Concierto de la Orquesta Sinfónica Municipal
.Orquesta Sinfónica Municipal
.Director: maestro Guillermo Becerra
.Teatro Municipal Colón, Mar del Plata, 8 de febrero, hora 21.
Un demandante programa fue el abordado por la Orquesta Sinfónica
Municipal en su último concierto.
La Danza Húngara nro. 1 de Johannes Brahms (1833-1897) de la
serie de 21 del género, en uno de sus opus más conocidos, fue la primera de
las obras interpretadas.
Le siguió la Obertura Scherzo y Final, opus 52 de Robert Schumann
(1810-1856) rico opus muy poco frecuente en el repertorio de las salas de
concierto. Se encuentra estructurada en tres movimientos: obertura, andante
con moto, allegro; Scherzo, vivo, trío y Finale allegro vivace. De gran riqueza
melódica, en todos sus movimientos, el diálogo entre las distintas secciones es
permanente en una estructura cerrada y precisa, con permanentes cambios
dinámicos y tímbricos. Es muy marcada y ajustada en sus pasajes rápidos, y
muy delicada desde el punto de vista del fraseo que requiere.
En la última parte del programa fue interpretada la Sinfonía nro. 4 en fa
menor, opus 36 de Piotr Illich Tchaicovsky (1840-1953) que marca un
evidente cambio en el pensamiento sinfónico del compositor. Concebida de
manera marcadamente subjetiva, en la carga de sensaciones que suscita (el
destino que irrumpe en la intensa fanfarria del primer movimiento, como el
doloroso tema del vals que surge en la cuerda luego de la introducción)
demanda, al mismo tiempo que la fuerza sonora capaz de producir
sensaciones, una gran precisión y homogeneidad en el diálogo entre las
distintas secciones de una orquesta que trabaja siempre exigida.
El primer movimiento en sí, ya es un mundo, doloroso, intenso y violento
El Andantino (segundo movimiento) en abierto contraste con lo anterior, lleva a
un sentimiento interno en la voz del oboe.
Otro lugar donde la concepción es novedosa es el extenso pizzicato en
la cuerda en el tercer movimiento (Scherzo. Pizzicato ostinato – Allegro), que
también demanda una absoluta precisión en el extenso pasaje de toda la
cuerda en pizzicato.
Como no podría ser de otra manera, el cuarto movimiento (Finale.
Allegro con fuoco) es apoteótico y de gran dificultad, no solo en el raoido solo
de piccolo sino en el diálogo entre las secciones de los metales (cornos,
trombones y trompetas).
La Orquesta
Muy homogénea en una cuerda exigida tanto por la musicalidad de las
frases como por la precisión e intensidad, la orquesta estuvo muy ajustada
tanto en el diálogo entre metales y madera como con la cuerda.
Los ensayos generales nos permiten apreciar básicamente dos cosas: la
estructura de las obras y sus demandas y que se trabaja con todo detalle hasta
el final, en texturas muy complejas, tanto en el volumen como en la precisión
de los diálogos entre las secciones. Tchaicovsky fue un genial instrumentador,
lo que demanda a veces distintas intensidades en distintas secciones y esta es
una de sus obras más destacadas en tal sentido.
La Orquesta Sinfónica está siendo conformada en gran medida con
contratos temporarios, lo cual es un indicador del enorme trabajo que significa
el armado de una obra como esta sinfonía, lo que habla a las claras de trabajo
de preparación que lleva a cabo el maestro Becerra.
Sin un horizonte de salvación a la vista, en lugar de estacionarse en
repertorios de menor dificultad se ha optado por abordar obras de gran
dificultad técnica y musical. Si no nos lanzamos hacia un desafío nunca
sabremos de qué somos capaces, podría ser el enunciado que subyace a esto.
Tan evidente como las carencias es la sensación de que todos los
problemas quedan afuera apenas surge el gesto de apertura del maestro y
comienza la música.
Eduardo Balestena
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