UNA EXPERIENCIA
SUMAMENTE REVELADORA
Ciclo de
Conciertos de Música de Cámara de la Asociación de Profesores de la Orquesta
Estable del Teatro Colón, temporada 2022. Concierto del mes de Julio
Participantes: Nicolás Giordano, Carlos Guillermo Ferreiro Habra (Violines),
Sepehr Marjourei Noury (Viola), Esdras Campos (Violonchelo), María Cecilia
Muñoz (Flauta), Franco Rapetti, Gabriel Rodríguez, Florencia Barrientos,
Federico Taboada (Percusión). Programa: Obras de Webern, Ravel, Jolivet y Cage.
Auditorio de la Fundación Beethoven de Buenos Aires, 22 de Julio de 2022.
NUESTRA OPINION: MUY BUENO.
Lo que se
inició durante la pandemia como un ciclo por redes para mitigar la cuarentena,
se extendió luego hacia actividades presenciales en la sala del Centro Montañés
de Buenos Aires y hoy asciende un peldaño (quizás el más importante hasta el
presente) al acceder al Auditorio de la Fundación Beethoven de Argentina. Me
estoy refiriendo al Ciclo de Música de Cámara que organiza la Asociación de
Profesores de la Orquesta Estable del Teatro Colón, en el cuál además de
intervenir sus instrumentistas más conocidos le brinda la posibilidad de
participar a aquellos integrantes de sus filas quienes no tienen hoy la chance
de integrar sus primeros atriles pero que son músicos con condiciones de
excelencia, acordes con la importancia de la Orquesta que integran. Un programa
integrado por obras poco frecuentadas de reconocidos creadores fue el
disparador para mi asistencia ahí.
El concierto se inició con la participación
de un Cuarteto de Cuerdas que integraron Nicolás Giordano como primer violín,
Carlos Guillermo Ferreiro Habra como segundo violín (ambos integrantes de la fila
de segundos violines de la Estable), Sepehr Marjouei Nouri en Viola (obviamente
integra la fila correspondiente a su instrumento) y Esdras Campos en
Violonchelo. Han constituido este conjunto para esta ocasión y lo primero que
debo manifestar es que a la luz de los resultados que obtuvieron en esta participación,
deseo que continúen en esta senda y formen un Cuarteto con actividad sostenida.
En primer lugar ofrecieron “Langsamersatz” de
Anton Webern. Movimiento de Cuarteto (sin catalogar por decisión del
compositor) del año 1905. Pieza absolutamente tonal, de extenso desarrollo, muestra
a su autor aún consustanciado con los cánones del Post-Romanticismo, cuando aún
no había recibido la influencia de
Arnold Schönberg que lo llevará a su obra de tesis final de carrera y que lo
decidiera a que lleve el Nº 1 de su catálogo: la célebre “Passacaglia” para
orquesta. Los músicos desarrollaron una impecable labor a partir de la firme
guía de Nicolás Giordano que obró como sostén fundamental de la interpretación,
muy bien secundado por el resto de sus compañeros. Luego cerraron esta participación con el
cuarteto para cuerdas de Maurice Ravel, obra compuesta entre 1902 y 1903 en el
que el gran Mtro. Galo expone muchas de las características que luego serán plasmadas
en forma más ostensible durante el resto de su producción. A lo largo de sus
cuatro movimientos encontraremos pasajes de intensidad y enjundia, alternando
con otros de alta expresividad. Aquí Giordano se vio cumplimentado en el trabajo
de sostén por el violonchelista Campos siendo ambos el factor fundamental para
que la versión, que presentó en el comienzo pasajes un tanto imprecisos, fuese
creciendo en intensidad y vuelo
interpretativo al que se acoplaron muy bien Ferreiro Habra y Marjouei Noury,
los restantes integrantes del cuarteto. Los sostenidos aplausos del público
premiaron con justicia esta labor verdaderamente encomiable de estos jóvenes integrantes
de la Orquesta Estable, quienes dieron
sobradas pruebas del porqué están donde están en el Colón.
De la extensa primera parte a cargo de las
cuerdas, pasamos luego a la poco frecuente combinación de flauta y percusión
con la presentación de la Suite en Concierto para Flauta y Percusionistas de
André Jolivet, notable creador francés, único discípulo europeo de Edgar Varese
e integrante junto a Olivier Messiaen entre otros del grupo de jóvenes músicos
franceses surgido en la Post-Guerra a finales de la década de los cuarenta del
pasado siglo. Esta composición data de comienzos de la década del sesenta y
remite a su concepción de la música imbuida de un pensamiento espiritual. La solista
fue la flautista María Cecilia Muñoz y la acompañaron los percusionistas Franco
Rapetti, Gabriel Rodríguez, Florencia Barrientos y Federico Taboada. A lo largo
de sus tres movimientos en los que empleó dos flautas diferentes para la
interpretación, Muñoz evidenció una técnica formidable y absoluta solvencia
interpretativa, muy bien secundada por sus compañeros percusionistas liderados
por Rapetti en esta ocasión, quién empleó uno de los palillos de percusión como
batuta, haciéndolo de manera muy solvente y precisa y en donde junto a sus
compañeros le brindaron un ropaje formidable a la solista.
Finalmente
y luego de una breve pausa para acomodar la impresionante batería de percusión
que requiere la obra, pudimos apreciar la poco frecuente “Third Construction”
de John Cage. Obra compuesta entre 1939 y 1942, tras su estancia formativa en
Francia y que integra la serie “Constuctions”. Encontramos aquí a un Cage que
desarrolla 24 episodios con un hilo melódico como motivo conductor. Requiere de
un dispositivo de instrumentos de percusión convencionales y, como reconocen Ntros. “Les Luthiers”, también los “informales” entre los que encontramos
diferentes tamaños de envases de hojalata y cuencos invertidos y un gran
caracol marino usado como corno. Con Rapetti y Gabriel Romero alternándose en
la conducción del conjunto, los cuatro maestros impresionaron al auditorio con
una intervención sólida de despliegue imponente, la que enfervorizó al público
que de manera atronadora recibió a este notable trabajo.
Vale la pena estar atentos a las próximas
fechas en las que seguramente los integrantes de las Estable nos seguirán
sorprendiendo con buena música y la notable calidad interpretativa.
Donato Decina
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