ón de “SATYAGRAHA” de Philip Glass en el Metroplitan
de New York
EN BUSCA DE LA VERDAD
TRAS LAS HUELLAS DEL MAHATMA
Martha CORA ELISEHT
¿Alguna vez se imaginó que iba a
escuchar una ópera escrita en sánscrito?....Pues bien: esa ópera existe y se
llama “SATYAGRAHA” (“La Fuerza de la
Verdad”) del compositor estadounidense Philip Glass (1937) y que se
transmitió por streaming desde el
Metropolitan Opera House de New York el pasado domingo 21 del corriente con
puesta en escena de Phelim Mc Dernett, escenografía de Julian Grouch, vestuario
de Kevin Pollard, iluminación de Paul Constable y proyección en video de Leo
Warner. El presentador fue el barítono Eric Owen, la dirección orquestal estuvo
a cargo de Dante Anzolini y la del Coro, por Donald Palumbo.
El elenco estuvo integrado por los
siguientes cantantes: Richard Croft (Mohandas
K. Gandhi), María Zifchak (Kasturbal,
su esposa), Mary Phillips (Mrs.
Alexander, una amiga europea), Molly Flmore (Mrs. Nadoo, colaboradora hindú), Kim Josephson (Mr. Kallenbach, un colaborador europeo), Alfred
Walker (Pasi Rustamji, colaborador
indio), Rachelle Durkin (Miss
Schelsen, su secretaria), Bradley Garvin (Arjuna) y Richard Bernstein (Krishna).
A su vez, un grupo de actores representó los personajes mudos del mítico Durodyana y de las siguientes
personalidades mundiales: León Tolstoi, Rabindranath Tagore y Martin Luther
King, que participan en el 1°, 2° y 3° Actos de la obra respectivamente.
Junto con EINSTEIN EN LA PALYA y AKHNATEN, la presente obra forma parte de la Trilogía escrita por Philip Glass sobre hombres célebres que cambiaron el
mundo y fue compuesta por encargo de la Ópera de Rotterdam (Países Bajos)en
1980, con textos adaptados por el propio compositor en colaboración con
Constance DeJong del poema épico hindú Bhagavad
Gita y escenas de la vida del Mahatma
Mohandas K. Gandhi (1869-1948) cuando trabajó como abogado en una compañía
india en Sudáfrica, donde se interesó por la discriminación y los malos tratos
sufridos por sus compatriotas. Ahí es donde decide emplear la no violencia como
señal de protesta. Pero a diferencia de las óperas tradicionales, los
acontecimientos que se narran en esta creación no siguen un orden cronológico absoluto,
sino que tanto el pasado como el presente y el futuro se nivelan totalmente.
Para que el espectador pueda comprenderla, se proyectan subtítulos que
reproducen las diferentes escenas más una traducción simultánea del sánscrito.
El estreno tuvo lugar en Rotterdam
el 5 de Septiembre de 1980, con la Orquesta Sinfónica de Utrecht dirigida por
Christopher Keene. Al año siguiente se
produjo su estreno en Estados Unidos y su primera performance en el
Metropolitan fue en 2008, en una coproducción conjunta con la English National
Opera (ENO) y el Improbable Theatre. La presente versión data del 2011 y acorde
a la concepción minimalista del compositor, la orquesta sólo posee cuerdas y
maderas, sin llevar metales ni percusión para resaltar las voces. Está pensada
para dos sopranos, dos mezzosopranos –o una mezzo y una contralto-, dos
tenores, un barítono y dos bajos más coro a cuatro voces, que actúa como un
instrumento más. En determinados momentos, las voces del coro se fusionan con
los pasajes orquestales.
En cuanto a la línea argumental,
cada uno de los tres actos en los que se divide la obra consta -a su vez- de
tres escenas cada uno y tal como se mencionó anteriormente, están dominados por
un personaje histórico: León Tolstoi en el 1° Acto, Rabindranath Tagore en el
2° y Martin Luther King en el 3°. A su vez, la primera escena del 1° Acto narra
la lucha entre el dios Krishna y el
guerrero mitológico Arjuna en el Campo Kuru de batalla –acorde al texto del Bhagavad Gita- donde el primero aparece
como una figura celestial y por ende, el vestuario y el maquillaje son de ese
color. Los múltiples brazos del dios se articulan mediante una impecable
coordinación de movimientos de los integrantes del Coro y figurantes, que lo
ensamblan sobre el escenario. Naturalmente, el dios gana la batalla y porta un
libro que simboliza el triunfo de la razón sobre la fuerza. La segunda escena
se desarrolla en la dacha de Tolstoi,
donde los protagonistas europeos usan sus vestimentas típicas, mientras que las
sopranos y mezzosopranos aparecen vestidas con saris en azul, blanco y dorado. Aquí es donde Gandhi deja de vestirse a la usanza europea y usa la vestimenta
típica india, de color blanco, mientras que Parsi
Rustamji lo hace en blanco y ocre –en clara alusión a Jawarahal Nehru, quien
fuera amigo y colaborador-. Y en la
última escena, tanto Gandhi como su
esposa se retiran momentáneamente para luego aparecer sobre una tarima, cuando
decide liderar a su pueblo.
