VERDADERA PUESTA EN
VALOR DE LA MUSICA ARGENTINA
Centro
Cultural Domingo Faustino Sarmiento, temporada 2025. Concierto a Cargo de la
Orquesta Nacional de Música Argentina Juan de Dios Filiberto, Director: Pablo
Boggiano. Solistas: Fernando Ciancio (Trompeta), Martín Palmeri (Piano), Carla
Filipcic Holm (Soprano), Nazareth Aufe (Tenor), Victor Torres (Barítono).
Daniel Campomenosi (Actor/Narrador). Coro Nacional de Música Argentina. Puesta
en Escena: Carlos Branca, Diseño Visual: Federico Raúl Bongiorno. Programa:
Obras de Alsuyet y Palmeri. Palacio Libertad, Auditorio Nacional, 15 de Agosto
de 2025.
NUESTRA OPINION: MUY BUENO
Nuevamente la buena música nos convocó al
Auditorio Nacional, esta vez para asistir a una nueva presentación de la
Orquesta Nacional de Música Argentina “Juan de Dios Filiberto”, la que en esta
ocasión estuvo acompañada por el Coro Nacional de Música Argentina, para poder
apreciar interesantes trabajos de dos muy buenos creadores argentinos: Martín
Palmeri y Claudio Alsuyet.
En primer lugar, la Filiberto, con una muy
buena guía del Maestro Boggiano y el concurso del extraordinario trompetista argentino
Fernando Ciancio, presentó una nueva interpretación de “Buenos Aires Intimo,
casi Secreto” de Claudio Alsuyet. Quiero recordar que en ocasión de la previa
al estreno mundial de este trabajo, realizada por la Filarmónica de Buenos
Aires con la Dirección el Maestro Enrique Arturo Diemecke, quién comisionó como
titular de la Orquesta en ese entonces ésta obra, el Maestro Alsuyet mencionó
que el título no era una referencia exclusivamente de la Buenos Aires, porteña,
sino, en una forma más abarcativa, la
Buenos Aires provincia, ese gran Buenos Aires, con una alta inspiración en el
momento nocturno con sus ruidos y silencios. Esta versión escuchada ahora, con
un orgánico más reducido que el empleado
por Diemecke con la Filarmónica, permitió a este cronista percibir con mayor
nitidez toda la idea que el maestro Alsuyet expresara en ocasión de su visita a
Ntro. programa de streaming por On Radio. A lo largo de los tres movimientos Fernando
Ciancio lució en forma magistral en la parte solista con perfecto sonido tanto
en trompeta como en el Flugelhorn que interviene en el segundo tiempo, el que
ahí si se constituye en un nocturno (como forma musical) pleno de referencias
actuales. Fue inmaculada la musicalidad de este intérprete exquisito. Vamos a
encontrar a lo largo de los tres movimientos de esta página compases incisivos
de música ciudadana, referencias al jazz y un melodismo que le es propio a
Alsuyet, al que se lo puede reconocer siguiendo cada una de sus obras. El
diálogo Solista/Orquesta fue perfecto en todo momento y eso fue percibido de
inmediato por el público presente, el que sostenidamente aplaudió esta labor y que
provocó que Ciancio interpretara un “bis”. Saliendo por un instante del
repertorio exclusivamente argentino, interpretó un Gershwin sumamente sentido
que volvió a arrancar aplausos del público.
Para la segunda parte, se asistió al estreno mundial del “Requiem” para
solistas, coro, orquesta, narrador y ambientación visual de Martín Palmeri,
reconocido compositor nacional de extensísima trayectoria, radicado en Francia
desde hace ya muchos años y que ha consagrado gran parte de su carrera creativa
a un estilo que combina lo ciudadano con lo clásico. Una de sus más reconocidas
composiciones es la “Misa Tango”, de
estreno mundial argentino que aún hoy recorre el mundo.
