sábado, 28 de octubre de 2017

UNA EXCELENTE BASHKIROVA JUNTO A UNA BUENA FILARMONICA
Teatro Colón, temporada 2017. Decimotercer concierto de abono a cargo de la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires, Director: Enrique Arturo Diemecke. Solista: Elena Bashkirova (Piano). Programa: Bela Bartok: Concierto para Piano y Orquesta Nº3 en Mi mayor. Richard Strauss: “Una Vida de Héroe”, Op. 40 (Poema Sinfónico). Teatro Colón, 26 de Octubre de 2017.

NUESTRA OPINION: MUY BUENO

  No alcanzaron a cumplirse 24 horas del espectacular concierto que la Orchestre National du Capitole de Toulouse brindó en la Sala del Colón para el Mozarteum Argentino, cuando sobrevino (Como estaba previsto en la programación oficial del Teatro) este concierto de abono de la Filarmónica con Diemecke en el podio y el aditamento de la presencia de Elena Bashkirova como solista. La sorpresa ya no solo fue la presencia de Bela Bartok en los atriles, sino que además se cambió el Concierto para Piano y Orquesta ya que se interpretó el Nº 3 (acaso la obra de despedida del gran creador Húngaro) en lugar del Nº 2, por lo que en cierto modo aumentó mi interés, dado que a un autor lamentablemente poco frecuentado en concierto, el programarlo con una obra de muy poca difusión en Ntro. Medio y a través de una solista de trayectoria internacional, no cabe duda de que era una invitación a concurrir y hacia ahí me dirigí.

  Luego de lo escuchado hice un balance de las dos jornadas consecutivas. Mi impresión es que escuchar a la Filarmónica 24 horas posteriores al mejor concierto sinfónico en lo que va del año (y  tal vez del año completo) me dejó el saldo de que Esta Orquesta sigue siendo hoy la mejor agrupación sinfónica del país, aunque debe haber un mayor trabajo en cuanto a preparación y ajuste de sus sectores que la coloquen en el sitial de ser una de las mejores agrupaciones de Iberoamérica, algo para lo que está plenamente capacitada. Si el Colón ya estuvo contactando y trayendo a profesionales de primer nivel internacional para las evaluaciones de interpretes vocales con el objeto de cubrir los roles co-primarios para el resto de y la próxima temporada, debe traer profesionales de igual calibre para preparar y ajustar a todas las familias de instrumentos de las Orquestas de la casa, con preponderancia en la Filarmónica que es la que mayor carga de trabajo tiene en el año y la que debe reiniciar las giras internacionales de Conciertos (como se hizo hasta 1998 con presentaciones en el Barbican Hall de Londres, la Concertgebow de Amsterdam, la Champs Elysees de París y la Muskverein de Viena), llevando la presencia de Buenos Aires y la Argentina por el mundo. Es pequeño pero muy importante ese salto y ya debe hacerse.

  Es muy importante la presencia de una solista de la talla de Elena Bashkirova en un ciclo como el de abono de la Orquesta. Implica compromiso con la excelencia por parte de Colón e interés de parte de la interprete invitada. Vino a sumar y sumo muchísimo. Su interpretación del Concierto para Piano y Orquesta Nº 3 de Bartok fue magistral. Obra que marcó la despedida, ya que no alcanzó a culminarla (su amigo Tibor Serly se encaró de hacerlo) . La Leucemia le ganó la partida muy poco antes de la culminación del trabajo en New York, pleno exilio (escapando del horror del III Reich  y casi de la invasión comunista) para que originalmente  Ditta Pasztory (su segunda esposa) lo estrene (Finalmente no lo fue). Obra densa, con muchas reminiscencias del folcklore Húngaro presentes en los movimientos de punta, pero con un centro espectacularmente cargado con momentos de una profundísima introspección (y me atrevo a decir también de una desgarradora confesión musical), que necesita de un interprete de muchísimo fuste para poder ser contemplado en profundidad. Y Elena Bashkirova fue esa interprete. Si tal vez el primer movimiento tuvo un “tempi” algo lento en su desarrollo, a partir del segundo ingresó en un  terreno en el cual, la garra, la fuerza, la técnica y la entrega estuvieron siempre presentes en la versión. Bashkirova construyó una versión admirable en todo sentido, para un repertorio que Ella cultiva y lo siente. Y esto se notó mucho, ya que considero que nos ha entregado su mejor trabajo entre Ntros. La Orquesta acompañó con mucha justeza y con Diemecke atento a cada detalle, tratando que la interprete estuviese siempre a gusto.

  Para la segunda parte, el Director nos entregó nuevamente (no recuerdo bien si es segunda o tercera oportunidad) su visión de “Una Vida de Héroe”, el imponente  poema sinfónico de Richard Strauss. “La Heróica de Beethoven es tan poco frecuentada por nuestros Directores, que he decidido componer una obra en su homenaje”, con semejantes expresiones Strauss se refería de ese modo al comienzo de su composición. Para los neófitos, les digo que es una página de neto corte programático, en la cual el héroe (centro de la historia) es el mismo Strauss  (mas allá que en una de las últimas partes de la obra aparezca una cita breve en compases del último movimiento de la “Heroica Beethoveniana”). Podemos decir entonces que hay una apertura con la presentación del Héroe, las intervenciones de los críticos (¿será fundamentalmente por el temible Edward Hanslick, del “partido Brahmsiano” de Viena?), la relación del héroe con esos críticos, la presentación de la compañera del héroe (para la que está reservada una descripción musical reservada a los Concertinos  de las Orquestas), la guerra contra los críticos, el triunfo, el reposo y la gloria. La versión fue muy ajustada, tuvo buen empaste y buena respuesta de todos los sectores de la Orquesta. En cuanto al momento de “la Compañera del Héroe”, no sabemos si por indicación del Director o por decisión del propio interprete, se percibió que el sonido estaba en un pie de igualdad con el conjunto sin resaltar en un modo mayor el pasaje ( y puede ser un enfoque absolutamente válido). A mi me hubiese gustado el pasaje mas resaltado, como sí ocurrió en el solo final previo al estallido de la Gloria.

  Al salir por tercera vez al escenario, en respuesta a los sostenidos aplausos de la concurrencia, Diemecke lo hizo micrófono y estuche en mano. Mencionó lo que significa para los Artístas, Personal Técnico y de las otras secciones que lo integran el trabajar en la casa, y también lo que significa para los que no pudieron llegar. Resaltó también el hecho que representa para un artista el poder dar treinta años de su vida al servicio del Colón y que entonces la placa que llevaba en el estuche era justamente para Pablo Saraví, quien con el solo de “Vida de Héroe” celebraba sus treinta años en los puestos de vanguardia de vioiines de la Filarmónica. Y de ese modo, con el afecto de sus propios compañeros y el público todo para con Pablo. La noche tuvo el broche de oro ideal.



Donato Decina

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