no

apodada así por el compositor), discurre en una dialéctica de fuerzas

oponentes entre lo trágico y lo amable. Con inmenso oficio

de armonía y orquestación, gran impacto reviste el comienzo con una

arrebatadora invocación del Destino (decisivo protagonismo del timbal),

como sus desarrollos posteriores, de irreprochable coherencia.

Bien enfocada por Víctor Hugo Toro, se destaca una empática adopción de

tempi, buen manejo del rubato, más una enjundiosa exposición de las líneas

melódicas, asimismo, con calibradas progresiones expresivas. No obstante,

en momentos, faltó una mayor dosificación sonora (especialmente en el

segundo movimiento). Muy bien abordado el solemne coral de la sección

central del último movimiento, bien ligado hacia una amable exposición de la

cantinela posterior, como musical contraste ante la impetuosidad del

movimiento. Y atenta respuesta en todo orden de la decana orquestal del

país.

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