LUCIERON BARILE Y
BALDINI JUNTO A LA FILARMONICA
Teatro
Colón, temporada 2019, decimoquinto concierto de abono a cargo de la Orquesta
Filarmónica de Buenos Aires, Director: Christian Baldini. Solista: Claudio Barile
(Flauta). Programa: Obras de Maurice Ravel, Carl Philipp Emanuel Bach y
Alexander Borodin. 03 de Octubre de 2019.
NUESTRA OPINION. MUY BUENO.
Una vez más
retornó a la Argentina y al escenario del Colón Christian Baldini, uno de los
integrantes de la brillante camada de jóvenes directores que poco a poco
comienzan a dejar su impronta al afrontar conciertos junto a las mejores
orquestas de Ntro. Medio. En este caso fue invitado a dirigir el decimoquinto
concierto de abono de la Filarmónica en donde logró muy buenos resultados.
Una sabia decisión del Director fue ubicar al
conjunto ”a la Alemana”, con primeros y segundos violines enfrentados,
violonchelos y contrabajos a la izquierda del Director, solo las violas en su
ubicación habitual, vientos al centro al igual que la percusión y metales redistribuidos.
El sonido es distinto y mucho más transparente. Ennrique Diemecke había hecho
una experiencia similar en el primero de los conciertos de aquella recordada
serie integral Beethoven. Ignoro por qué
no lo continuó. Todas las agrupaciones visitantes han formado de igual forma en
los últimos tiempos. Huelga decir el excelente sonido que cada una de ellas
evidenció en el escenario del Colón.
Abrió el programa con una interesante versión
de “Alborada del Gracioso” de Maurice Ravel, integrante de la serie “Miroirs”
(Cinco piezas que además de esta integra también “Una Barca sobre el Océano”).
La “chispa” española que Ravel plasma en el pentagrama estuvo siempre presente
en esta vinterpretación, apoyada además por muy buenos desempeños de los
principales atriles solistas. Baldini logró exponer el color que esta
composición contiene. Ojalá la serie orquestada completa sea tenida en cuenta
en conciertos futuros pues es muy posible que el público de hoy no tenga idea
de la riqueza que hay en cada uno de los fragmentos que la componen.
Cada presentación de Claudio Barile es una
promesa de excelentes versiones. Y quien es hoy por hoy Ntro. Mejor flautista no
defraudó en absoluto. Abordó el concierto para su instrumento en Re menor que en
el catálogo Wq. Lleva el Nº 22.
En primer lugar y aunque mi preferencia pase
por versiones de acuerdo a la tendencia actual de revisionísmo empleando
instrumentos a la usanza de época, celebro la decisión de Baldini de emplear
una formación absolutamente camarística con un orgánico de 18 instrumentistas. Si bien los “tempi”
adoptados responden a la usanza de orquesta moderna, Barile se movió como pez
en el agua, contagiando al resto de sus compañeros de orquesta quienes
estuvieron atentos a las indicaciones de Baldini. El sonido del solista no pudo
ser más transparente y perfecto con un último tramo en donde todos entregaron
un momento pleno de entusiasmo y energía tal
que motivó la inmediata reacción del público saludando la labor. Barile
le entrego a modo de agradecimiento una “yapa” de lujo: una descomunal versión
de “Syrinx” de Claude Debussy que tuvo clima íntimo, sutilezas y magistral
sonido.
La segunda parte nos mostró a Baldini
llevando adelante la injustamente relegada Sinfonía Nº 2 en Si menor de Alexander
Borodin, en donde el compositor de “El Principe Igor” se revela como un
magistral orquestador y un creador de
melodías que deben hacer “cantar” a las buenas orquestas que se precien de
serlo, con cumbres como el “Andante” que conforma el tercer movimiento que
contiene momentos de pleno lirismo. Baldini tuvo el exacto control de la
Filarmónica, alcanzó instantes de lucimiento, hubo muy buenas respuestas de
todos los sectores, aunque adoptó por momentos un “tempi” un tanto más ágil de
lo habitual. A veces hay que expresar más el discurso, y más con los buenos
atriles de la Filarmónica. De todos modos fue una buena versión y los aplausos
solicitando la salida a escena del joven conductor fueron prueba elocuente de
ello.
Junto a Baldini hay no menos de cinco
conductores Argentinos más que tienen el suficiente nivel para presentarse en
el Colón al frente de la Filarmónica. Entonces ¿Por qué no están presentes en
los ciclos de abono en lugar de algunas presencias cuanto menos discutibles en
el podio?.
Donato Decina
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