UN GRAN
PIANISTA JUNTO A UN CONJUNTO DE FUSTE
“Ciclo
Eufonía”: Presentación de Daniel Levy (Piano) junto al Cuarteto “Petrus” (Pablo
Saraví [Primer Violín], Hernán Briático [Segundo Violín], Adrián Felizia
[Viola], Gloria Pankaeva[Violonchelo]). Programa: Johannes Brahms: Cuarteto con
Piano Nº 2 en La mayor, Op. 26. Robert Schumann: Quinteto con Piano en Mi bemol
mayor, Op. 44. Teatro Coliseo, 20/09/17.
NUESTRA OPINION: MUY BUENO.
El cíclo “Eufonía” que el Pianista Daniel Levy junto a
su hermano Hugo comenzará a desarrollar a partir de este año apunta al arte de
“Saber Escuchar”, concepto que no está de mas refrendar en momentos en que
pareciera no ocurrir para el común de la gente. Temas como manejo del silencio,
la música y escuchar al otro se podrán percibir en una serie de charlas en el
próximo mes de Octubre, y el punto de arranque lo constituyó este concierto en
el que este gran interprete Argentino
(desde hace muchos años radicado en Europa) junto al Cuarteto “Petrus”
(acaso uno de los mejores conjuntos de cámara Argentinos de la actualidad)
recrearon dos obras de gran aliento que pueden considerase como un correlato dado
la empatía que hubo entre ambos compositores: Johannes Brahms y Robert
Schumann. Mas allá de la conocida relación que unió al primero con la viuda del
segundo, el respeto siempre profesado que Brahms mantuvo con la tradición
académica alemana de la que Schumann fue uno de sus mas rancios exponentes hace
que ubiquemos una línea de continuidad muy definida entre ambos y las
composiciones de ellos elegidas para esta ocasión, aunque en el modo
cronológico la primera es posterior a la segunda.
La primera
parte de la noche fue para el Cuarteto para Piano y Cuerdas Nº 2 de Brahms.
Obra muy homogénea y de amplio desarrollo discursivo, clásico en las
composiciones del gran Hamburgués en ese primer período creativo. Aquí el Piano
tiene fundamental participación ya que sostiene ese discurso musical y lo
refrenda, para que luego sean las cuerdas las que lleven adelante la fuerza de
ese discurso. Si bien la versión fue muy correcta, se notó bastante la falta de
ajuste en algunos pasajes, que si bien no conspiraron en el resultado final
quedaron en evidencia.
En cambio fue
formidable la versión del Quinteto para Piano y Cuerdas de Schumann, la que sin
llegar a la cumbre que significó la que ofrecieran en el mismo Coliseo hace
casi una década atrás Elena Bashkirova y sus “Jerusalem Chamber Players”, fue
de muy buena factura. Levy haciendo gala de su gran técnica y bien ganado
prestigio, con plena conexión con el “Petrus” que lució en gran forma
lográndose entonces una versión plena de musicalidad y alto vuelo
interpretativo.
La sostenida
ovación de la platea logró de los interpretes el que a modo de “bis” ofrecieran
la parte final del último movimiento, la que redondeó una actuación
estupenda.
Donato Decina
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