Extraordinario concierto de la Sinfónica Juvenil San Martín en la Facultad de Derecho
LA FUERZA Y EL ÍMPETU DE LA JUVENTUD LO PUEDEN
TODO
Martha CORA ELISEHT
El Ciclo de Grandes Conciertos organizado por la Facultad de Derecho de la
Universidad de Buenos Aires reúne lo más granado de los intérpretes locales y brinda la
oportunidad a numerosos organismos sinfónicos de excelente nivel de poder presentarse
en un ámbito prestigioso. Unido esto al hecho de ser absolutamente gratuito -a cambio
de un alimento no perecedero, que se dona a instituciones de bien público-, se reúne una
importante convocatoria de público que asiste los sábados por la tarde para escuchar un
espectáculo de buena calidad. Y se ha transformado en la casa de la Orquesta Sinfónica
Juvenil “Libertador Gral. San Martín”, que se presenta en el Aula Magna de dicha casa
de altos estudios los primeros sábados del mes. Esta vez, la agrupación creada y
conducida por el maestro Mario Benzecry ofreció un concierto el pasado sábado 5 del
corriente bajo la dirección de Pablo Boggiano, con la participación del pianista Gastón
Frydman y la soprano Ayako Tanaka para ofrecer el siguiente programa:
- Concierto en La menor para piano y orquesta, Op.54- Robert SCHUMANN
(1810-1856)
- Concierto para soprano de coloratura y orquesta, Op.82- Reinhold GLIÈRE
(1875-1956)
- Suite del ballet “PETROUSHKA” (revisión de 1947)- Igor STRAVINSKY
(1882-1971)
Pablo Boggiano no sólo es uno de los mejores directores argentinos del presente,
sino, además, un prestigioso intérprete. Ha actuado con las principales orquestas
sinfónicas del país y del exterior; principalmente, en Europa, donde se halla radicado y
ejerce actualmente su profesión. Alumno de Mario Benzecry, recibió ayer el diploma de
Personalidad destacada de la Cultura otorgado por el Gobierno de la Ciudad de Buenos
Aires previamente al inicio del concierto. Se lo notó muy emocionado ante semejante
galardón y aprovechó la oportunidad para dedicárselo a su maestro.
Acto seguido, se procedió a la tradicional afinación de instrumentos, donde se pudo
apreciar de antemano una orquesta muy bien afinada y afiatada previamente al ingreso
de Gastón Frydman para ejecutar el celebérrimo concierto de Schumann. Es uno de los
pianistas más jóvenes y talentosos de nuestro país y lo demostró brindando una soberbia
y estupenda versión del concierto romántico por antonomasia desde los primeros
compases del Allegro affettuoso inicial en La menor, siguiendo con una versión
exquisita y refinada del Intermezzo- Andantino grazioso para desembocar en el vibrante
Allegro vivace final, donde no sólo hizo gala de su maestría, sino que lo tocó con pasión
-pese a que el piano no era el mejor para un solista de tal jerarquía-. La orquesta supo
acompañarlo logrando un perfecto diálogo y se desató una ovación de aplausos y vítores
al final de la interpretación. Frydman se mostró sumamente agradecido y ofreció un bis
muy poco habitual: Danza de la moza donosa de Alberto Ginastera, que sonó de manera
sutil, precisa y sumamente refinada, con ese toque folklórico característico del
compositor. Una delicia para los oídos del público y otra ovación de aplausos para el
joven intérprete.
A continuación, Boggiano acudió al escenario en compañía de Ayako Tanaka para
interpretar una obra desconocida hasta entonces por el público local: el Concierto para
soprano de coloratura y orquesta en Fa menor de Reinhold Glière, compuesto en 1943
y que consta de dos movimientos: Andante/ Allegro, donde la solista sólo vocaliza las
letras A y O y que permiten el total lucimiento de la soprano mediante pasajes donde -
por momentos- debe emular el sonido de la flauta y ascender 3 escalas más alto. Era una
vez mas que Ayako Tanaka se presentaba en Buenos Aires y no pudo haber
sido mejor: deslumbró al público con su línea de canto, los matices de su voz en la
coloratura y su impecable técnica. Por su parte, Pablo Boggiano dirigió la orquesta de
forma magistral, logrando un sonido puro merced a su impecable marcación y
contagiando su ímpetu a los jóvenes músicos. Ella sobresalió en el sobreagudo final e
hizo que el Aula Magna estallara en aplausos y vítores.
Para la segunda parte del concierto, la Sinfónica Juvenil se presentó con su orgánico
completo para ejecutar una obra sumamente compleja y escasamente representada en
los programas de conciertos: la suite del ballet PETROUSHKA de Stravinsky,
compuesto originalmente en 1911 para Les Ballets Russes por encargo de Sergei
Diaghilev tras el éxito de sus dos ballets anteriores en París (EL PÁJARO DE FUEGO y
LA CONSAGRACIÓN DE LA PRIMAVERA). Petroushka es una marioneta de paja y
trapo, pero posteriormente, cobra vida y trata de ganar el amor de la bailarina, quien, a
su vez, está enamorada del Moro. Ambos se transforman en rivales y se traban en lucha
hasta que el Moro lo mata con su cimitarra. Es Carnaval y todos creen que es sólo un
muñeco roto, pero se aparece el fantasma de Petroushka, lo que aterroriza al titiritero
(Charlatán). El protagonista posee un acorde característico a modo de leitmotiv (Do
mayor y Fa sostenido mayor, tocados simultáneamente). Posteriormente, Stravinsky
realiza una revisión de la obra en 1947 para una orquesta más reducida – que lleva
piano, celesta, arpa, címbalos y abundante percusión, dos trompetas (dos en Si bemol y
la otra, en Do), 3 flautas (una, piccolo), 2 oboes, corno inglés, 3 clarinetes en Si bemol,
2 fagots, contrafagot, 4 cornos en Fa, 3 trombones, tuba y cuerdas-, donde todos y cada
uno de los solistas de los diferentes grupos de instrumentos puede lucirse a pleno.
Merced a la enjundia puesta por parte de los músicos y a la garra y precisión de Pablo
Boggiano, fue una versión excepcional. Hacía mucho que esta joya sinfónica no se
representaba en los programas de conciertos -prácticamente, desde la década del ’80-,
así como tampoco dentro del repertorio del ballet. La única vez que una lo pudo apreciar
sobre el escenario del Colón fue en 1979 con la participación del Ballet del Siglo XX
dirigido por Maurice Béjart, con Jorge Donn en el rol protagónico antes de que se
hiciera mundialmente famoso por su participación en el film LOS UNOS Y LOS
OTROS, de Claude Lelouch. La gente los aplaudió rabiosamente al final y fueron
muchos los que se acercaron a la trastienda para saludar al director y a los músicos.
La labor llevada a cabo por la Orquesta Sinfónica Juvenil “Libertador Gral. San
Martín” de la mano de Benzecry es soberbia y se encuentra formando parte de los
organismos sinfónicos más importantes no sólo del país, sino también del continente. Se
encuentra a la altura de su hermana “Simón Bolívar” de Venezuela y bien merecería un
espacio en las salas de conciertos más importantes de la Argentina. La fuerza y el
ímpetu juvenil lo pueden todo y lo han demostrado con creces en todas y cada una de
sus presentaciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario