eaming de “DON PASQUALE” desde el Metropolitan
¡QUÉ ARTISTAS AQUELLOS!
Martha CORA ELISEHT
Las transmisiones históricas tienen
una particularidad: por lo general, están interpretadas por cantantes de
excelsa jerarquía. Por eso son clásicas y perduran a través del tiempo gracias al videotape y a la
tecnología. El pasado sábado 4 del corriente, el Metropolitan Opera House de
New York ofreció una transmisión de “DON
PASQUALE” de Gaetano Donizetti (1797-1848) que data de 1979 y que contó con
los siguientes intérpretes: Gabriel Bacquier (Don Pasquale), Alfredo Kraus (Ernesto),
Beverly Sills (Norina), Haakon
Hadegaard (Malatesta) y Nico Castel (Notario). Participó el coro de la
institución, bajo la dirección de
David Stivender, mientras que la
dirección orquestal estuvo a cargo de Nicola Resigno.contó con puesta en escena
de John Dexter, escenografía y vestuario de Desmond Heeley e iluminación de Gil
Wechsler.
Esta versión histórica de la ópera buffa más famosa de Donizetti tuvo una
particularidad: fue la despedida de los escenarios de Beverly Sills, quien
eligió terminar su prestigiosa carrera como soprano sobre el escenario del Met
y con uno de los roles que más interpretó durante su carrera. Por lo tanto,
también contó con un valor agregado.
Dentro de su vastísima producción
operística, DON PASQUALE es una de
las últimas que compuso Donizetti. El libreto fue escrito por el propio
compositor junto con G. Ruffini, basado en la ópera Ser Marcantonio, de Ángelo Agnelli y Stefano Pavese. Se estrenó con gran éxito en el Teatro
de los Italianos en París en 1843 y a partir de allí, fue un suceso rotundo que
recorrió los teatros más importantes del mundo. Es una de la óperas más
representadas del compositor bergamasco, junto con L’Elisir d’Amore y Lucía di
Lamermoor.
Para la presente representación se
usó una puesta en escena clásica, de época, muy pomposa, sofisticada, lujosa y
de buen gusto, donde se destaca la excelente caracterización de los personajes.
Pero la correspondiente al protagonista fue insuperable: vestido con una
clásica rôbe de chambre en la primera
escena del 1° Acto, se viste como un dandy
para impresionar a la supuesta Sofronia
antes de ofrecerle matrimonio. Por su parte, la coqueta y sofisticada Norina aparece como Sofronia con un sombrero de ala ancha con velo –que sólo se lo
quitará tras una fachada de aparente inocencia a pedido del astuto Malatesta-, mientras que Ernesto luce el atuendo más sencillo de todos –acorde a su
condición social-. El Doctor Malatesta ljuce
un traje con saco, chaleco y capa corta estilo inglés, con galera y bastón. Y
junto con Don Pasquale se vestirán
con frac, bastón y galera para atrapar a los amantes. Un perfecto vestuario
acorde a la gala de la régie.
El rol protagónico estuvo a cargo del
gran barítono francés Gabriel Bacquier –fallecido durante el transcurso del
corriente año- , que se caracterizó por ser un barítono/ actor, capaz de
interpretar todo tipo de roles merced a sus prodigiosas dotes histriónicas. Su
perfecta coloratura y su impecable técnica vocal le permitieron dar vida a este personaje desde
la primera cavatina (“Ah! Un fuoco
insolito”), pasando por el aria del 2° Acto (“Son tradito, beffegiato”) hasta
el espectacular dúo con Malatesta (“Aspetta,
aspetta, cara sposina” y “Cheti, cheti”), donde tanto él como el
barítono sueco Haakon Hadegaard hicieron gala de la musicalidad de sus voces.
Este último encarnó un espléndido Malatesta,
de destacada actuación cuando describe a la novia (“Bella si comme un Ángelo”) y en los dúos con Norina (“Pronta ío son”… Vado, presto”),
Ernesto (“Figlio, non mi fai scena”) y con Pasquale (“Fra d’un aparte”). ¿Y qué se puede decir de legendario
Alfredo Kraus?... O mejor dicho: ¿cómo puede fracasar un aria de coloratura
interpretada por el más grande belcantista
de todos los tiempos?.... Su prodigiosa musicalidad, los inconfundibles
matices de su voz y sus espléndidas dotes histriónicas le permitieron componer
un Ernesto de antología, que brilló
en todas las arias (“Sogno soave e
casto”, “Ah! Mi fa il destino mendico”, “Cerchero lontana terra”, “E se fia che
ad altro oggeto”) y en la celebérrima Serenata
cantada fuera de escena del 3° Acto (“Com‘e
gentil”) y el bellísimo dúo de amor con Norina
(“Tornami a dir che m’ami”), Luego de cada aria, cabaletta y cavatina, el
Met cayó rendido a sus pies en una ovación de aplausos.
Beverly Sills ha sido una de las más
grandes sopranos de coloratura de todos los tiempos y una de las mejores
intérpretes de Norina, cuyas Cavatinas y arias deben ser
interpretadas a la perfección por el fraseo, adornos y fioriture. Desde la primera aria (“Quel’guardo il cavaliere”) pasando por la cabaletta “Son anch’ío la virtú mágica” y el mencionado dúo con Malatesta y con Ernesto hasta la escena con Pasquale
(“Vía, caro sposino”) cuando le pega una bofetada en la cara antes de ir al
teatro. Naturalmente, el Met también cayó rendido a sus pies al finalizar cada
una de sus intervenciones. Y en la moraleja final (“Bravo, bravo, Don Pasquale!”) todos se lucieron junto al Coro en
un cuarteto que sonó magistralmente. La preparación del Coro por parte de David
Stivender también fue estupenda, al igual que la dirección orquestal de Nicola
Resigno.
Lo bueno que tiene este tipo de
transmisiones es que permite apreciar y disfrutar de una generación de
cantantes que ya no volverá jamás, pero que ha pasado a ser parte de la
historia. Por lo tanto, siempre será posible volver a escucharlos gracias a las
grabaciones, el videotape y la tecnología, y en este último tiempo, mediante
las transmisiones por streaming. Y
que siempre vivirán eternamente en el corazón y en la memoria de los melómanos
y operómanos del mundo.
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