El pasado 12 de mayo se presentó la O.S.N.con el M° Darío Domínguez Xodo en el podio y Alejandro Aldana como solista de violín. En programa: Inti Raymi de E.Benzecry, Concierto para violín y orquesta N°1 de S.Prokofiev y Sinfonía N°9 de D.Shostakovich
Inti Raymi (2001),que fue estrenada por esta misma orquesta, hace reconocible al compositor en sus rasgos orquestales,La música trata de pintar la alegría, los colores y la atmosfera de una fiesta de ofrendas al sol, con ritmos de danzas sudamericanas e invocaciones. Aquí el autor
no pretende hacer etnomusicología, sino, que toma, raíces, ritmos y mitología como fuente de inspiración para desarrollar su propio lenguaje, como una especie de folcklore imaginario.
Al finalizar la obra el M° Benzecry fue
invitado al escenario, donde recibió gran aplauso del publico presente.
Las dos próximas obras, a cuyos autores puede considerárseles como los máximos exponentes del período soviético y cuya relación entre el contexto político y social fue signada por conflictos, retracciónes y amenazas. Obviamente hubo otras figuras relevantes contemporáneas nacidas en el suelo ruso, el pionero Scriabin, el demorado Rachmaninov y el decisivo Stravinsky, pero el primero murió tempranamente y los otros se exiliaron para regresar tardíamente de visita (Stravinsky),o no más volver( Rachmaninov )
En el concierto de Prokofiev, A. Aldana pudo demostrar su gran virtuosismo, muy bien secundado por las intervenciones en flauta de Guillermo Irusta y de Guillermo Sanchez en clarinete. Además el M° Aldana giraba haciendo contacto visual con las maderas, las cuerdas y la percusión, muchas de las veces en las que la obra señalizaba cambios bruscos de tiempos. Esto le dio un carácter muy camarístico, y un mejor ensamble que se transmitió orgánicamente. Al finalizar A.Aldana fue ovacionado por el público, y fuera de programa brindó una versión para violin del tango de Gardel y Lepera "Por una cabeza"
Finalizando se pudo escuchar la Sinfonía N°9 de D. Shostakovich.
La sinfonía fue una especialidad del autor, su temperamento lo inclinaba naturalmente a un modelo ya acostumbrado a la magnitud épica y a la confesión autobiográfica.A través de sus sinfonías pueden observarse veladas críticas y amenazas al régimen soviético(5°), humores ambiguos (6°) o la narración de dolorosos hechos (7°y 8°). Sin embargo en 1945, cuando la 9° vio la luz, nada de titánica lucha heroica, nada de gesto desgarrado, nada de peroración conclusiva... a cambio 19 minutos de proporciones orquestales casi haydnianas, un humor casi festivo con pocos momentos de compromiso emocional. Así el M° Domínguez Xodo supo guiar sabiamente la orquesta concretando ese espiritu que el autor quiso dar a esta sinfonia. Un gran final de concierto que el público acompañó con fervientes aplausos.
MARTA LUGO DE PALACIO
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