Es fácil darse cuenta de los cambios de
escena por el cambio de temas dentro del desarrollo minimalista anteriormente
descripto. Y pese a todo, es una obra que posee una musicalidad pródiga,
agradable para el oyente, pero que puede resultar un poco tediosa si se tiene
en cuenta que cada uno de los tres actos tiene una duración aproximada de una
hora.
En la primera escena del 2° Acto,
denominada Confrontación y Rescate (1896),
el Coro luce vestimenta europea de época, mientras que Gandhi aparece ataviado como el Mahatma
–hombre santo- con el atuendo característico que todo el mundo conoce. Es
despreciado, pero Mrs. Alexander –íntegramente
vestida de blanco, a la usanza de aquel entonces- lo defiende. A continuación,
sigue la Opinión de la India, donde
el personaje de Rabindranath Tagore entra en escena representando el
sentimiento nacional de su país mediante las letras –de hecho, es el autor del
Himno Nacional Indio-. Aquí se logra un monumental canon a 7 voces, donde la
soprano ligera –Mrs. Alexander- tiene
una sobreexigencia vocal por las notas agudas en tono natural. Mientras tanto,
los figurantes desenrollan cintas de un lado al otro con mucho cuidado,
formando líneas paralelas que marcan diferentes niveles de espiritualidad. Por
último ,se pasa a la 3° escena (Protesta),
donde la música posee reminiscencias del inicio del 1° movimiento de la
sinfonía n° 1 (“El Titán”) de Mahler.
Entra el Coro luciendo vestimentas tradicionales indias de color blanco y todos
portan velas en sus manos, que representan el triunfo de la sabiduría sobre la
oscuridad de la ignorancia. Mediante un presto
agitato en cuerdas, todos alimentan el fuego sagrado –en el medio del
escenario- quemando sus cartas de registro en Sudáfrica. El Mahatma lo enciende con su antorcha,
mientras se observan imágenes de Krishna
y Ganesh
más el símbolo “Om” hacia
ambos lados del escenario. Por último, se proyectan los colores de la futura
bandera de la India mediante un sutil recurso de iluminación.
Ya en el 3° Acto, sólo Mrs. Alexander y Mr. Kallenbach usan
atuendos europeos, mientras que el resto permanece con las vestimentas indias
en la primera escena -Marcha de Newcastle
(1913)- donde al principio, la iluminación es oscura, pero se va iluminando
paulatinamente a medida que la no violencia gana por sobre su oponente. La
mezzosoprano (Kasturba) abre la melodía,
seguida en canon por la contralto (Mrs.
Nadoo) y luego, por la soprano ligera. El resto de los cantantes se acopla,
mientras los figurantes portan cintas adhesivas en forma paralela de un lado al
otro del escenario y que mediante un magistral efecto de iluminación marcan el
camino a seguir, mientras el septeto canta al unísono. Gandhi indica a su gente cuál es el camino a seguir. Y pese a que
la mayoría es arrestada, él permanece firme en escena –en alusión al hombre
elegido por los dioses para salvar a su pueblo-. Por último, mientras un grupo
de figurantes va retirando las cintas, se produce el encuentro entre el Mahatma y Martin Luther King, donde se
reverencia a sus pies a medida que cae el telón.
La dirección orquestal de Dante
Anzolini fue estupenda, al igual que el septeto de cantantes conformado por el
protagonista –el tenor Richard Croft-, quien supo brindar lo mejor de sí mismo
para encarnar al personaje. El bajo Alfred Walker fue un excelente Parsi Rustamji, con una voz de
espléndido color tonal e insuperables matices, al igual que el barítono Kim
Josephson encarnando a Mr. Kallenbach. Pero
la figura de más destacada actuación fue la soprano Mary Phillips, cuya excelsa
voz y su perfecto dominio de las notas agudas fue indispensable para interpretar
el difícil rol de Mrs. Alexander. Por
su parte, María Zifchak se destacó al abrir el canon de Kasturba en el 3° Acto para formar la base sobre la cual se acoplan
las demás voces. La contralto Molly Filmore también posee una bellísima voz y
sorprendió con su perfecto dominio de los graves al componer una exitosa Mrs. Nadoo. Y Rachelle Durkin completó
el septeto principal dando vida a Miss
Schelsen. El elenco se completó con el barítono Richard Bernstein como Krishna y el tenor Bradley Garvin como Arjuna. Por su parte, el Coro tuvo una destacadísima
actuación en toda la obra.
Independientemente que esta cronista
sea una ferviente ad miradora del estilo minimalista de Philip Glass y de la
cultura de la India, es una obra sumamente interesante para escuchar, admirar y
comprender. Sus múltiples lemas, sus simbolismos y el mensaje implícito la
convierten en una obra que atrapa al oyente mediante la recreación de escenas
de la vida de un personaje histórico como Mahatma Gandhi. No hay que tenerle
miedo a la música contemporánea ni minimalista, sino animarse a escucharla. No
obstante, se recomienda leer primero el Bhagavad
Gita o un poco de mitología hindú para poder comprenderla mejor.
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