miércoles, 8 de mayo de 2019


EN SU CENTENARIO, EVITA RECIBIO POR FIN EL HOMENAJE DE CATULO

“Evamerica”, Cantata en Obertura y diez números para Solistas, Narrador, Coro y Orquesta de Cámara, con arreglos de Federico Ginzburg. Música: Rubén Mazza,Texto: Cátulo Castillo. Intérpretes: Constanza Leone (Soprano), Juan Feico (Barítono), Coro de Cámara preparado por Constanza Antunica. Orquesta de Cámara dirigida por María Inés Natalucci. Escenificación: Vestuario y Realización: Liliana Palacio. Iluminación: GOA. Dirección General: Guillermo Asencio. Teatro Empire,  07 de Mayo de 2019.

NUESTRA OPINION: BUENO.
                                    
  Hace ya lejanos 45 años, en un viejo televisor a válvulas, quién hoy escribe estas líneas visualizaba en blanco y negro la imagen de Cátulo Castillo en diálogo con Paloma Efrom “Blackie” en el legendario programa “Volver a Vivir”. Y de ese programa quedó en mí el recuerdo del anuncio del notable Poeta popular Argentino de que se hallaba embarcado en la escritura del texto de “La Cantata Sudamericana Eva Perón”. Poco tiempo después Castillo nos dejó y nunca más supe que había ocurrido con la Obra proyectada. Pasaron décadas, hasta recibir hace pocos días atrás la noticia del estreno en el Teatro Empire de “Evamérica” de Cátulo Castillo  con música de Rubén Mazza. Quienes hayan sintonizado el programa del Sábado 27 de Abril pasado, en el que Concurrieran María Inés Natalucci (Directora Musical) y Guillermo Asencio (Director General), no pude dejar de preguntar si en verdad nos hallábamos ante esa cantata de la que Cátulo Castillo habló en “Volver a Vivir”. Ante la respuesta afirmativa, no pude menos que asistir a este estreno, considerando tener el mismo privilegio que tuve por ejemplo, cuando asistí al estreno mundial del Himno “Dios y Patria” de Giácomo Puccini, en la Casa de la Cultura de Buenos Aires, ámbito Este en el cuál Puccini compuso la mencionada página, en ocasión de su visita a la Argentina. Pués bien , allí hoy ya Hombre me hallaba en la platea del Teatro Empire, en el día del centenario del natalicio de “Evita” esperando el inicio de la función. Mi expectativa crecía y, afortunadamente, al culminar Ella no fue defraudada.

  La obra está estructurada en una Obertura y diez números en los cuáles Castillo nos muestra con religiosidad, aunque esta sea pagana, Nacimiento y evocación en Los Toldos, la vida en Junín y la célebre anécdota del encuentro con Agustín Magaldi, su llegada a la Capital, su encuentro con Perón, el 17 de Octubre, lo que significó esa fecha para Ella y las Masas Obreras, para que de manera inteligente y sin involucrarse en el comentario político, se salten 6 años en el tiempo y nos situemos en su enfermedad y la agonía. La música de Ruben Mazza funciona a modo de apoyo en el texto. La Obertura, casi como evocando a las óperas, nos traerá los temas que habremos de escuchar en el transcurso de los números. Con base en el tango y el Folcklore Argentino, nos pone en el  lugar de desarrollo de los hechos. Pero a favor suyo, adquiere mayor fuerza y relevancia en los dos números finales que son el duelo por la muerte y la mensaje final de Amor, rebeldía y Libertad. La pluma de Cátulo se impone por sobre todo, desde la riqueza de los textos, la sabiduría de no inmiscuirse en la acción política en medio de la convulsionada Argentina de los 70 (Enfrentamiento Generacional mediante) y dejar un mensaje de fé profunda a partir de esa “Inmortalidad” que por supuesto Eva Perón ya tiene.

 La acción está confiada a dos voces solistas (Soprano y Barítono), un actor que narra los pasajes fundamentales de la historia y un Coro que realza la narración en los momentos fundamentales.

  Hubo una decisión de presentar este trabajo no en el marco de un Concierto sino hacerlo de modo escenificado. En este contexto, no pudo haber sido mas acertada la labor de Guillermo Ascencio, con el Coro vestido con ropa de trabajo, el que además baila y actúa evocando la acción de Eva y los beneficios que la clase obrera obtuvo por la acción de Perón ya desde los tempos de Secretario de Trabajo y Previsión. Un final con colores patrios, bandera y la invocación al “Amor Rebelde” tomando como revancha su acción por los desposeídos a partir de su desdichada vivencia de joven, resuena fuerte en la sala, apoyada por la fuerza de la música de Mazza en el momento mas logrado de la Obra. Es muy bueno el diseño lumínico  que se adudica a GOA, resaltando todos los momentos del trabajo, aún en los de sombras. El narrador viste a la usanza de los 40 con ambo y sombrero y actuará junto al coro, mientras que los cantantes semejan una pareja de época el con el infaltable mameluco y ella con ropas sencillas. Téngase en cuenta que el apogeo de Eva transcurre tan solo entre sus 26 y 33 años y entonces ¿Cómo no evocar la oración que el Padre Hernán Benitez le escribió para confortarla en su agonía?. Aquella que dice que a partir de su belleza espiritual y su fé hace que el supremo decida llevarla en su apogeo. También aquí en Castillo Esto, aún sín mencionarlo, está expresado.

  Constanza Antunica ayudó muy eficazmente en la preparación musical y coral, y en este punto la labor del Coro de Cámara se lleva todas las palmas. Amalgamado, homogéneo de sonido, cantan y bailan con total naturalidad. Osvaldo Malizia tuvo a su cargo la narración. Declama muy correctamente, actúa bien, tuvo que vérselas con momentos en los que el micrófono jugó una mala pasada y aquí no se lo pudo escuchar en pleno.  Constanza Leone fue la voz femenina, tiene timbre muy grato y buena presencia escénica. Arrancó destemplada para ir progresando con el correr de la función. En cambio Juán Feico aportó desde su reconocida solvencia vocal. Algo tenso en la actuación se soltó en la parte final. La Orquesta de Cámara contó con la solvencia de María Inés Natalucci. Mas allá de algún desacople, tuvo perfecta afinación y muy buen sonido, alcanzando vuelo en el final.

  Vale la pena acercarse y apreciar este trabajo tal vez póstumo de uno de los más grandes letristas de la música popular argentina. No serán defraudados.

Donato Decina

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