jueves, 7 de noviembre de 2024

 



Los protagonistas de una velada excelsa: La Gaechinger Cantorey, los Solistas vocales y el Maestro Hans-Christoph Rademann  para una inolvidable versión de "El Mesías" de Häendel. Fotografía de la Sra. Liliana Morsia para el Mozarteum Argentino.




 

FIESTA MUSICAL

 

Mozarteun Argentino, Temporada 2024. Concierto de cierre. Actuación de la Gaechinger Cantorey, dependiente de la Internationale Bachakademie de Sttutgart, Director: Hans –Christoph Rademann. Solistas: Verónica Cangemi (soprano), Marie Henriette Reinhold (Contralto I), Jonathan Mayenschein (Contralto II), Benedikt Kristjansson (Tenor), Tobias Brendt (Bajo). Programa: Georg Friederich Häendel: “El Mesías” (Versión de 1742 para Dublin). Teatro Colón, 04 de Noviembre de 2024.

 

 

NUESTRA OPINION: EXCELENTE

 

  En estos tiempos difíciles, en donde gestionar y programar música con contenidos y artistas de nivel internacional puede ser sumamente complicado, el Mozarteum Argentino ratifica una vez más el porqué de su prestigio, cumpliendo con una programación de excelencia a lo largo de toda la temporada, a la que como broche de oro la culmina con una manifestación superlativa y, además, ya anticipa los contenidos de la próxima indicando que recupera un concierto más en el abono del año venidero.

 

  La relación  entre la Internationale Bachakademie de Sttutgart a través de su conjunto vocal y orquestal, la Gaechinger Cantorey,  y el público argentino, data de más de cuatro décadas desde que de la mano de la desaparecida “Festivales Musicales de Buenos Aires” comenzó a presentarse en sitios como el Teatro Colón y el Auditorio de Belgrano. En aquellos tiempos de la mano de su fundador, el admirado maestro Helmut Rilling, conjunto y director comienzan a revelar en los auditorios argentinos a Bach y sus contemporáneos de la manera más aproximada a la época, aunque con instrumentos de la orquesta moderna, tal como lo hacía otro gran maestro venerado por el público argentino: Michel Corboz y ambos se constituyeron en faro del gran interprete y Director Artístico de la desaparecida institución: el inolvidable Mario Videla. Retirado el Maestro Rilling,  los directivos de la institución confiaron en el maestro Hans-Christoph Rademann, dueño de valiosos y profusos antecedentes artísticos, los destinos musicales de la misma y este gran músico renovó por completo los criterios interpretativos retornando a los orígenes, es decir, revisionismo histórico e interpretación con instrumentos a la usanza de la época, al punto tal  que logró hacerse de réplicas tanto de un órgano de cámara como de un cémbalo, por lo que puede decirse que estamos en presencia de un conjunto instrumental absolutamente fiel al estilo barroco, tal como en la época en que los compositores concibieron sus obras. Desde la anterior visita, es el Mozarteum Argentino quien ha convocado a estos grandes intérpretes sumando así otro hito más a sus grandes realizaciones.

 

  En esta ocasión se ha elegido una obra verdaderamente imponente como lo es “El Mesías” de Gerog Friederich Häendel en la versión original de su estreno en 1742. Entiendo que se trató de una de las pocas veces (por no decir la primera) que en nuestro medio se la pudo apreciar lo más fiel posible al original del compositor, con un orgánico coral de veinte voces a razón de cinco por cada cuerda y otro instrumental de 22 músicos. La obra se divide en tres partes, tuvo libreto de Charles Jennens sobre la base de pasajes del antiguo y nuevo testamento, lamentaciones, revelaciones, de las cartas a los hebreos, romanos y corintios y también de salmos. La primera parte está dedicada al advenimiento, la segunda a su pasión, muerte y resurrección y la tercera a la promesa de la vida eterna. El coro es protagonista fundamental, subrayando la narración tras cada intervención de los solistas. Son estos últimos quienes inician los pasajes contando la historia. Hay momentos reflexivos, otros de mayor intensidad  y pasajes de jubiloso brillo en donde, por supuesto, se destaca el “Hallelujah”, fragmento que ha trascendido a toda la obra en si misma.

 

  La concepción del Maestro Rademann es formidable. Precisión en los detalles, ataques certeros, sostuvo en todo momento la tensión. Jamás hubo baches. Extrajo del conjunto instrumental lo mejor de cada uno de sus integrantes y en cuanto al conjunto vocal le extrajo una limpia y magnífica emisión, total empaste y seguridad en cada intervención. De esta manera pudo apreciarse una estupenda amalgama sonora dado el equilibrio entre sonido del coro y el conjunto instrumental. Los tempi elegidos por Rademann fueron en todo momento acertados.

 

  Un detalle no menor es el de la elección de los solistas vocales y aquí  una vez másfu, a mi entender, insuperable. Desde el sobrado oficio de Verónica Cangemi en “su” repertorio, pasando por las revelaciones como la Contralto  Marie Henriette Reinhold, dueña de un robusto medio vocal que lo maneja a la perfección, o del bajo Tobias Berndt dueño de una voz profunda y técnica estupenda. Sumados a ellos se apreció a Benedikt Kristjansson, un tenor de grato timbre, ideal para este repertorio, mientras que tuvo una breve y correcta intervención Jonathan Mayenschein quien canta con registro de contralto, haciendo una segunda voz dentro de un número de la segunda parte.

 

   Por la suma de todo lo expuesto precedentemente, es que la versión fue de excelencia, digna de ser recordada en muchísimo tiempo y suma a la entidad organizadora un triunfo más para su reconocida trayectoria.

 

Donato Decina


No hay comentarios:

Publicar un comentario