sábado, 30 de marzo de 2024

 

Una regocijante velada rusa

 

Concierto de la Orquesta Sinfónica Nacional

Viernes 15 de marzo

Auditorio Nacional

Director; Jeruham Scharovsky

Solista: Irina Dichkovskaia

Opinion; Muy Bueno

 

En una brillante elección, la Dirección Nacional de Organismos Estables convocó para este concierto dos artistas especialistas en el repertorio de Sergei Rachmaninoff.

 

En el podio tuvimos la presencia del maestro argentino israelí Jeruham Scharovsky , quien ya nos visitara en otras ocasiones y justificadamente tuvo a su cargo la concertación de la velada.

El maestro es un especialista en el repertorio ruso siendo el primer director de orquesta israelí, invitado a dirigir la Orquesta Filarmónica de Moscú, la Filarmónica de Kírov en St. Petersburgo cuando a{un no había relaciones entre ambos países.

Se ofreció un programa interesantemente diseñado el cual es una autobiografía musical del enorme compositor ruso.

La apertura fue el célebre Concierto para piano n.º 2 Op. 18 en do menor contando como solista a la pianista rusa Irina Dichkovskaia, quien desde hace más de una década reside en nuestro país.

Pocas obras presentan un inicio tan conmovedor como esta partitura….para este oyente solo comparable con el Concierto de Grieg o el Cuarto de Beethovenn.

Los primeros acordes del piano solo nos introducen al interior de una persona en un profundo proceso interno….nos abre la puerta de su alma atribulada lo cual es transmitido en el primer movimiento Moderato, a través de las melodías que la orquesta y el solista transitan durante unos diez minutos. Marchas rusas que se recapitulan en varias ocasiones muestran al hombre que asume su historia y su pasado en construcción de su propia identidad.

Desembocamos al emocionante segundo movimiento Adagio sostenuto. Por la delicadeza de sus melodías se ha convertido en un favorito de los auditorios. Aquí el autor nos abre la profundidad de su alma, su vida se encuentra en reconstrucción. Esta en calma y en paz , lo cual se expresa en las notas que intercambian el piano con los solistas de la orquesta.

Y llegamos al tercer movimiento donde surge con fuerza el hombre que renace, se recrea y comienza a andar; plasmado en un Allegro scherzando y un contrapunto entre oboes y violas que con la fuerza de la orquesta suman tensión y fuerza.

En la interpretación de Irina Dichkovskaia se mostraron todos los climax y colores posibles, técnica impecable y un perfecto entendimiento con el conjunto orquestal que fue un digno marco musical.

Quede gratamente impactado por la delicadeza de la solista y todo lo que fue extrayendo del piano….fue un redescubrir al instrumento….

Su alma rusa encontró el cenit cuando regalo dos bises memorables, el Preludio Op 23 num 5 y el Preludio en Do menor; en agradecimiento al aplauso sostenido de los asistentes.

 

La segunda parte nos permitió disfrutar de la Sinfonía Numero 1 en Re menor Op 13 que el maestro Jeruham dirigió de memoria.

Escrita durante el último año de Rachmaninoff en el Conservatorio de Moscu , muestra desde su primer movimiento Grave – Allegro non troppo la herencia de los grandes rusos, con reminiscencias de Tchaicovsky y Rimsky Korsakov. El segundo movimiento Allegro animato fue la oportunidad para que el maestro Gustavo Mule, concertino de la orquesta en la función, pudiera desplegar su arte interpretativo en el aire zíngaro, perfectamente secundado por la masa orquestal .

El tercer movimiento Larghetto dio su lugar al clarinete solista en simples melodías acompañados por las trompas con sordina.

El cuarto movimiento Allegro con fuoco fue donde la dupla orquesta director llevaron la interpretación a niveles superlativos, entendiendo el estilo y dejando brillar a cada una de las filas, metales, maderas, cuerdas y percusión.

El maestro Scharovsky logro un entendimiento y concertación superlativos. Se noto el trabajo intenso para interpretar esta obra no habitual en los repertorios.

Justifica el haberlo convocado y también que lo volvamos a contar entre nosotros en un futuro cercano

Sostenida ovación merecida y reconocimiento a una entrega total. El director invitado tuvo la delicadeza de que el público aplaudiera a cada línea y solistas , haciéndolos poner de pie para que se les pueda reconocer el trabajo

 

Al no tener programas de mano en donde tradicionalmente accedíamos al nombre y apellido de cada uno de los integrantes no nos permite destacar como seria justicia a los interpretes. Me permito recomendar a la Dirección que haga un flyer con una foto y los nombres.

Hoy la Orquesta Sinfónica Nacional tiene más del 50% de miembros nuevos, algunos conocidos por su paso en otros Organismos y otros con los cuales nos tenemos que familiarizar.

Este escenario de recambio generacional requiere también un director estable ( desde el retiro del maestro Calderón la orquesta trabaja con directores invitados) a fin de que trabaje en la sintonía fina y las sutilezas. Es un trabajo de amalgado y ensamblado entre los históricos y nuevos integrantes; necesario para este momento.

 

En síntesis, una noche plenamente rusa, con interpretaciones llenas de lirismo y emoción; y tuvimos el privilegio de estar allí!



                                                                                                                            Ing. Andres Berretta

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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