sábado, 6 de mayo de 2017

PARA CONOCERLA, ¿Y LUEGO?

Opera de Cámara del Teatro Colón: “La Grotta di Trofonio”, Opera en dos actos con música de Antonio Salieri y Libreto de Giovanni Batista Casti, basada en su obra homónima. Interpretes: Luciano Miotto (Trofonio), Walter Schuarz (Aristone), Victoria Gaeta (Dori), Trinidad Goyeneche (Ofelia), Agustín Gomez (Artemidoro), Mariano Fernández Bustinza (Plistene) y actores figurantes. Escenografía: Gastón Joubert, Proyecciones: Natalio Ríos, Vestuario: Isabel Gual, Iluminación: Ruben Conde, Orquesta Dirigida por Martín Sotelo (Continuo: Iván Rutkauskas), Puesta en Escena: Diego Cosín. Teatro 25 de Mayo, función del 03/05/17.
NUESTRA OPINION:BUENA
  No resistió el paso del tiempo. Esa es la razón fundamental por la que solo ahora, la Opera de Cámara del Teatro Colón   (En su misión de dar a conocer obras poco difundidas u olvidadas, lo cuál comparto plenamente), rescata este  título del antagonista de Mozart. Después de haber tenido la fortuna de presenciar y escuchar su “Falstaff” hace unos pocos años atrás, esta “Grotta” (musicalmente hablando) es una obra infinitamente menor. Con todo es muy loable el esfuerzo realizado, a partir de un enfoque “aggiornado” que Diego Cosín le imprimió a este trabajo, lo que hizo que no se cayera en un temido naufragio. Es una comedia sencilla y sin pretensiones, la que podrá haber entretenido al público en la época de su estreno, pero que para hoy, salvo el remate de situaciones justamente provocadas por esa actualización escénica, haga que las carcajadas no sean fáciles. El argumento es sencillo, Aristone tiene por hijas a Dori y Ofelia, la primera muy “Pizpireta”, la segunda formal y “filósofa”. Tienen en sus respectivos novios, Artemidoro y Plistene a sus “almas Gemelas”. Una fortuita excursión de ellos por la playa, deriva en un encuentro con Trofonio, un mago, quien vive en una gruta allí situada. El ingresar por una de sus aberturas y el salir por la otra, hará que luego de inhalar el vapor que se desprende de una sustancia creada por el mago les transmute la personalidad a ambos. Uno tomará la del otro y viceversa. Las jóvenes y el padre de ambas entraran en desesperación y los matrimonios de ambas estarán en duda, ellos mismos no entienden de donde vienen al asumir las nuevas personalidades, una nueva pasada por la Gruta hará que vuelvan a la normalidad, pero para ese entonces serán las hermanas las que ahora vivan la misma situación. Solo el Padre al encontrarse con el alquimista comprende lo sucedido y logra del mago que haga volver las cosas a su cauce, con el consecuente final feliz.

  Diego Cosin resolvió con recursos efectivos el movimiento escénico. Pudo extraer lo mejor de la actuación de los interpretes, moverlos de manera inteligente por el escenario y hacer que el espectáculo transcurra de la manera mas ágil posible. Para ello contó con una escenografía muy práctica de Gastón Joubert, apoyada también por correctas proyecciones de fondo de Natalio Ríos (aunque debemos pedir por favor que no se insista con la proyección del avión de propaganda de fondo, ya es como el tercer espectáculo que lo aplica). Muy bueno y práctico el vestuario diseñado por Isabel Gual (justo para rápidos cambios de escena).

  En lo vocal, Walter Schuarz tuvo un desempeño sobresaliente como Aristone (padre de las jovenes), muy bien caracterizado, excelente actor y parejo vocalmente de punta a punta. Victoria Gaeta, sacó provecho de todas sus cualidades para trazar una estupenda Dori y llevarla mas allá de lo que la partitura realmente daba. Luciano Miotto compuso a Trofonio de manera correcta y con sobrado oficio. Trinidad Goyeneche tuvo mas encanto como la Filósofa que como la Pizpireta. Mariano Fernández Bustinza sacó provecho del rol de Plistene redondeando una buena actuación y Agustín Gómez como Artemidoro se mostró como un valor interesante al que lo deberemos apreciar en roles de mayor valía.

  El grupo orquestal bajo la Dirección de Martín Sotelo, tuvo en Iván Rutkauskas a un excelente continuo que dio las apoyaturas justas en cada situación, solo que a mi entender el déficit vino por el lado de algunos “tempi” demasiado lentos, con lo que muchos baches que la obra tiene, quedaron aun mas expuestos.

  Fue interesante conocer esta obra y saber de que se trata, pero el paso del tiempo ha hecho de las suyas, ¿habrá alguna nueva vez?

 

Donato Decina

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