jueves, 20 de junio de 2024

 Impactante inicio del ciclo “ROMÁNTICOS Y REVOLUCIONARIOS” en el Avenida


UNA PROPUESTA DIFERENTE CON IDENTIDAD PROPIA

Martha CORA ELISEHT


El Ensamble CONCENTUS es uno de los mejores grupos especializados en

música de cámara del país y el primero en Sudamérica en realizar historicismo musical.

Una de sus principales características es no sólo ejecutar versiones de compositores

clásicos y románticos con instrumentos de época (corno di basetto, oboe d’amore,

clarinete y trompeta barrocas, timpani), sino también, brindar obras de compositores

prácticamente desconocidos a nivel local o aquellas que se ejecutan en muy raras

ocasiones. Para este año, su director musical y fundador - Ricardo Sciammarella –

decidió redoblar la apuesta y organizar un ciclo de 4 conciertos denominado

“ROMÁNTICOS Y REVOLUCIONARIOS” en el Teatro Avenida de la Ciudad de

Buenos Aires, el primero de los cuales (“UN VIENÉS EN LONDRES”) tuvo lugar el

pasado martes 18 del corriente bajo la dirección musical de su titular con participación

de la mezzosoprano Alejandra Malvino y el actor Néstor Caniglia (demiurgo) para

brindar un programa íntegramente formado por obras de Franz Joseph Haydn (1732-

1809), que se detalla a continuación:

1) Una noche de Mayo…

- Obertura de “ARMIDA”, Hob. XXVIII: 12 (1793)

- Aria de Berenice (mezzosoprano) (1795)

2) Una visita inesperada

- Sinfonía en Re mayor n°12, Hob. I:104 (“Londres”) (1795)


¿Por qué “Un vienés en Londres”?... Debido a la muerte de su mecenas -Nicolas

Esterházy- en 1790, Haydn se había quedado sin trabajo como Kapellmeister, ya que al

sucesor del príncipe no le interesaba la música. Por dicho motivo, aceptó la propuesta

del empresario alemán Johann Peter Salomon para viajar a Londres y poder estrenar sus

sinfonías con una gran orquesta entre 1791 y 1792. Sus conciertos tuvieron una

asistencia masiva, motivo por el cual retornó a Londres entre 1793 a 1795, período al

cual se refiere el presente espectáculo y donde se produce el estreno local de ARMIDA,

considerada por el mismo Haydn como su mejor ópera.

Basada en el relato Jerusalén liberada de Torquato Tasso, fue compuesta y

estrenada en la corte de los Esterházy en 1784 y obtuvo gran popularidad en el Imperio

Austro Húngaro. Posteriormente, desapreció del repertorio operístico y se rescató en

1968 en una versión de concierto en Köln y, posteriormente, en Berna. Su estreno en

Estados Unidos se produjo recién en 1981 y no hay registros de que alguna vez se haya

representado en Argentina. Por lo tanto, podría decirse que se trató de la primera

representación a nivel local. Su obertura – escrita en Si bemol mayor, símbolo del

mundo sarraceno- es una perfecta síntesis argumental en sí misma, llena de colorido y


dramatismo típicos del compositor y representa una conjunción entre lirismo,

sinfonismo y profundidad del relato. La maestría de Haydn respecto de la orquestación

– que, a diferencia de otras obras de época, incluye tambor y platillos- se vio reflejada

en la interpretación del ensamble, logrando una versión vibrante y precisa.

La principal característica de este ciclo es la incorporación de escenas de

dramaturgia a cargo de un actor (demiurgo), que cuenta con la supervisión de una

directora excelsa como Betty Gambartes, secundada por Diego Villa. En este caso,

interpretó a Demetrio previamente a la interpretación del aria de Berenice en la primera

parte, donde Alejandra Malvino brindó una versión magistral. Su amplio dominio del

registro, tesitura y color vocales junto a sus dotes histriónicas lo hicieron posible. La

iluminación de Roberto Traferri resultó muy efectiva para la ilustración de las escenas.

Si bien la participación de Néstor Caniglia como narrador fue muy

enriquecedora en la primera parte – donde interpretó estrofas de LA VIDA ES SUEÑO

de Calderón de la Barca mezcladas con los célebres versos de HAMLET de

Shakespeare-, se lo notó sobreactuado en su interpretación de Haydn previamente al

inicio de la segunda parte (Una visita inesperada), antes de que la orquesta comience a

tocar, lo que resultó algo tedioso para gusto personal de quien escribe. El diálogo entre

compositor y director de orquesta ha sido original, pero una cree que se le podía haber

sacado más el jugo a esta propuesta ofreciendo un argumento más enriquecedor desde el

punto de vista de la composición de la última Sinfonía n°104 en Re mayor “Londres”.

Es la duodécima de las denominadas “sinfonías de Londres” (n°93-104) y,

paradójicamente, la última del compositor. Data de 1795 y su denominación, del siglo

XIX. Consta de 4 movimientos: Adagio- allegro/ Andante/ Menuet- Allegro- Trío/

Finale: Spiritoso, que fueron ejecutados con una precisión y una maestría impecables.

El hecho de usar instrumentos de época hizo que sonara de manera diferente a las

versiones ejecutadas por una orquesta sinfónica moderna, lo que enriqueció la

interpretación. Tanto así fue, que el público presente estalló en aplausos y vítores al

finalizar la misma, motivo por el cual Sciammarella decidió repetir el último

movimiento de la sinfonía en lugar de ofrecer otro bis, el cual sonó aún mejor. El

público aplaudió unánimemente de pie el encore tras su finalización.

Esta propuesta será una constante a lo largo de todo el ciclo cuyo, próximo

concierto tendrá lugar en la misma sala el 16 de Julio. Pese a tener una amplia difusión

y una entrada a valor accesible para los estudiantes de música, no se tradujo en una

notoria afluencia de público. De todas formas, ha sido un excelente debut de ciclo,

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