martes, 1 de mayo de 2018


Excelente comienzo del Ciclo de Ópera de Cámara del Teatro Colón en el Teatro 25 de Mayo de Villa Urquiza

                        UN MERECIDO Y HONORABLE TRIUNFO

Durante este fin de semana tuvo lugar la presentación del ciclo de Ópera de Cámara del Teatro Colón el pasado domingo 29 del corriente en el Teatro 25 de Mayo, sito en el barrio porteño de Villa Urquiza, donde se representó el primero de los tres títulos comprendidos en el mencionado Ciclo: “El Triunfo del Honor”, de Alessandro Scarlatti, en homenaje a los 300 años de su estreno, ocurrido en Nápoles en 1718. El Ciclo se completará con otros dos títulos: “Piedade”, del compositor brasileño Joao Ripper, y “Powder her Face”, de Thomas Adés, que tendrán lugar en los meses de Agosto/ Septiembre y Diciembre del corriente año, respectivamente.
El elenco estuvo integrado por los siguientes cantantes: Victoria Gaeta (Riccardo Albenori), Evelyn Ramírez (Leonora), Mariano Gladic (Capitán Bombarda), Josué Miranda (Cornelia), Flavio Oliver (Erminio), Sofía Di Benedetto (Doralice), Pablo Urban (Flaminio) y Cecilia Pastawski (Rosina). Participaron los figurantes Clara Hecker y Mateo de Urquiza, quienes tuvieron una destacada actuación como asistentes en los cambios de escenografía y maquillaje, a medida que transcurría la ópera. La dirección musical estuvo a cargo de Iñaki Encina Oyón con el Ensamble Barroco, usando instrumentos de época. El clavecinista Manuel de Olazo realizó una minuciosa revisión de la partitura original y la dirección escénica estuvo a cargo de Violeta Zamudio, bajo la dirección general de Marcelo Lombardero, con escenografía de Carmen Auzmendi y vestuario de Gonzalo Giacchino.
La ópera consiste en una comedia en tres actos, pero sólo hubo un intervalo para permitir los cambios de escenografía y vestuario. Durante la primera parte de la obra, se utilizó un vestuario común, más acorde a la época actual, donde se emplearon ciertos recursos alusivos al donjuanismo del protagonista (Riccardo), destinados a destacar sus atributos sexuales. Pudieron haber chocado a parte del público presente, pero fueron oportunos y empleados correctamente (opinión estrictamente personal), al igual que unos putti utilizados en un cambio de escena. Pero luego del intervalo, se empleó un vestuario de época que fue magnífico (los roles femeninos, con pelucas y miriñaques, realizados con los mismos estampados que se utilizaron durante el primer acto), mientras que los roles masculinos utilizaron pelucas, calzas, levitas, medias blancas y zapatos con grandes hebillas. La recreación de época estuvo perfecta y despertó gran admiración por parte del público presente.
En líneas generales, los niveles de canto y actuación fueron excelentes, al igual que la dirección orquestal y el desempeño de los músicos. Desde este año, el Instituto Superior de Arte del Teatro Colón (ISA) ha creado la especialización en música antigua, dentro del marco de la Academia Orquestal. Los instrumentos antiguos ya fueron utilizados para representar obras de este tipo (ej: “L’Incoronazione de Poppea”, de Monteverdi, representada el año pasado) y, afortunadamente, esto  permitirá que, en un futuro no muy lejano, puedan seguirse haciendo este tipo de obras.
Si bien todos los cantantes estuvieron estupendos, Victoria Gaeta tuvo un destacadísimo papel interpretando un rol masculino, con una actuación espléndida y un excelente nivel de canto. Se desempeñó con absoluta soltura sobre el escenario, destacándose en las escenas de seducción. Lo mismo puede decirse de Josué Miranda en el rol de Cornelia, donde, además de estar vestido de mujer, debió mostrar sus piernas en el primer acto. Junto a Pablo Urban formaron un dúo estupendo, donde las escenas cómicas hicieron reír al público. Excelentes el contratenor español  Flavio Oliver (Erminio) y la contralto chilena Evelyn Ramírez (Leonora), quien representó las escenas dramáticas. Sin dudas, fue la revelación de la noche: excelente color de voz, dramatismo, interpretación y equilibrio vocal. En cuanto al resto del elenco, Cecilia Pastawski realizó una magnífica Rosina y demostró ser una gran intérprete de roles barrocos (cantó el rol de Poppea el año pasado en la citada ópera de Monteverdi). Y Mariano Gladic también se destacó en el rol de Bombarda (compañero de aventuras de Riccardo, quien se enamora de Rosina), al igual que la joven soprano Sofía Di Benedetto, interpretando a Doralice, quien se queda con Erminio al final de la obra.
Finalmente, la ópera culmina con un final feliz, donde Riccardo se queda con Leonora, tras arrepentirse de sus pecados. El honor y el auténtico amor triunfan sobre la seducción, y, en este caso particular, ha sido un triunfo muy honorable y meritorio, tal como lo expresa el título de esta nota. Y es maravilloso que, a través de esta iniciativa del ISA y a este auténtico semillero de cantantes jóvenes, se puedan representar más títulos de esta índole en el futuro. Son auténticas joyas que merecen ser rescatadas del olvido.
                                                                                         Martha CORA ELISEHT

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