martes, 23 de junio de 2020


ón de “SATYAGRAHA” de Philip Glass en el Metroplitan de New York

EN BUSCA DE LA VERDAD TRAS LAS HUELLAS DEL MAHATMA
Martha CORA ELISEHT

            ¿Alguna vez se imaginó que iba a escuchar una ópera escrita en sánscrito?....Pues bien: esa ópera existe y se llama “SATYAGRAHA” (“La Fuerza de la Verdad”) del compositor estadounidense Philip Glass (1937) y que se transmitió por streaming desde el Metropolitan Opera House de New York el pasado domingo 21 del corriente con puesta en escena de Phelim Mc Dernett, escenografía de Julian Grouch, vestuario de Kevin Pollard, iluminación de Paul Constable y proyección en video de Leo Warner. El presentador fue el barítono Eric Owen, la dirección orquestal estuvo a cargo de Dante Anzolini y la del Coro, por Donald Palumbo.
            El elenco estuvo integrado por los siguientes cantantes: Richard Croft (Mohandas K. Gandhi), María Zifchak (Kasturbal, su esposa), Mary Phillips (Mrs. Alexander, una amiga europea), Molly Flmore (Mrs. Nadoo, colaboradora hindú), Kim Josephson (Mr. Kallenbach, un colaborador europeo), Alfred Walker (Pasi Rustamji, colaborador indio), Rachelle Durkin (Miss Schelsen, su secretaria), Bradley Garvin (Arjuna) y Richard Bernstein (Krishna). A su vez, un grupo de actores representó los personajes mudos del mítico Durodyana y de las siguientes personalidades mundiales: León Tolstoi, Rabindranath Tagore y Martin Luther King, que participan en el 1°, 2° y 3° Actos de la obra respectivamente.
            Junto con EINSTEIN EN LA PALYA  y AKHNATEN, la presente obra forma parte de la Trilogía escrita por Philip Glass sobre hombres célebres que cambiaron el mundo y fue compuesta por encargo de la Ópera de Rotterdam (Países Bajos)en 1980, con textos adaptados por el propio compositor en colaboración con Constance DeJong del poema épico hindú Bhagavad Gita y escenas de la vida del Mahatma Mohandas K. Gandhi (1869-1948) cuando trabajó como abogado en una compañía india en Sudáfrica, donde se interesó por la discriminación y los malos tratos sufridos por sus compatriotas. Ahí es donde decide emplear la no violencia como señal de protesta. Pero a diferencia de las óperas tradicionales, los acontecimientos que se narran en esta creación no siguen un orden cronológico absoluto, sino que tanto el pasado como el presente y el futuro se nivelan totalmente. Para que el espectador pueda comprenderla, se proyectan subtítulos que reproducen las diferentes escenas más una traducción simultánea del sánscrito.
            El estreno tuvo lugar en Rotterdam el 5 de Septiembre de 1980, con la Orquesta Sinfónica de Utrecht dirigida por Christopher Keene.  Al año siguiente se produjo su estreno en Estados Unidos y su primera performance en el Metropolitan fue en 2008, en una coproducción conjunta con la English National Opera (ENO) y el Improbable Theatre. La presente versión data del 2011 y acorde a la concepción minimalista del compositor, la orquesta sólo posee cuerdas y maderas, sin llevar metales ni percusión para resaltar las voces. Está pensada para dos sopranos, dos mezzosopranos –o una mezzo y una contralto-, dos tenores, un barítono y dos bajos más coro a cuatro voces, que actúa como un instrumento más. En determinados momentos, las voces del coro se fusionan con los pasajes orquestales.
            En cuanto a la línea argumental, cada uno de los tres actos en los que se divide la obra consta -a su vez- de tres escenas cada uno y tal como se mencionó anteriormente, están dominados por un personaje histórico: León Tolstoi en el 1° Acto, Rabindranath Tagore en el 2° y Martin Luther King en el 3°. A su vez, la primera escena del 1° Acto narra la lucha entre el dios Krishna y el guerrero mitológico Arjuna en el Campo Kuru de batallaacorde al texto del Bhagavad Gita- donde el primero aparece como una figura celestial y por ende, el vestuario y el maquillaje son de ese color. Los múltiples brazos del dios se articulan mediante una impecable coordinación de movimientos de los integrantes del Coro y figurantes, que lo ensamblan sobre el escenario. Naturalmente, el dios gana la batalla y porta un libro que simboliza el triunfo de la razón sobre la fuerza. La segunda escena se desarrolla en la dacha de Tolstoi, donde los protagonistas europeos usan sus vestimentas típicas, mientras que las sopranos y mezzosopranos aparecen vestidas con saris en azul, blanco y dorado. Aquí es donde Gandhi deja de vestirse a la usanza europea y usa la vestimenta típica india, de color blanco, mientras que Parsi Rustamji lo hace en blanco y ocre –en clara alusión a Jawarahal Nehru, quien fuera amigo y colaborador-. Y en la última escena, tanto Gandhi como su esposa se retiran momentáneamente para luego aparecer sobre una tarima, cuando decide liderar a su pueblo.