En esta ocasión encontramos una obra muy
ambiciosa, la que cuenta con todas las partes del ordinario de la misa de
difuntos, cuyos textos litúrgicos son cantados en latin, dividido en cuatro
partes en las que previamente a cada una de ellas un actor asume la narración
al castellano con el significado de cada uno de los números intervinientes en cada
parte, y la lectura en nuestro idioma de los textos que han de cantarse
justamente en latín. Una proyección de fondo con imágenes de obras de arte
alusivas a la religiosidad de la obra, otras actuales que remiten a las guerras
al invocarse la ira de Dios, contrastes entre la vida y la muerte, dolor,
sufrimiento, pedidos de paz, luz perpetua para el descanso eterno y la
esperanza de que en otra dimensión o en otro plano se producirá el reencuentro con
esos seres que han partido.
La obra está completamente escrita en tiempo
de tango, debió estrenarse en Europa y el gran tenor argentino Marcelo Alvarez
debía ser el solista en dicha cuerda. La pandemia frustró por completo los
planes y es así que se llega a esta instancia en el Auditorio Nacional con un
excelente equipo de solistas, actor, coro y orquesta comandados por Pablo
Boggiano, asistidos por Carlos Branca en la marcación para el narrador y la oportunidad
para el despliegue de las proyecciones visuales, en las que se percibe una
especie de alerta o llamado de atención frente a lo que ocurre hoy en el mundo,
expresado por los contrastes entre las obras pictóricas seleccionadas para su
proyección con la dura realidad que universalmente envuelve la vida cotidiana. Contó para ello con un muy buen diseño visual
de Federico Raúl Bongiorno lográndose en esta oportunidad poder amalgamar la imagen
proyectada de fondo en la parte superior del escenario del Auditorio Nacional con
la música que fluía en la parte inferior del escenario. El actor Daniel
Campomenosi tuvo a su cargo y en muy buena forma la narración con claridad y
expresividad en su voz.
El desarrollo musical de este trabajo que
insumió prácticamente una hora y veinte minutos en su interpretación alternó
momentos muy eficaces como en el “Dies Irae”, “Tuba Mirum”, “Rex Tremendae” e “Ingemisco”,
con otros de suma corrección y, en cambio, pasajes de desarrollo un tanto
extensos como en el ”Liberame Domine” o el “Final”. Empero en un balance
general, el trabajo es muy aceptable y reiterando lo expresado líneas arriba en
algunos casos es sumamente satisfactorio.
Un aporte fundamental lo constituyó la
presencia del propio compositor en el piano, completamente acertado en sus
intervenciones, no cabiendo dudas que también su participación logró la mayor
comprensión de la partitura para su
interpretación por parte de las fuerzas intervinientes.
Tres solistas vocales de primer nivel intervinieron
en este estreno. Sobresalió Carla Filipcic Holm con sus reconocidos y sólidos
recursos vocales y su total musicalidad en cada momento en el que le tocó
intervenir. Victor Torres, con su innegable oficio tuvo muy acertadas
intervenciones. En tanto Nazareth Aufe sorteó con mucha corrección la difícil parte
solista del “Ingemisco”, para luego redondear una aceptable labor.
Pablo Boggiano logró empastar con solvencia y
jerarquía la labor de todos los participantes. Su concertación de la obra fue
impecable, logrando que el balance sonoro fuese mayoritariamente equilibrado.
La orquesta, con secciones fundamentalmente decisivas como los bandoneones, de
rara participación en una obra de semejantes características, respondió con
altísima jerarquía.
Reservo para esta parte final para la intervención
del Coro Nacional de Música Argentina, ya que tanto en la gacetilla previa,
como en su semblanza y en la verificación visual mía al final de la obra, no se
percibe que cuente con un Director a cargo, por lo que infiero que seguramente
tanto el compositor (reconocidísimo Director Coral con años de inolvidable
trayectoria al frente del Coro de la Facultad de Derecho de Buenos Aires) como
el Maestro Boggiano, se encargaron de su preparación para que sonara con perfecta emisión e inmaculado
sonido, lo que constituye un doble
mérito artístico esta participación.
Fin de una noche más que interesante, para
jalonar así una nueva página de calidad para la creación argentina.
Donato Decina
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