UN VENDAVAL
INTERPRETATIVO SOBRE EL ESCENARIO DEL COLON
Teatro Colón,
Ciclo “Colón Contemporáneo”, presentación del Pianista Nicolás Hodges.
Programa: Obras de Salvatore Sciarrino y Doménico Scarlatti. 23 de Agosto de
2017.
NUESTRA OPINION: EXCELENTE
Este concierto
que “Colón Contemporáneo ha ofrecido tuvo la virtud de mostrarnos el
crecimiento artístico de Salvatore Sciarrino.
El vehículo ideal para este recorrido fue el pianista Ingles Nicolás Hodges, quien se nos
reveló como un interprete absolutamente consustanciado con la obra del
reconocido creador Italiano, al punto tal que Este le dedicó sus “Dos Nocturnos
Crueles” (“Due Notturni Crudeli”), obra del 2001, junto a la que se incluyeron
las Cinco Sonatas que van desde 1976 a 1994. Junto a todos ellos, se
intercalaron sonatas de dos períodos bien diferenciados de Doménico Scarlatti
las K 69, K84, K502 y K 532 . Estas obraron como separadores entre las obras
contundentes de Sciarrino, algo así como un bálsamo, un descanso en el teclado,
al que también matizó al permitir el interprete aplaudir entre obras, lo que le
posibilitó incorporarse y caminar unos metros entre el Piano y el Backstage,
aumentando así esa necesaria distensión. Entiendo que no fue casual el orden en
que intercaló las sonatas, partiendo de la Nº 2, obra de 1983, incisiva sí,
pero que conserva notoria influencia aún de los grandes creadores italianos de
siglo veinte. Recuérdese que aquí estamos ante un Sciarrino de treinta y tres
años y es probable que aún persistieran esos detalles señalados. La segunda
sonata abordada fue la Nº 1 de 1976, muy
sutil, que en nadia presagia lo que años después sobrevendría. El Cierre de la
primera parte le cupo a la Nº 4 de 1992 y aquí el Sciarrino que todos conocemos,
arrollador, sin concesiones, sin respiro alguno al oyente, demoledor y un
primer detalle que es que el interprete se calza guantes de manejo (esos que
dejan los dedos al descubierto) y de esa
manera debe ejecutarla. Hodges aquí realizó una verdadera proeza y en cuanto a
Scarlatti (de las que abordó las K502 y K84), fue muy correcto, con buena
digitación y grato sonido.
La segunda
parte abrió con la Sonata Nº 5 de 1994 con juegos tímbricos, trabajo sobre una
persistente melodía, la que surge en medio de las sonoridades mas enérgicas y
aquí otra formidable entrega del solista, que reiterará en la Sonata Nº 3 (Esta
también comn los “guantes” colocados) y cerrar la descomunal faena con los
antedichos “Due Notturni Crudeli” que enfatizaron aun mas el credo compositivo
de Sciarrino, capaz de pasar de los
sonidos mas violentos a las formas mas apaciguadas que precisamente cierran
ambos nocturnos y entre las tres “criaturas” las K69 y K.532 de Scarlatti, que
completaron el ideal de concierto y revelaron a un formidable interprete.
Donato Decina
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