Concierto
final del Curso de capacitación para jóvenes directores de orquesta en el CCK
JÓVENES TALENTOS CON
MUCHO FUTURO
Martha CORA ELISEHT
El pasado miércoles 14 de Agosto
tuvo lugar en el Auditorio Nacional del Centro Cultural Kirchner (CCK) el
concierto final del Curso de Capacitación para jóvenes directores de orquesta,
cuyo objetivo es fomentar el talento musical y permitir dirigir en el ámbito de
una gran sala de conciertos nada más ni nada menos que a la Orquesta Sinfónica
Nacional. En este caso particular, con un programa integrado por las sinfonías
de Johannes Brahms (1833-1897)
El jurado de capacitadores estuvo
bajo la dirección del maestro Pedro Ignacio Calderón –director emérito del
organismo anteriormente mencionado-, junto a Emannuel Seifert, Julio García
Cánepa –profesor emérito de la Universidad Nacional del Arte (UNA- DAMUS) e
Irene Amerio. Los participantes fueron Pablo Bocchimuzzi, José Luis Estrada
Lalangui, Daniel Flores Berthett, Emiliano David Garcías Pérez, Sebastián
Giraudo, Ariel Hagman, Ulises Maino, Javier Mas, Francisco Núñez, Fernando
Palomeque, Anderson Perea da Silva, Marko Santelices, Jonathan Tolcachier e
Israel Torrez.
Luego de la presentación, hizo su
entrada el maestro Pedro Ignacio Calderón, quien anunció los nombres de los
ganadores y el orden de las obras a dirigir, que se detallan a continuación:
Primera parte
-
1°
movimiento (Allegro con brio) de la Sinfonía n° 3 en Fa mayor, Op.90-
Francisco NÚÑEZ
-
3°
movimiento (Poco allegretto) de la Sinfonía n° 3 en Fa mayor, Op.90-
Fernando
PALOMEQUE
-
2°
movimiento (Adagio non troppo) de la Sinfonía n° 2 en Re mayor, op.72-
Emiliano
GARCÍAS PÉREZ
Segunda parte
-
3°
movimiento (Allegro giocoso) de la Sinfonía n° 4 en Mi menor, Op.98-
Sebastián
GIRAUDO
-
4°
movimiento (Allegro energico e
appassionato) de la Sinfonía n° 4 en
Mi menor, Op.98- Ulises MAINO
-
4°
movimiento (Adagio- Piú andante- Allegro
non troppo, ma con brio) de la Sinfonía
n° 1 en Do menor, Op.68- Javier MAS
Previamente al comienzo del concierto, los delegados
de la Sinfónica hicieron su tradicional reclamo portando la pancarta “#Sinfónica en crisis”, a raíz de los
recortes presupuestarios previstos por el Secretario de Cultura Pablo Aveduto,
que afectan al organismo. Posteriormente, cada uno de los músicos tomó su
puesto y tras la entrada del concertino
Javier Inchausti, se dispusieron a afinar sus instrumentos. La Sinfónica sonó
perfectamente bien afinada y afiatada
desde el inicio para que cada uno de los directores premiados hiciera gala de
sus habilidades. Y aunque parezca mentira, hubo un claro ascenso de calidad
sonora a medida que se iban sucediendo los diferentes movimientos de las
sinfonías del genio de Hamburgo. Si bien Francisco Núñez arrancó un tanto flojo
e inseguro en los primeros acordes del 1° movimiento de la Sinfonía
n° 3, se fue afianzando a medida que avanzaban los compases para cerrar el
mismo con una recapitulación brillante. Emiliano Garcías Pérez resultó ser un
joven sumamente exitoso, que brindó una muy buena versión del 2° movimiento de
la Sinfonía n° 2, destacándose por su
perfecto equilibrio sonoro y por saber sacar buenos matices tonales. Pero el
mejor de los tres directores que participaron durante la primera parte del
concierto fue –sin dudas- Fernando Palomeque, quien dirigió una bellísima
versión del celebérrimo 3° movimiento de la Sinfonía
n° 3. Se mostró muy seguro de sí mismo desde el principio y tuvo la
particularidad que fue el único capaz de dirigir de memoria. No sólo ofreció
una versión brillante, sino que, además, hizo “cantar” a la orquesta,
destacándose por su gran lirismo y por la sutileza de los matices sonoros. Se
retiró con un cálido y merecido aplauso por parte del público.
Los directores que participaron en la segunda parte
del concierto son un tanto más conocidos y ya han dirigido orquestas juveniles
y del interior del país. Por ende, les tocó dirigir movimientos más
prolongados, con variaciones –la célebre Pasacaglia
del 4° movimiento de la Sinfonía n°
4- y de mayor dificultad técnica. Sebastián Giraudo ofreció una versión
vibrante del bellísimo Allegro giocoso de
la Sinfonía n° 3, con un brillante
desempeño de todos los solistas de los diferentes grupos de instrumentos y respetando
los tempi orquestales, mientras que
Ulises Maino dirigió de forma solemne y marcial la Pasacaglia con variaciones correspondiente al 4° movimiento de la Sinfonía n° 4, respetando la tradición
romántica de Brahms. Logró un sonido pleno, compacto y con excelentes matices.
A Javier Mas le tocó el complejo 4° movimiento de la Sinfonía n° 1 y lo hizo con singular maestría, demostrando sus
excelentes dotes al respecto. No sólo lo interpretó de manera romántica,
marcial y solemne –características principales de la música de Brahms- , sino
que además, ofreció una versión luminosa, respetando los tempi y haciendo hincapié en el tutti
final, logrando una ovación de aplausos por parte del público.
Al final del concierto, todos los premiados salieron
a saludar en compañía de Calderón, quien ordenó a los músicos de la orquesta
que se quedaran para interpretar los 30 últimos compases que cierran el 4°
movimiento de la Sinfonía n° 1. Se
subió al podio y, una vez más, dirigió a la orquesta –su orquesta- con su habitual maestría, logrando numerosos aplausos
y vítores por parte del público. Ese público que se dio cita en la Sala
Sinfónica para apreciar el talento y la
versatilidad de estos jóvenes valores, que serán los grandes directores del
futuro.
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