lunes, 21 de diciembre de 2020

 

 

 

MOZART HIZO REENCONTRAR A LA OPERA CON EL PUBLICO

 

Anfiteatro “Eva Perón” – Parque Centenario-C.A.B.A., “Celebrarte” compañía lírica y “Flat Arts”: Wolfang Amadeus Mozart-Lorenzo Da Ponte, Opera: “Las Bodas de Fígaro”, basada en la comedia original de Beaumarchais  (Selección de escenas con reducción de Orquestación a Grupo de cuerdas), Intérpretes: Augusto Nureña Santi (Fígaro), Paula Alba (Susanna), Juan Ignacio Suares Christensen  (Conde Almaviva), María Pastora (Condesa Rosina), Daniela Prado (Cherubino), Federico Salcedo (Don Bartolo); Bibiana Fischy (Marcellina), Christian Karim Taleb (Don Basilio), Carlos Trujillo (Antonio), Sofía Osorio (Barbarina). Relatos de argumento: Patricia Palmer-Boris. Orquesta de Cuerdas. Dirección Musical: Nicolás Ravelli Barreiro. Dirección Escénica: Leandro Sosa. 20 de Diciembre de 2020.

 

 

NUESTRA OPINION: MUY BUENO.

 

Y al menos una breve gragea lírica en vivo, al aire libre y con el conveniente distanciamiento social, nos pudo acercar al género en este decididamente pésimo 2020 al que aún le quedan unos pocos días pero en donde no sabemos si habrá espacio para más noticias ingratas. El proyecto presentado ante la Dirección de Música del Ministerio de Cultura de la C.A.B.A. por la Compañía “Celebrarte” junto a “Flat Arts” fue el elegido para que en un lapso de noventa minutos se presentase en el Anfiteatro “Eva Perón” de Parque Centenario una selección de las principales escenas de “Las Bodas de Fígaro”, el siempre eficaz título mozartiano que dio inicio a la colaboración creativa con Lorenzo Da Ponte, traducido en una trilogía que se completó con “Don Giovanni” y “Cosi Fan Tutte”.

 

  Si bien la compañía había podido presentar antes de la pandemia con un primer elenco  este título completo en su habitual espacio de la Calle Mario Bravo, el advenimiento de este flagelo dio por tierra con la continuidad de todos sus planes de presentación (me incluyo como espectador ya que por temas personales me hallaba en el interior a su estreno y quedé en ver justamente a este elenco). Las reaperturas de actividades que desde Octubre pasado fueron teniendo lugar en el ámbito de la Capital Federal, llevó a la Dirección de Música del Ministerio de Cultura del Gobierno Porteño a llamar a presentación de proyectos para Actuaciones en el Anfiteatro “Eva Perón” del Parque Centenario (lugar mítico para los Operómanos en épocas veraniegas) . Los mismos no podían superar los noventa minutos de duración. Celebrarte presentó esta idea en conjunto con “Flat Arts”, la que además permitía a los miembros del segundo elenco al menos la actuación en una versión reducida y fue justamente el proyecto seleccionado en esta oportunidad. Un problema adicional lo constituyó el no poder utilizarse el foso orquestal, lo que movió a Leandro Sosa, Director Escénico, a realizar una reformulación de su trabajo visual, empleando todo el escenario con intérpretes al frente, grupo instrumental por detrás y al centro una pantalla, la que permitió a los espectadores, merced a un  interesante manejo de cámaras televisivas la observación conjunta de la labor de los diferentes personajes situados a ambos lados del escenario pudiendo visualizarse las reacciones,  gestos y recursos de actuación como si estuviesen juntos en escena cuando en realidad estaban guardando el debido distanciamiento exigido por esta acuciante situación. La reducción conllevó a que no se pudieran apreciar algunos bellos momentos en pos de resaltar la continuidad de la línea argumental (podemos citar entre otros “Se Vuol Ballare Signor Contino” y la primer aria de Cherubino), pero de todas formas lo esencial de la obra estuvo presente en el escenario. Para completar el trabajo, la imposibilidad de contar con programas de mano motivó que hubiesen narradores para ir contándoles a los espectadores el argumento y lo que iba a escucharse. La primera actriz Patricia Palmer y Ntro. querido Boris, cumplieron con total eficacia ese cometido. Por último, para esta versión se empleó una reducción de la partitura para grupo de cuerdas, a lo que me  referiré líneas abajo.

 

 El desempeño de los intérpretes vocales fue irreprochable en todo sentido. Más allá de algunos detalles de trazo más fino que pudieron faltar, en nada afectan al resultado final. En lo actoral, se movieron con absoluta soltura y todos tuvieron “juego de comedia”, tan necesario en este título. Así pudimos apreciar un muy buen “Fígaro” en Augusto Nureña Santi (A quien venimos apreciando tanto en el “Off Colón” como en labores dentro de dicho teatro y siempre con eficacia), Una irreprochable “Susanna” a cargo de Paula Alba con una frescura vocal envidiable, un “Conde de Almaviva” de fuerte presencia trazado de ese modo por Juan Ignacio Suares Christensen, Una muy buena “Condesa Rosina” interpretada por María Pastora, quien además debió sobrellevar el percance escénico de una caída en una salida de escenario, ganándose la merecida ovación del público por continuar como fuese con su labor. Muy interesante labor le cupo a Daniela Prado en el siempre difícil rol de Cherubinno. Su “Voi che sapete” fue magníficamente expresado con un grato timbre y muy buena línea de canto. Bibiana Fischy mostró soltura en la composición de Marcellina, mientras que Federico Salcedo aporto presencia en su composición de “Don Bartolo”. Cristian Karim Taleb aportó simpatía y juego escénico asumiendo los roles de “Don Basilio” y “Don Curzio” y tanto Carlos Trujillo como “Antonio” como Sofía Osorio como “Barbarina” lucieron en sus intervenciones.

 

  Nicolás Ravelli Barreiro tuvo una muy aceptable labor de concertación, llevó muy bien adelante su cometido con un ensamble de cuerdas que sonó compacto y muy correcto. Al igual que en los interpretes vocales, pudieron haber existido detalles “finos” que faltaron, pero aquí también en nada desmerecen al resultado final. Su entendimiento con las voces fue muy correcto.

 

  Leandro Sosa llevó adelante una interesante tarea escénica. Si bien los interpretes lucieron vestimenta como para una versión de Concierto o semi montada, las marcaciones escénicas y actorales, las entradas y salidas de las voces, su idea para el manejo de cámaras que plasmaban la acción en la pantalla y su respeto por el libro, hicieron  que su labor fuera muy calurosamente saludada por el público.

 

  Y justamente ese público que cubrió prácticamente todo el aforo habilitado y aprovechó la despedida de la Primavera justamente en una tarde acorde climáticamente,  disfrutó como pocas veces este trabajo, habida cuenta de la necesidad de ver en vivo un espectáculo lírico. Grato fue también ver a extraordinarios intérpretes y maestros que se hicieron un lugar para apoyar a sus colegas. Este trabajo hecho por independientes con apoyo de un ente oficial, demostró la viabilidad cuando hay coherencia y profesionalismo (y aquí las hubo). Ahora esperamos que los demás organismos oficiales comiencen a realizar actividades  de este mismo modo y lo antes posible.

 

Donato Decina

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