Muy buena actuación de la
Filarmónica en la Usina del Arte
EL
DISCRETO ENCANTO DE LA INNOVACIÓN
Martha
CORA ELISEHT
Además
de los tradicionales Ciclos de Abono en el Teatro Colón, sus cuerpos estables
realizan giras por salas o espacios emblemáticos ubicados en los diferentes
barrios porteños (Colón en la Ciudad). Dentro de este ciclo, el pasado jueves
23 del corriente se presentó la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires (OFBA) en
la Usina del Arte bajo la dirección de Natalia Larangeira, con la participación
del clarinetista Eloy Fernández Rojas como solista.
El
programa estuvo integrado por las siguientes obras:
-
“Los Héroes” (Les
Héros)- Sigismund von NEUKOMM (1778-1858)
-
Sonata para clarinete y
piano (arreglo para orquesta de cámara de Augusto
REINHOLD)- Carlos GUASTAVINO (1912-2000)
-
Sinfonía n°5 en La
mayor- Franz Joseph HAYDN (1732-1809)
En
su época, Sigismund von Neukomm fue un compositor sumamente prolífico y famoso.
Dentro de su producción figuran 10 óperas, 48 misas, un quinteto para clarinete,
más de 200 canciones, varias obras para órgano piano y cinco oberturas, de las
cuales se ha rescatado Les Héros (Los Héroes) para inaugurar el presente
concierto, ya que la mayor parte de la obra de este gran compositor austríaco
ha sido injustamente olvidada. Se trata de una obertura de estilo clásico
romántico temprano, muy rica en matices, que permite el lucimiento de todos los
instrumentistas. La Filarmónica la ejecutó de manera impecable, con un
equilibrio sonoro perfecto y muy buen desempeño de todos los solistas de
instrumentos de viento, destacándose las secciones de clarinetes y flautas. Por
tratarse de una obra prácticamente desconocida por el numeroso público que se
dio cita esa noche en la Usina, se la recibió con numerosos aplausos.
La
presente transcripción de Augusto Reinhold sobre la Sonata para clarinete y
piano de Guastavino es una obra para orquesta de cámara e instrumento
solista. Consta de 3 movimientos (Allegro/ Adagio-Lento/ Allegro grazioso), que
se inicia con una melodía con ribetes folklóricos de bella línea melódica y
estilo romántico argentino, que es tomada por el clarinete en escalas
diatónicas ascendentes y descendentes. La labor ejercida por Eloy Fernández
Rojas fue estupenda, mientras que Natalia Larangeira se destacó por un
excelente manejo de los tempi, con un sonido justo y preciso durante
toda la obra. En el Adagio central, la apertura está a cargo del solista
en un primer tema, que es retomado por las cuerdas en pianissimo hasta
el contrapunto con el corno y el fagot. En el segundo tema del mismo
movimiento, ocurre al revés: la orquesta toma el tema principal mientras el
instrumento solista lo va desarrollando mediante una serie de variaciones sobre
el mismo. Esto se repite en el último movimiento, donde el clarinete realiza
variaciones sobre el tema mediante una serie de escalas cromáticas ascendentes
y descendentes. Dicha variación es tomada posteriormente por la orquesta y la
Filarmónica la ejecutó de manera sublime. Lo mismo sucedió con un breve tema
con arabescos y síncopa previamente a la capitulación final. Tanto el
solista como la orquesta fueron intensamente aplaudidos al final y Eloy
Fernández Rojas solicitó un aplauso para el arreglador, que se encontraba entre
el público presente.
El
concierto cerró con la célebre Sinfonía n°5 en La mayor de Haydn, que
fue compuesta entre 1760 y 1762 cuando el maestro de Beethoven se desempeñaba
como Kapellmeister en la corte del príncipe Paul II Anton Esterházy.
Está escrita en forma de sonata da Chiesa y consta de 4 movimientos: Adagio
ma non troppo (2/4)/ Allegro (3/4)/ Menuetto- Trío (3/4) y Presto, que
fueron ejecutados de forma magistral por la Filarmónica. De todas las obras de
Haydn, esta sinfonía presenta numerosas dificultades en los trinos a
cargo de los principales instrumentos de viento -principalmente, el corno- que
fueron perfectamente bien resueltos por los diferentes solistas (Fernando
Chiappero en corno, Gabriel La Rocca en fagot, José Luis Romero en flauta,
Matías Tchicouret en clarinete y Natalia Silippo en oboe). El movimiento final
es una passacaglia basada en un tema folklórico (länder) de
carácter vibrante. Una vez más, la directora demostró su perfecto dominio de
los tempi y sobresalió en el stacatto final, lo que le valió el
cálido e intenso aplauso del público.
Está
perfecto que las orquestas del Colón realicen giras por los barrios porteños
para que la gente pueda disfrutar de un buen concierto con entrada libre y
gratuita en un escenario propicio como el de la Usina del Arte, que se ha
recuperado después de mucho tiempo. Y con un repertorio fuera de lo habitual,
donde la innovación en la materia siempre es bienvenida y saludable. Ahora
bien: ya que se brinda un anuncio sobre uso del barbijo dentro de la sala, ¿no
sería bueno ofrecer uno que indique que no se debe aplaudir entre
movimientos?... Pareciera ser una constante en todos los lugares donde se
organizan conciertos con entrada libre y gratuita -que desgraciadamente,
también se está replicando en el Colón-. Si se le explica al público que el
hecho de aplaudir entre movimientos desconcentra a los músicos, quizás no lo
haría. Mientras tanto, se sigue sin educar al soberano, lo que opaca una
brillante actuación y ofusca al habitué.
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