LA VIGENCIA DE UNA
DUPLA EXTRAORDINARIA
Teatro Colón,
Temporada 2019, Ciclo: “Colón Contemporáneo”. Concierto a cargo del dúo de
pianos Katia y Marielle Labeque, acompañadas por David Chalmin (Electrónica,
Sintetizador y Guitarra Eléctrica). Programa: Obras de Dessner, Glass, Chalmin
y Yorke. 29 de Octubre de 2019.
NUESTRA OPINION: EXCELENTE
Desde hace alrededor
de treinta años las hermanas Katia y Marielle Labeque recorren juntas el mundo con
su arte. Los más importantes escenarios, las más importantes orquestas con los
mejores conductores se abrieron para ellas. Compositores que les han dedicado
trabajos. Actuaciones con artistas de otros géneros. Todo ello da por resultado
una carrera extraordinaria, un mutuo entendimiento que va más allá del lazo de
familia y, para el público, conciertos de resultados formidables.
Sorprendió y mucho la decisión de Martín Bauer
de programar esta propuesta basada en el minimalismo. Y el hecho de que haya
sostenido esa decisión, más allá del gusto y disgusto que la forma cosecha por
igual, es sumamente saludable y más si se tiene en cuenta que se ha hecho en
una programación compuesta tan solo por tres conciertos, de los cuáles uno fue compartido
con el abono de la Filarmónica para presentar “El Baile” de Oscar Strasnoy.
Las presencias de Beat Furrer y Georg
Friederich Haas, el citado estreno de “El Baile” y las obras incluidas en este
recital (todas compuestas en la última década), dan cuenta de un compromiso con
las creaciones más recientes y la amplitud
de visión respecto a los estilos actuales del que el único beneficiario
es el público, el que en este caso produjo un lleno de casi el 80 % de la sala
mayor del Colón.
Las hermanas Labeque incluyeron para esta
ocasión “El Chan” para dos pianos, obra del año 2016 en estreno argentino, inspirada en un ser mítico de México, del que
se dice que resguarda el gran lago llamado “El Charco del Ingenio”, ubicado en
el cañón desértico de San Miguel del Allende. Son siete pasajes independientes
que conforman el trabajo, muy intensos y cambiantes entre sí en lo que hace a
intensidades. Las melodías son penetrantes, no hay excesos en los “forte” y
mientras uno de los pianos es sostén, el otro desarrolla cada melodía. Aquí la
mutua compenetración y entendimiento fue la constante y el pulso de ambas,
magnífico.
También conocimos como compositor e
interprete al francés David Chalmin quien es además multiinstrumentista y que aborda por igual
trabajos de corte popular y clásico. De él se escuchó en el final de la primera
parte “Distant Places” de año 2018, en el cuál una intervención eléctrica da un
sostén musical, junto a la participación de la Guitarra eléctrica, a una
melodía muy intensa. Ambos pianos desarrollan
dicha melodía en diferentes variantes. Muy conciso, y contundente, este trabajo
fue del gusto del público, el que con sostenidos aplausos recibió la versión.
Del británico Tom Yorke, integrante además
del grupo de rock “Radiohead”, se conoció “Don’t Fear The Light” de este año en
estreno absoluto para toda América. Cuenta con intervención de electrónica y de
un sintetizador modular. Contiene tres movimientos de los que no se indica
característica alguna. Los dos primeros
son solo para dúo de pianos y remite a un desarrollo de un tema cada uno, ambos
de mucha intensidad. Ya en el tercero se incluye la electrónica en una nota sostén
y el sintetizador, el que pareciera “latir”.
Fue una versión estupenda y muy intensa. Pareciera que ha habido un sector del
público que concurrió atraído por la realización de esta obra del líder de “Radiohead”.
El remate fue contundente y la labor de conjunto, extraordinaria.
Los dos exponentes más notorios del minimalismo
son John Adams y Phillip Glass. Y de este último se incluyeron: Para Piano
Solo: “Estudio Nº 18”, el que fue interpretado por Marielle y “The Poet Acts”,
interpretada por Katia, la que inició su trabajo a partir de la última nota de
la obra abordada por su hermana. Conforma esta última página la banda sonora de
la película “Las Horas”. Son dos
momentos complejos en desarrollo, muy bien sorteados ambos por las hermanas. Concisos
y contundentes ambos trabajos los que impresionaron muy favorablemente. Y en el
cierre del concierto se apreció “Cuatro movimientos para dos pianos” del año
2008 en estreno latinoamericano. Son piezas plenas de intensidad en las que se
puedan intercalar el rol de primer y segundo piano. Fueron muy bien llevadas,
son algo extensas en duración y demandan total entrega por parte de las intérpretes.
Cabe reiterar la total compenetración de
ambas. El entendimiento con Chalmin en las obras con electrónica, guitarra y
sintetizador. La técnica que las dos poseen es formidable y el sonido de ellas
es exquisito, por lo que se tuvo un programa minimalista muy amplio, actual e
interesante, abordado por un dúo número uno a nivel mundial.
Tres bises que salieron de ese estilo
remataron una faena memorable. El primero, una versión antológica de “Le Jardin
Feerique” con el que cierra “Ma mere l’oye” de Maurice Ravel, seguida por una pieza de corte jazzitica en
la que se percibió la melodía de inicio de “West Side Story” de Leonard
Bernstein, muy intensa que prendió muy
fuerte en el público. Y un “valseado”
muy simpático y conciso que cerró de modo magistral una noche extraordinaria.
Donato Decina
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