            Es fácil darse cuenta de los cambios de escena por el cambio de temas dentro del desarrollo minimalista anteriormente descripto. Y pese a todo, es una obra que posee una musicalidad pródiga, agradable para el oyente, pero que puede resultar un poco tediosa si se tiene en cuenta que cada uno de los tres actos tiene una duración aproximada de una hora. 
            En la primera escena del 2° Acto, denominada Confrontación y Rescate (1896), el Coro luce vestimenta europea de época, mientras que Gandhi aparece ataviado como el Mahatma –hombre santo- con el atuendo característico que todo el mundo conoce. Es despreciado, pero Mrs. Alexander –íntegramente vestida de blanco, a la usanza de aquel entonces- lo defiende. A continuación, sigue la Opinión de la India, donde el personaje de Rabindranath Tagore entra en escena representando el sentimiento nacional de su país mediante las letras –de hecho, es el autor del Himno Nacional Indio-. Aquí se logra un monumental canon a 7 voces, donde la soprano ligera –Mrs. Alexander- tiene una sobreexigencia vocal por las notas agudas en tono natural. Mientras tanto, los figurantes desenrollan cintas de un lado al otro con mucho cuidado, formando líneas paralelas que marcan diferentes niveles de espiritualidad. Por último ,se pasa a la 3° escena (Protesta), donde la música posee reminiscencias del inicio del 1° movimiento de la sinfonía n° 1 (“El Titán”) de Mahler. Entra el Coro luciendo vestimentas tradicionales indias de color blanco y todos portan velas en sus manos, que representan el triunfo de la sabiduría sobre la oscuridad de la ignorancia. Mediante un presto agitato en cuerdas, todos alimentan el fuego sagrado –en el medio del escenario- quemando sus cartas de registro en Sudáfrica. El Mahatma lo enciende con su antorcha, mientras se observan imágenes de Krishna y Ganesh  más el símbolo “Om” hacia ambos lados del escenario. Por último, se proyectan los colores de la futura bandera de la India mediante un sutil recurso de iluminación.
            Ya en el 3° Acto, sólo Mrs. Alexander y Mr. Kallenbach usan atuendos europeos, mientras que el resto permanece con las vestimentas indias en la primera escena -Marcha de Newcastle (1913)- donde al principio, la iluminación es oscura, pero se va iluminando paulatinamente a medida que la no violencia gana por sobre su oponente. La mezzosoprano (Kasturba) abre la melodía, seguida en canon por la contralto (Mrs. Nadoo) y luego, por la soprano ligera. El resto de los cantantes se acopla, mientras los figurantes portan cintas adhesivas en forma paralela de un lado al otro del escenario y que mediante un magistral efecto de iluminación marcan el camino a seguir, mientras el septeto canta al unísono. Gandhi indica a su gente cuál es el camino a seguir. Y pese a que la mayoría es arrestada, él permanece firme en escena –en alusión al hombre elegido por los dioses para salvar a su pueblo-. Por último, mientras un grupo de figurantes va retirando las cintas, se produce el encuentro entre el Mahatma y Martin Luther King, donde se reverencia a sus pies a medida que cae el telón.
            La dirección orquestal de Dante Anzolini fue estupenda, al igual que el septeto de cantantes conformado por el protagonista –el tenor Richard Croft-, quien supo brindar lo mejor de sí mismo para encarnar al personaje. El bajo Alfred Walker fue un excelente Parsi Rustamji, con una voz de espléndido color tonal e insuperables matices, al igual que el barítono Kim Josephson encarnando a Mr. Kallenbach. Pero la figura de más destacada actuación fue la soprano Mary Phillips, cuya excelsa voz y su perfecto dominio de las notas agudas fue indispensable para interpretar el difícil rol de Mrs. Alexander. Por su parte, María Zifchak se destacó al abrir el canon de Kasturba en el 3° Acto para formar la base sobre la cual se acoplan las demás voces. La contralto Molly Filmore también posee una bellísima voz y sorprendió con su perfecto dominio de los graves al componer una exitosa Mrs. Nadoo. Y Rachelle Durkin completó el septeto principal dando vida a Miss Schelsen. El elenco se completó con el barítono Richard Bernstein como Krishna y el tenor Bradley Garvin como Arjuna.  Por su parte, el Coro tuvo una destacadísima actuación en toda la obra.
            Independientemente que esta cronista sea una ferviente ad miradora del estilo minimalista de Philip Glass y de la cultura de la India, es una obra sumamente interesante para escuchar, admirar y comprender. Sus múltiples lemas, sus simbolismos y el mensaje implícito la convierten en una obra que atrapa al oyente mediante la recreación de escenas de la vida de un personaje histórico como Mahatma Gandhi. No hay que tenerle miedo a la música contemporánea ni minimalista, sino animarse a escucharla. No obstante, se recomienda leer primero el Bhagavad Gita o un poco de mitología hindú para poder comprenderla mejor.

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