miércoles, 11 de abril de 2018



UNA INTERPRETACIÓN PARA RECORDAR

Excelente inicio del Ciclo Integral de las sinfonías de Schumann en la Usina del Arte

                                                                                         

El pasado sábado 7 del corriente comenzó el ciclo Integral de las Sinfonías de Robert Schumann (1810-1856), que tuvo lugar en la Usina del Arte a cargo de la Orquesta Estable del Teatro Colón, dirigida por Nicolás Rauss.
Hacía rato que no se brindaba un ciclo sinfónico integral de este gran compositor alemán, quien fuera uno de los máximos exponentes e impulsores del romanticismo musical germano. Sus cuatro sinfonías son obras de difícil ejecución, que requieren de un equilibrio orquestal muy preciso y, al mismo tiempo, poseen un fraseo que, a veces, dificulta el mencionado equilibrio entre los diferentes planos sonoros.  Pero no ha sido impedimento para ese maravilloso organismo sinfónico que es la Estable, que sonó majestuosa, marcial y, al mismo tiempo, romántica. Podrá parecer una redundancia, pero a veces es difícil para el periodista especializado encontrar sinónimos que describan exactamente dicha impresión sonora. Además, la excelente acústica de la sala sinfónica de la Usina del Arte contribuyó para que eso pudiera suceder.
Como no podía ser de otra manera, el concierto comenzó con la 1° Sinfonía en Si bemol mayor, Op.38 (“Primavera”), donde el director no sólo marcó a los músicos los diferentes tempi desde el 1° movimiento (Andante un poco maestoso- Allegro molto vivace) sino que además, contagió  su entusiasmo hacia los músicos. Esto se puso aún más de manifiesto en el 2° movimiento (Larghetto), donde los metales (trombones, trombón bajo y cornos) deben lograr un efecto que suene marcial y dulce al mismo tiempo. Las intervenciones de los solistas de los diferentes grupos de instrumentos han sido muy bien logradas y muy elogiadas por el público a la hora de aplaudir. El fraseo y el Cantabile del 3° movimiento (Scherzo: molto vivace- trio I e molto piú vivace- trio II) estuvieron perfectamente logrados en las cuerdas, actuando como guías Freddy Varela Montero (violines) y Stanimir Todorov (violoncellos). También tuvo una actuación muy destacada el flautista Jorge de la Vega en los solos correspondientes para dicho instrumento. Y la orquesta estalló en el movimiento final (Allegro animato e grazioso), bajo la excelente batuta del suizo Nicolás Rauss, quien tuvo el gran mérito de dirigir ambas obras de memoria.
El programa se completó con la Tercera Sinfonía en Mi bemol mayor, Op. 97 (“Renana”), que es de lo más conocido de la producción sinfónica del compositor y forma parte de numerosos programas de conciertos. Sus cinco movimientos (Allegro vivace- Lebhaft/ Scherzo: sehr mässig/ Intermezzo- nicht Snell/ Feierlich/ Lebhaft) requieren ser ejecutados de manera precisa, firme y contundente; precisamente, por sus explicaciones en alemán (Vívido- Animado/ Muy moderado/ No muy rápido/ Solemnemente/Animado). Y, tal cual está expresado en su idioma original -por expresa indicación del compositor-, fue así cómo se ejecutó. Naturalmente, la sala estalló en aplausos al final.
Este Ciclo se completará con otros dos conciertos, que tendrán lugar en la misma sede el 16 de Junio, donde se interpretarán las Sinfonías 2° y 4°, a cargo de Rodolfo Saglimbeni, y los días 21 y 22 de Diciembre, donde Enrique Arturo Diemecke cerrará el mismo junto al Coro Estable del Colón interpretando la Novena Sinfonía de Beethoven. Hubiera sido ideal que el ciclo fuera dirigido por un mismo director, pero lamentablemente, por razones de programación, no siempre se puede lograr.
A su vez, es justo y meritorio realizar ciclos sinfónicos de diferentes compositores. Ya se hizo con Beethoven y Tchaikowsky, y ahora, le toca el turno a Schumann. Y durante este año, Daniel Barenboim interpretará junto a la Berliner Staatsoper el ciclo integral de las sinfonías de Johannes Brahms. Sería bueno organizar un Ciclo Dvorak, Schubert o Sibelius, y ¿por qué no? un ciclo integral de las sinfonías de Carl Nielsen o de Alfvén. Tanto la Filarmónica de Buenos Aires como la Estable del Colón y la Sinfónica Nacional han dado muestras cabales que son capaces de poder hacerlo. Y se cuenta también con directores de suficiente prestigio en el país como para poder lograrlo.
                                                                                      Martha CORA ELISEHT

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