lunes, 6 de junio de 2022

 

EL TRIUNFO DE LA PERSEVERANCIA

 

Orquesta Sinfónica Nacional, temporada 2022. Concierto bajo la dirección del Maestro Carlos Vieu. Solístas: Diego Vasallo (Violín), Eduardo Vasallo (Violonchelo) Programa: Obras de Civillotti Caravalho y Shostakovich. Centro Cultural Kirchner, Auditorio Nacional, 03 de Junio de 2022.

 

NUESTRA OPINION: MUY BUENO

 

  Dentro de la programación de la Sinfónica Nacional del presente año retornó nuevamente al podio como Director Invitado el Mtro. Carlos Vieu para ofrecer un complejo programa que contuvo un estreno mundial de compositor argentino (bienvenido sea) y una de las obras capitales de la producción sinfónica del siglo XX.

 

   El programa se inició con el Doble Concierto para Violín, Violonchelo y Orquesta de Alejandro Civilotti Carvalho, compositor Argentino residente en España, en el que Diego Vasallo en Violín y Eduardo Vasallo en Violonchelo fueron sus solistas. Obra de largo aliento en tres movimientos, posee pasajes con extensos solos de ambos instrumentos, otros para el dúo en sí mismo, instantes reservados a la orquesta y encuentros entre todas las fuerzas intervinientes. Al escucharla se percibe una cierta influencia de Shostakovich en algunos momentos, otros en que se trabajan disonancias, muy poderosos “tutti” orquestales, por lo que la obra debe ser guiada con mano firme y eso es precisamente lo que Carlos Vieu efectuó en este estreno. Lo hizo con precisión, tuvo notable entendimiento con el dúo solista y logró extraerle lo mejor a la Sinfónica Nacional. Diego Vasallo  es poseedor de una muy buena técnica, sonido amplio y grato y se entendió con su padre y el conjunto a la perfección. Surgido en Buenos Aires como un notable solista, integrante por varios años de la Sinfónica Nacional a la que ingresó muy joven, formó parte de la Camerata Lysy-Gstaad lo que le permitió trabajar con el mismísimo maestro codo a codo, Eduardo Vasallo exhibió sus grandes dotes como interprete. Una vez más su sonido partió desde las notas más profundas hasta las más altas con una emisión amplia y plena. Entre todos dieron vida a este trabajo que fue muy bien recibido por el público que en forma prácticamente total cubrió las instalaciones del Auditorio Nacional.

 

 

    

 

  Y para la segunda parte Shostakovich y su Décima Sinfonía op.93 Obra de 1953, surgida tras la muerte de Josef Stalin, obró como verdadera catarsis tras la severa amonestación que recibiera en 1934 por parte del Comisariato Cultural Stalinista respecto a su ópera “Lady Macbeth de Mtensk” y a su compleja  sinfonía Nº 4. Así pasará de la pesadumbre y la tristeza a una esperanzadora luminosidad. Vieu comprendió cabalmente el significado de esta música y brindó una muy digna versión, apuntalada fundamentalmente en los vientos con especial mención de Clarinetes y Flautas, muy buenas intervenciones de Pablo Llamazares como corno solista y del concertino, José Daniel Robuschi.  Sumados a ellos el empeño y la garra del resto de los maestros, por lo que podemos decir que el balance mostró a un conjunto de pié, dispuesto a dar siempre lo mejor, con dos muy buenos solistas que hicieron un formidable aporte y la guía de un muy buen Director con el que salieron airosos del exigente desafío.

 

 

Donato Decina

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