sábado, 3 de agosto de 2019




AUNQUE TARDIO, VILLAZON CONVENCIO  EN SU DEBUT

Festival Barenboim 2019: Presentación del Tenor Rolando Villazón acompañado al Piano por Daniel Barenboim. Programa: Canciones de Cámara de Falla, Obradors, Revueltas y Guastavino y del Repertorio Sudamericano de Ginastera, Nepomuceno y Calvo. CCK-Auditorio Nacional, 02 de Agosto de 2019.

NUESTRA OPINION: MUY BUENO.

  Finalmente pudimos verlo. Eso si muy demorado, pero vino. Y de la mano de Daniel Barenboim al igual que ocurriera con Licitra,  Poplavskaya, Ganassi, Filanotti,  Meier, Pape, Seifert, Kampe, Theorin, Kaufmann, Argerich, Soltani y Mutter. La célebre voz Mexicana se presentó en el Auditorio Nacional del CCK a sala virtualmente llena y abordó un repertorio de ciclos de Canciones y otras de compositores Sudamericanos acordes con su actualidad vocal en donde abundan la expresión, el histrionismo, su nato sentido del humor y la complicidad con Barenboim y el público, al que literalmente magnetizó y “se lo metió en el bolsillo”. Cabe para el gran Maestro Argentino un vez más, su sentido de la programación y convocar a celebridades que vienen a ofrecernos su actualidad artística, sin desentonar, sin realizar proezas épicas en el escenario cuando no se necesita eso y que el contacto con el público Argentino sea la renovación del romance que existe por parte de este con el Interprete, tal vez como en el caso que hoy abordo desde aquí, desarrollado por el poder de los medios de comunicación, como ocurriera también en el caso de Jonas Kaufmann hasta que Este emergiera junto a Barenboim en el escenario del Colón.

  Dato aparte, el escenario del Auditorio Nacional nos hace encontrar a Barenboim y a sus invitados en un clima de calidez, cordialidad e intimidad como jamás aconteció en el Colón. Se lo ve al Gran Maestro moverse a sus anchas y a Vilazón (que carisma es justamente lo que no le falta), se lo percibió como un nexo en escena en la comunicación entre el Maestro y el Público. Justamente ese fue el pilar fundamental para el éxito del espectáculo. Su carisma y  su histrionismo hicieron sobrellevar situaciones como abundantes toses  y aplausos fuera de lugar de modo tal que en otras circunstancias similares, Barenboim se hubiera irritado fácilmente. De igual manera ante pedidos del público que insistentemente solicitaban a la voz Mexicana clásicos como el “No Puede ser” de “La Tabernera del Puerto” de Sorozábal o “Granada” de Agustín Lara, que hacen a la ansiedad del espectador por sacarle el jugo al artista, les respondió con humor. Claro, aquí hay un detalle fundamental, será el repertorio de Villazón, pero ignoran que a Barenboim no se le ocurriría jamás incluirlas en este tipo de eventos.

  El recital comenzó con la interpretación de las “Siete Canciones Popuiares Españolas” de Don Manuel de Falla. Sentido homenaje al genial creador Español, exiliado en Ntro. País durante los años más duros del Franquismo, falleciendo como es sabido en Ntra. Alta Gracia (Córdoba). Vaya circunstancia, en quién pintó musicalmente como nadie a Andalucía, fallecer en el Correlato de la Córdoba Española en tierra Argentina. Villazón sorprende a la concurrencia al abordar las canciones con acento y gracejo gitano-andaluz, muy efectivo. Su voz emerge más oscura y muy robustecida en el centro con muy sólida emisión y junto a Barenboim  alcanzarán colorido, clima de intimidad,
y deleitarán  en pasajes como el de la “Jota”, aquella que dice “Dicen que no nos Queremos”.  Los climas de cada región de España que Falla tomó para esta composición fueron desarrollados de modo impecable. Hilando fino, se puede decir que habrá algo de estilo que Villazón no alcanza a completar. De cualquier modo, el producto final fue muy convincente.

  Una grata sorpresa resultó la inclusión del Ciclo “Canciones Clásicas Españolas” de Fernándo Obradors que integran: “La mi sola. Laureola”, “Al Amor”, “Corazón por que Pasáis”, “Con Amores la mi Madre”, “Del cabello más Sutil” y “Chiquitita la Novia” . Tienen un tratamiento muy similar al de Falla, aunque aquí Villazón las aborda de modo expresivo pero sin caer en excesos. En ambos ciclos la dicción Castellana del tenor es impecable, característica que se mantendrá intacta durante toda la velada. Barenboim es nuevamente un acompañante ideal y formidable. Su visión de la interpretación y del acompañamiento es excelente.

 Ya en la segunda parte, los interpretes suman un nuevo acierto con la inclusión del ciclo “Cinco Canciones de Niños” del Mexicano Silvestre Revueltas, prácticamente desconocido en Ntro. Medio, integrado por “El Caballito” “El Lagarto”, “Canción Tonta”, “Canción de Cuna” y “Las Cinco Horas”, en las que Villazón se movió como pez en el agua y que recuerdan al Revueltas de creaciones de cámara como “Ocho por Radio”, tan distante de sus obras de frondosa orquestación como “La Noche de los Mayas” o “Redes”. Climas de misterio, intimidad o de hilaridad, expresadas impecablemente por Villazón y acaompañadas de modo magistral por Barenboim.

  Un punto que levantó opiniones diversas en el público, lo constituyó la inclusión del Ciclo “Las Nubes” de Carlos Guastavino, basado en poemas de Luís Cernuda y son: “Jardín Antíguo”, “Deseo” y “Alegría de la Soledad”. Es un Guastavino atípico, casi impresionista, con desafíos a resolver para la voz y el acompañamiento. Barenboim hizo su aporte de modo formidable, en cambio  Villazón cumple, pero deja la sensación de que su registro no es el más apropiado en esta obra.

  Para el final tres joyas de la canción clásica Sudamericana: Una formidable versión de la “Canción del Arbol del Olvido” de Ginastera en perfecta dicción Argentina con un Barenboim inspiradísimo. “CoraÇao Triste” del Brasileño Alberto Nepomuceno con su clima de melancolía y una rotunda versión de “Gitana” del Colombiano Luís A. Calvo, como remate de una noche formidable.

  Tres bises completaron el encuentro: “La Rosa y el sauce” de Carlos Guastavino, aquí sí en completo estilo, clima y entrega. “Te Quiero Dijiste” de María Grever y cerrar con una versión evidentemente de apuro de “Mano a Mano” de Gardel, Razzano y Celedonio Flores en donde ambos intérpretes quisieron darse el gusto  de hacer tango en Corrientes y Alem , mas actuada que cantada, pero no por ello menos efectiva. Atrás quedaron también las sentidas palabras de Villazón por estar entre Ntros. y sus conocimientos de la creación literaria Argentina desde Borges a Mafalda, la entrañable criatura de “Quino”. Al menos pudimos disfrutarlo en su actualidad, no desentonó en modo alguno y estableció su romance con el Público. Y una vez mas, Gracias Maestro Barenboim.

Donato Decina

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