domingo, 11 de agosto de 2019


Presentación del Smetana Trio en el Colón dentro del Ciclo del Mozarteum Argentino

UN CONJUNTO CON MAYÚSCULAS
Martha CORA ELISEHT
           
            Dentro del Ciclo de Abono 2019 del Mozarteum Argentino, el pasado lunes 5 del corriente hizo su presentación el Smetana Trio en el Teatro Colón, compuesto por los siguientes músicos: Radim Kresta (violín), Jan Pálenicek (cello) y Jitka Cechova (piano), que interpretaron las siguientes obras: el Trío para piano y cuerdas en Si bemol mayor, Op. 11 (“Gassenhauer”) de Ludwig van Beethoven (1770-1827), el Trío elegíaco n°1 en Sol menor de Sergei Rachmaninov (1873-1943) y el Trío para piano y cuerdas n° 4 en Mi menor, Op. 90 (“Dumky”) de Antonin Dvorák (1841-1904).
            Es la primera vez que esta prestigiosa agrupación checa se presenta en la Argentina y fue fundada por el pianista Josef Pálenicek en 1934. No sólo se presenta regularmente en los escenarios más importantes del mundo, sino que también ha grabado numerosos discos. Ha ganado el premio Diapason d’Or en 2005 por sus grabaciones de la obra de Smetana, Suk y Novák y durante el transcurso de ese mismo año fue elegida por la BBC Music Magazine como la mejor agrupación de música de cámara.  Cada uno de sus integrantes no solamente se destaca por ser una figura trascendental de la música de su país, sino que además, se caracteriza por una cualidad particular. En el caso de Jitka Cechova, por ser una pianista de excepción, con una pulsación y digitación potentes y prodigiosas –que, por momentos, su estilo hace acordar al de Elena Bashkirova- , mientras que Radim Kresta es un violinista extraordinario, con un impecable fraseo y un eximio trémolo. Y Jan Pálenicek no sólo es el hijo del fundador de la agrupación, sino también un estupendo cellista. Posee una técnica asombrosa y una digitación y fraseo magistrales. Sin embargo, los tres músicos se ensamblan de tal manera, que ninguno sobrepasa al otro: en otras palabras, un auténtico trabajo en equipo, con un sonido puro, cálido, compacto  y equilibrado, que prevaleció durante todo el presente concierto.
            El Trío para piano y cuerdas “Gassenhauser” de Beethoven data de 1798 y fue compuesto originalmente para cello, clarinete y piano durante la estadía del músico en Viena. Sin embargo, Beethoven sostenía que la parte del clarinete podía ser reemplazada por violín y así permaneció hasta la actualidad. Para ese entonces, era muy frecuente utilizar melodías populares –canciones callejeras o Gassenhauer- y  arias de ópera para intercalarlas en las composiciones. En este caso particular, el aria “Pria ch’io l’impegno”  (Antes de irme a trabajar) se transformó en un suceso y el clarinetista bohemio Joseph Beer le solicitó a Beethoven que la incluyera en su composición. La obra consta de tres movimientos (Allegro con brio/ Adagio/ Tema con variazioni- Allegretto) y el tema es introducido por el piano, al cual le siguen el cello y el violín. Al principio, si bien dio la impresión que Jitka Cechova llevaba la voz dominante, durante el desarrollo y la recapitulación del tema, sus compañeros supieron acompañarla a la perfección, logrando una insuperable calidad sonora y una perfecta armonía. El Adagio comienza con el cello y prosigue con el piano, para ser repicado posteriormente por el violín, con un perfecto contrapunto entre los tres instrumentos. En la presente versión, las sutilezas sonoras logradas por el Smetana Trío fueron magníficas, al igual que en el 3° movimiento, donde Jitka Cechova ofreció excelentes trinos y arpegios y Radim Kresta –al igual que Jan Pálenicek-  unos estupendos arabescos y scherzos para dar color y vida a la Gassenhauer contemplada en el título de la obra. Una versión de alta calidad que fue coronada con un sincero y fuerte aplauso por parte del público.
            El Trío Elegíaco n° 1 en Sol menor fue el primero que compuso Rachmaninov cuando sólo tenía 19 años de edad, en 1892. Consta de un solo movimiento donde el tema principal –de carácter melancólico- es introducido por el piano y, posteriormente, desarrollado por las cuerdas. No se sabe a quién estuvo dedicado, pero lo más probable es que Rachmaninov se haya inspirado, a su vez, en el Trío en La menor de Tchaikowsky (“A la memora de un gran artista”). El Lento Lúgubre que brinda del tono elegíaco y sombrío de la obra es de una inusitada belleza tonal, que el Smetana Trío supo ejecutar de manera exquisita, con un brillante trémolo en las cuerdas. Al término de la representación, el público respondió con numerosos aplausos y vítores. Pero sin lugar a dudas, el plato fuerte de la noche fue el célebre Trío para piano y cuerdas n° 4 en Mi menor (“Dumky”) de Dvorák, cuyos 6 movimientos (Lento maestoso- Allegro quasi doppo momento Poco adagio- Vivace non troppo- vivace/ Andante- Vivaca non troppo- Allegretto/ Andante moderato- Allegretto scherzando- Quasi temoo di marcia/ Allegro/ Lento maestoso) fueron ejecutados de forma sublime, con una perfección y profundidad sonoras rara vez escuchadas. En lo personal, una no recordaba una versión tan perfecta de este trío desde 1981 en el escenario del Colón, dentro del Festival Lysy -con el inolvidable Alberto Lysy en violín, Radu Aldulescu en cello y Manuel Rego en piano-. La presente versión fue estupenda en todos los sentidos: contrastes perfectos, con muy buenos matices, equilibrio sonoro y sutileza interpretativa. Naturalmente, el público estalló en aplausos y obligó al Trío a hacer dos bises: Scherzo, del compositor checo Anton Jarelski – obra con elementos de vals- y el Allegro de un Trío de Suk.
            Ha sido una noche donde se produjo una combinación perfecta: el debut de una agrupación de cámara de altísima calidad en el escenario del Colón, que brindó un concierto estupendo. Una espera que este tipo de intérpretes con mayúsculas regresen al país en numerosas ocasiones para demostrar mucho más de su arte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario