jueves, 19 de abril de 2018



MAGISTRAL, SUBLIME Y APOTEÓTICO
Excelente versión de “El Corsario” en la apertura de la Temporada de Ballet en el Colón

La Temporada del Ballet Estable del Teatro Colón comenzó brindando un espectáculo de lujo: la reposición de “EL CORSARIO”, de los compositores franceses Adolphe Adam y Leo Délibes y los italianos Cesare Pugni y Riccardo Drigo- autor de la música del celebérrimo Pas de Deux, que forma parte del repertorio integral de las grandes compañías de ballet del mundo- , en reposición coreográfica de Anne- Marie Holmes (supervisada por Julio Bocca y Paloma Herrera) e interpretada por la Filarmónica de Buenos Aires,  bajo la dirección musical de Tara Simoncic.
Las funciones tuvieron lugar entre los días 8 al 15 del corriente y los roles protagónicos estuvieron a cargo de Hernán Cornejo (Conrad), Damiil Simkin (Alí) y María Kochetkova (Medora), en las funciones de Abono Nocturno (martes 10) y Vespertino (domingo 8). En el resto de las funciones, los roles principales estuvieron a cargo de Nadia Muzyca y Macarena Giménez (Medora); Federico Fernández y Juan Pablo Ledo (Conrad) y Jiva Velázquez y Maximiliano Iglesias (Alí). Dentro de los roles secundarios interpretados por los primeros solistas, hubo actuaciones destacadas de Edgardo Trabalón (Birabanto), Maximiliano Iglesias y Alejo Can o Maldonado (Lankedem) y Emilia Peredo Aguirre, Ayelén Sánchez y Camila Bocca (Gulduna).
Particularmente, en carácter de abonada y periodista especializada, una hará referencia a la función que presenció el pasado martes 10 del corriente, que no sólo descolló por la calidad de las interpretaciones de los solistas principales, sino también por la homogeneidad de las escenas de conjunto, en el marco de la magnífica escenografía montada por Christian Prego y el excelente vestuario que el prestigioso Aníbal Lápiz diseñó para esta ocasión.
Hernán Cornejo es un bailarín que no sólo descuella por sus piruetas y sus impresionantes saltos sobre el escenario, sino que, además, ha sido un magnífico intérprete del pirata Conrad, secundado magistralmente por su esclavo Alí (Damiil Simkin), quien sobresalió en el solage y el Divertimment del segundo acto. Ambos poseen una técnica y disciplina perfectas, además de transmitir seguridad, brillo, prolijidad y delicadeza ante trucos de difícil ejecución, que deben ser interpretados bajo una precisión absoluta.
En cuanto a la primera bailarina, María Kochetkova interpretó una Medora de alta calidad artística. Poseedora de una técnica impecable, se destacó en los developées y flûtes del 1° y 2° actos, demostrando precisión y gracia en sus movimientos. También tuvo una destacadísima actuación la joven Emilia Peredo Aguirre en el rol de Gulduna (amiga de Medora, quien es vendida como esclava al Pashá), quien demostró poseer técnica, talento y seguridad en las piruetas y los trucos. Muy buenas las actuaciones de Edgardo Trabalón en el rol de Birabanto (pirata que, posteriormente, traiciona a Conrad), Maximiliano Iglesias  (Lankendem, mercader de esclavos) y las variaciones a cargo de Sthepanie Kessel, Natalia Pelayo y Ludmila Garaverna, quien ha sido una auténtica revelación. De este trío, fue la que sobresalió por su técnica, precisión y seguridad en sus movimientos.
Fue una noche mágica, donde una constelación de estrellas brilló sobre el escenario en todos los aspectos anteriormente descriptos. El público estalló en merecidos aplausos y una lluvia de vítores. Una auténtica noche de Colón, como hacía rato que no se veía, con bailarines dignos de la talla de un Rudolph Nureyev, Mikhail Barishnikov o Vladimir Vassiliev, por el hecho de recordar algunos de los más grandes que dieron vida al corsario Conrad en el escenario de nuestro máximo coliseo. 
                                                                           Martha CORA ELISEHT

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