Extraordinario recital de Piotr
Beczala en la apertura del Mozarteum Argentino
ESO
SE LLAMA CALIDAD
Martha
CORA ELISEHT
El
título de esta nota no pretende parafrasear el estribillo de una conocida
canción de José Ángel Trelles -Las cosas por su nombre-, sino describir
y denominar correctamente la función de apertura de la Temporada 2022 del
Mozarteum Argentino, que tuvo lugar en el Teatro Colón el pasado sábado 7 del
corriente con un recital que marcó el debut del tenor polaco Piotr Beczala
sobre el escenario de nuestro mayor coliseo, acompañado por el pianista Camillo
Radicke.
El
marco en el cual se produjo el tan ansiado debut -estipulado para 2020 y que
debió ser postergado a raíz de la pandemia de COVID 19- no pudo haber sido más
propicio: coincidió con el 70° aniversario de la creación del Mozarteum
Argentino, motivo por el cual se acercó al escenario su presidente -Luis
Alberto Erize- no sólo para agradecer la presencia del público, sino también
para anunciar la realización de un brindis durante el intervalo con una copa de
champagne para toda la concurrencia en los diferentes sectores del teatro.
Una
auténtica ovación de aplausos y vítores dio la bienvenida a los intérpretes
para dar comienzo al recital con la célebre aria del Duque de Mantua en RIGOLETTO:
“Questa o quella”, que fue interpretada con maestría, solvencia y por sobre
todas las cosas, con sutileza y buen gusto. A diferencia de Beczala, Camillo Radicke
visitó la Argentina como solista junto a la Filarmónica de Dresde en dos
oportunidades y una recuerda sus memorables interpretaciones de conciertos para
piano y orquesta. En esta ocasión, se lució como pianista acompañante y
demostró con creces sobre el escenario que lo sabe hacer perfectamente bien. Prueba
de ello fue el aria de Riccardo de UN BALLO IN MASCHERA, de Verdi
(Di’tu se fedele il flutto m’aspetta”), donde la voz de Beczala volvió a
lucirse en toda su expresión. Pero en vez de cantar “Deserto sulla terra” de
IL TROVATORE, el tenor sorprendió con un aria que ha cantado infinidad
de veces y que no figuraba en el programa: “Quando le sere al plácido” de
LUISA MILLER -una pudo apreciarlo en dicho rol en las transmisiones HD
del Metropolitan Opera House de New York, junto a Sonia Yoncheva-, donde una
vez más hizo gala de su impecable fraseo, línea de canto y legato. Lo
mismo sucedió con “Ah, si ben mío” de IL TROVATORE y las
canciones de Francesco Tosti (“L’ultima canzone”, “Chi sei tu che mi parli” e
“Ideale”), donde la sutileza, la exquisitez y el buen gusto -además de
la emoción- se hicieron presentes; sobre todo, en la bellísima interpretación
de la célebre Matinatta de Ruggiero Leoncavallo. Sus pianissimi
fueron de una soberbia y suprema exquisitez y un auténtico placer para los
oídos. El público aplaudía y vitoreaba a rabiar ante cada una de las
intervenciones, pero el hecho de cantar en su idioma natal le otorgó un valor
agregado al interpretar el aria de Stefan en Straszny dwór (La
mansión encantada) de Stanislaw Moniusko (1819-1872), que hace alusión a su
familia, a su patria y jura no casarse, pese a estar perdidamente enamorado de Hanna
-una de las jóvenes que habitan la mansión- para ofrecer su vida por la
patria. Un aria bellísima de un compositor desconocido para el público
argentino, tras la cual el Colón estalló en aplausos y vítores después de tan
brillante interpretación.
Luego
del intervalo, el recital continuó con canciones de otro compositor italiano:
el siciliano Stefano Donaudi (1879-1925): “Vaghissima sembianza”, “Freschi
luoghi, prati aulenti” y “O del mio amato ben”, donde el tenor
volvió a destacarse brindando una interpretación sublime. A medida que el
recital avanzaba, cada una de las interpretaciones era mejor que la anterior.
El repertorio ruso le sentó de maravillas al interpretar melodías de los
diferentes Libros de canciones de Sergei Rachmaninov: “Un sueño” (6
canciones, Op.8, n° 25); “Sirenas/Lilas” (12 canciones, Op.21, n°5); “No
me primaverales” (12 canciones, Op.14, n°11). En todas descolló y en todas
se lució con creces, haciendo gala una vez más de sus matices vocales,
inflexiones de la voz, esmalte tonal, squillo y brillo. Y continuó con
otra de sus especialidades: el aria de Lensky de EUGENY ONEGUIN, de
Tchaikovsky (¿“Kuda, kuda, kuda vi odaililis”/”¿Dónde se han ido, dorados
días de mi juventud?), donde se llevó los laureles. Es un rol que ha
cantado en numerosas oportunidades y que permite el lucimiento de la voz de
tenor en cuanto a fraseo, línea de canto y expresar con la voz el sentimiento
del joven poeta, presintiendo que puede morir al batirse a duelo con su mejor
amigo por el honor y el amor de Olga. Tras la misma, la ovación fue
total antes de pasar al repertorio francés con otra aria que permite el
lucimiento del tenor: “Ah! Leve toi, soleil” de ROMEO ET JULIETTE de
Gounod. La calidad interpretativa y vocal fue sobresaliente y se vio traducida
en numerosos aplausos y vítores. Por último, Piotr Beczala decidió cerrar el
recital con un clásico de Puccini: interpretando a Mario Cavaradossi en TOSCA
(“Recondita armonía” y “E lucevan le stelle”), donde demostró
nuevamente por qué es uno de los mejores tenores en la actualidad. La emoción
que puso al cantar esta última aria resaltó aún más la belleza de su voz en una
interpretación memorable. Y como no podía ser de otra manera, el Colón se vino
abajo en aplausos como hacía mucho tiempo que no se oía. (Una tuvo la suerte de
escuchar tanto a Javier Camarena como a Juan Diego Flórez, que fueron los
últimos que recibieron una ovación semejante).
El
público que habitualmente asiste a las funciones organizadas por el Mozarteum
no es muy afecto a aplaudir sostenidamente luego de terminar el espectáculo,
pero ayer se confirmó la honrosa excepción a la regla: pugnaba para que el
binomio Beczala/ Radicke saliera al escenario a hacer un bis. Y no sólo
hicieron uno, sino siete, algunos de los cuales se detallan a continuación:
-
“¿Pour
quoi me révellier?” (WERTHER)- Massenet
-
“La fleur que tu m’avais
jetté” (CARMEN)- Bizet
-
“Dein
ist mein ganzes Herz” (LAND DES LÄCHENDS)- Léhar
-
“Cor’ngrato”- Salvatore Cardillo
-
“In
Traum”- Richard Strauss
-
Canción- Karlovic
(compositor polaco contemporáneo)
Heredero
de la tradición vocal y del repertorio que abarcaron grandes tenores que
hicieron época y marcaron un estilo, tales como Fritz Wunderlich y Nikolai
Gedda, Piotr Beczala no sólo sigue en esa dirección, sino que además se
encuentra en su plenitud vocal y lo demostró con creces sobre el escenario en
una auténtica noche digna del Colón. Eso se llama calidad.
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