Muy buena presentación del trío
MERIDIEN en el Espacio Cultural BARGOGLIO
EL
OESTE TAMBIÉN EXISTE
Martha
CORA ELISEHT
San
José de Flores es uno de los barrios más populosos de la Ciudad de Buenos
Aires, con un profundo acerbo histórico, religioso y comercial. Desde su pasado
como posta de carretas y parada obligatoria hasta empalmar con el Camino Real
en la época de la Colonia -Manuel Belgrano descansó en su posta en 1812-, fue
posteriormente pueblo y allí se firmó en 1859 el famoso Pacto de Unión Nacional,
donde el Estado de Buenos Aires se reincorporó a la Confederación Argentina. Se
incorporó a la Capital Federal en 1888 y no sólo posee una intensa actividad
comercial y religiosa, sino también cultural. Justamente, muy cerca de la
estación de tren del ferrocarril Sarmiento se encuentra el Espacio Cultural
BARGOGLIO, que organiza conciertos y recitales de diferentes géneros y brinda
oportunidad a numerosos artistas. El ambiente es cálido, sumamente agradable y
se puede disfrutar de buenas opciones gastronómicas mientras se aprecia un buen
espectáculo. En dicho lugar, el pasado jueves 19 del corriente tuvo lugar un
concierto de cámara a cargo del trío MERIDIEN, integrado por Juan Labanda (violín),
Eduviges Piccone (piano) y Siro Bellisomi (violoncello), donde
se interpretaron las siguientes obras:
-
Trío n° 1 en Re menor, Op.49 -Félix
MENDELSSOHN BARTHOLDY (1809-1847)
- Las cuatro estaciones porteñas- Astor
PIAZZOLLA (1921-1992)
Además
de los mencionados intérpretes, la ocasión contó con un asistente de lujo: el
tenor Santiago Martínez, quien iba dando vuelta las páginas de la partitura
para piano. Tras una breve presentación a cargo del propietario del lugar, el
trío comenzó con una muy buena versión de la mencionada obra de Mendelssohn, que
consta de 4 movimientos: Molto allegro et agitato/ Andante con moto
tranquillo/ Scherzo/ Finale. A su vez, el movimiento inicial consta de dos
partes: un prolongado cantábile en Re menor a cargo del cello con
acompañamiento del piano en síncopa, mientras que el violín se une
posteriormente junto con el cello para brindar una versión distorsionada del
tema. A su vez, en la segunda parte -en La mayor para luego, pasar a Re bemol
menor y Si menor- el cello y el violín tocan prácticamente al unísono, mientras
que el piano realiza triples arpegios. Una versión deslumbrante, donde
todos y cada uno de los músicos pudieron hacer gala de su maestría y
virtuosismo en un escenario ideal para música de cámara. En el 2° movimiento (Andante
con moto tranquillo), el piano introduce el tema, mientras el violín y el
cello se unen en contrapunto casi al unísono, con una melodía similar a la de Canciones
sin palabras. El Scherzo se caracterizó por ser vibrante, mientras
que el Finale -en forma de sonata- permite el lucimiento del piano
mediante arpegios y octavas cromáticas. Tras un cantábile, finaliza con
un final brillante en Re mayor. Aquí se combinaron el perfecto fraseo de Juan
Labanda y Siro Bellisomi con la experiencia de Eduviges Piccone en la materia.
Tras
los aplausos, el trío ofreció un arreglo especial de Las Cuatro Estaciones
porteñas de Piazzolla, que fueron interpretadas en el siguiente orden: Otoño
porteño/ Invierno porteño/ Primavera porteña/ Verano porteño. El piano marcó
la melodía e introdujo el tema, tomado posteriormente por el cello y luego, por
el violín. Los solos a cargo de Juan Labanda y Siro Bellisomi fueron
magistrales y ambos instrumentistas pudieron demostrar su profesionalidad y
virtuosismo. Por otra parte, Eduviges Piccone hizo -una vez más- gala de su
maestría al frente del piano, logrando el efecto chicharra -que
normalmente, lo hace el violín-. En resumen: sonó impecable, como si hubiera
sido interpretado por una orquesta de cámara completa. Y como no podía ser de
otra manera, el esfuerzo del trío se vio coronado por infinidad de aplausos
entre los asistentes a la velada.
Buenos
Aires es una de las pocas ciudades del mundo que posee una oferta cultural
increíble, donde no hace falta trasladarse al centro para disfrutar de buenos
espectáculos. Los barrios de la ciudad también tienen lo suyo y sólo es
cuestión de descubrirlos. Al fin y al cabo, el oeste también existe y tiene
mucho para ofrecer.
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