¡AL COLON!
Concierto
Sinfónico-Vocal con Semi Montaje Escénico, Director: Lucio Bruno-Videla,
Solistas: Sebastián Sorrarain (Barítono), Trinidad Goyeneche (Mezzosoprano),
Laura Delogu (Soprano). Guión: Margarita Pollini, Dirección Escénica: María
Concepción y María de la Paz Perré. Iluminación: Ernesto Bechara. Efectos
Especiales: Gerardo Delgado. Programa: Mariano Pablo Rosquellas: “Marchese, Che
Mai Dite?. Da Suoi vaghi, Amati Rai”. Recitativo y Aria para Barítono y Orquesta
Compuesto Circa 1815. Sinfonía “La Batalla de Ayacucho” a Doble Orquesta
(Compuesta en 1832 con Edición Crítica
de Lucio Bruno-Videla) Esteban Massini: “Al Veinte y Cinco de Mayo” (Canción
Compuesta en 1830 en Orquestación de Patricio Matteri). Vicente López y
Planes-Blas Parera: Himno Nacional Argentino en versión a dos voces
probablemente utilizada en su estreno absoluto reconstruida por Patricio
Matteri según fuentes documentales. CCK-Sala Argentina, 9 de Julio de 2017.
NUESTRA OPINION: EXCELENTE
No pudo haber
habido un mejor homenaje de la música al aniversario patrio que el de este
concierto tan revelador, en donde una vez mas la incansable labor de Lucio
Bruno-Videla en materia de recuperación de trabajos olvidados o casi
desaparecidos. Invalorable también fue la cooperación de los descendientes de
Mariano Pablo Rosquellas, hoy residentes en Bolivia, poseedores de los
manuscritos originales del Recitativo y Aria “Marchese , Che mai dite. Da suol
vaghi, amati rai” y , fundamentalmente, de la Sinfonía a doble Orquesta “La
Batalla de Ayacucho”, eje fundamental del Concierto. Junto a estos dos pilares,
una recuperación de una canción de Esteban Massini, “Al veinte y Cinco de Mayo”
(Sic) (la cuál integro el repertorio de Rosquellas), orquestada para esta ocasión por Patricio
Matteri, quien también aportó una reconstrucción lo mas cercana posible al
Original de Estreno del Himno Nacional Argentino.
Margarita
Pollini elaboró un guión el que fue actuado por Sebastián Sorrarain y Trinidad
Goyeneche, quienes personificaron a Rosquellas y su esposa, Leticia de Lacy,
con lo cual el publico pudo entender quien fue este cantante y compositor,
figura fundamental del surgimiento del arte lirico en el Río de la Plata,
residiendo en Buenos Aires por una década entre 1823 y 1833, cuando partió a
Bolivia en donde residió hasta su fallecimiento Cantante, Compositor y Empresario, fue uno de
los autores que abordó el libro “El
Califa de Bagdad” para convertirlo en ópera. Compartió escenarios con el gran
Manuel García en Europa, con el que, seguramente, inicó su devoción por
Rossini. En gira por ciudades Europeas conoció a Leticia de Lacy, con la que contrajo
matrimonio hasta tomar la decisión de cruzar el Atlántico y probar suerte en
estas tierras. Decir que se le debe el
estreno absoluto de “El Barbero de Sevilla”. Primer título lírico íntegramente
representado en el “Coliseo Provisional”, habla a las claras de su importancia
. Ya en 1815, aun afincado en Europa,
compuso el recitativo y aria “Marchese….”, el que Sorrarain interpretó
con muchísima elegancia, dedicado al infante hijo de Fernando VII, conocida por
allí la noticia de que el Gral. Belgrano lo imaginaba como encabezando el trono
de las Provincias Unidas. La influencia Mozartiana domina por completo esta
composición y resultó por demás interesante la reconstrucción que Bruno-Videla
efectuó, con instrumentación noble, logrando del conjunto armado para esta
ocasión (¿Por qué no se pensó en la Orquesta Juan de Dios Filiberto o la
mismísima Sinfónica Nacional?. ¿Qué nos pasa?) un muy buen empaste . Llegó el
turno luego de “Al Veinte y Cinco de Mayo”, canción alegórica de la gesta de
1810, la que encontró en Trinidad Goyeneche a la interprete ideal. Estamos ya
ela década 1830 y entonces la influencia Rossiniana para esta canción es
abrumadora y el rescate e instrumentación que Patricio Matteri efectuó lo deja
en clara evidencia.
Y llegamos al
punto central: “La Batalla de Ayacucho”.
Página de 1832 para un doble dispositivo Orquestal. Cuatro Movimientos ampliamente
descriptivos todos ellos. El primero un largo que vira a un Allegro Maestoso
nos nuestra el paso de las tropas al campo de batalla. El segundo, Allegro
Assai, describe la Batalla propiamente dicha. El tercero: Marcha Fúnebre,
homenaje a los caídos y el Cuarto, Allegro, celebración de la victoria. Una
orquestación inteligentísima para todos sus momentos. Uso de tambores de
guerra, redoblantes. Es obvio que se pensó en cañones, aquí representados
mediante efectos especiales muy buen conducidos por Gerardo Delgado. En cuanto a la música las referencias son
ineludibles. A los mencionados Mozart y Rossini, se les suma Beethoven y esta
muy claro que la Sinfonía Nº 3 “Heróica” y todo lo que ella expresa en sus dos
últimos movimientos, obró como inspiración. La descripción de la batalla, el
dolor por los caídos (un siglo antes de que
Prokofieff lo manifestara en su imponente Alexander Nevsky) y la felicidad del
triunfo grafican a las claras las intenciones de este muy buen compositor.
Pensemos que es casi una sinfonía programática, cuando aun por aquí no
existían noticias de la existencia de
Héctor Berlioz, por lo que hace mas interesante aun la novedad. El trabajo de Bruno-Videla
al frente de la Orquesta fue de una precisión absoluta, logrando del conjunto
(Intergado por elementos de las principales orquestas del país con Gustavo Mule
a la cabeza como Concertino) un rendimiento superlativo, rescatando con
justicia a Rosquellas compositor y dejando en claro que el Colón debería en un
futuro nada lejando programar con alguno de sus conjuntos este trabajo, que
harto lo merece.
El cierre
formal fue con una aproximación que Patricio Matteri logró de nuestro Himno
Nacional , entonado Por Laura Delogu ( quien se mostró también como muy buena
percusionista con el segundo de los Bombos que intervinieron en la Sinfonía) y
Trinidad Goyeneche, incluyendo la estrofa “Se levanta a la faz de la Tierra una
Nueva y Gloriosa Nación……” , Muy reveladora para Mí. Y luego sí el cierre
informal mas apropiado: la versión
oficial de Nuestra Canción Patria, entonada con total fervor por la
concurrencia.
Fue
interesante la labor de las Hermanas María Concepción y María de la Paz Perré,
en la marcación actoral de Sorrarain y Goyeneche, vestidos a la usanza de la
época del estreno de la partitura, resaltada una vez mas de manera formidable
por la iluminación de Ernesto Bechara. Repito entonces, que el Colón debe tomar
nota de todo esto. Tal vez, el ciclo de los Domingos a la mañana sería ideal
para programarla.
Donato Decina
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