Culmina la temporada lírica del Colón
Una “Butterfly” con sus más y menos
Teatro Colón
Viernes 10 de noviembre de 2023
Escribe: Graciela Morgenstern
Fotos: Prensa Teatro Colón, Arnaldo Colombaroli
“Madama Butterfly”, de Giacomo Puccini
Libreto: . Luigi Illica y Giuseppe Giacosa
Elenco: Daniela Tabernig, Riccardo Massi, Nozomi Kato, Alfonso Mujica, Sergio Spina,
Sebastián Sorarrain, Sergio Wamba y Christian Peregrino, Mariana Carnovali, Augusto
Nureña, Carlos Esquivel, Carmen Nieddu, Marta Del Giorgio, Carina Hôxter y otros
Coro Estable del Teatro Colón
Orquesta Estable del Teatro Colón
Régie: Livia Sabag
Escenografía: Nicolás Boni
Vestuario: Sofía Di Nunzio
Iluminación: José Luis Fiorruccio
Director del Coro Estable: Miguel Martínez
Director musical: Jan Latham-Koenig
No cabe duda de que Madama Butterfly es una de las óperas favoritas del público.
Porque quién podría no conmoverse ante la fortaleza de la frágil Butterfly despidiéndose de
su hijo, sabiendo que ha optado por el suicidio? La infidelidad del marino norteamericano
con quien se había casado se le hace intolerable luego de haber renunciado a sus
tradiciones y familia y de haber esperado su regreso durante tres años. Para Pinkerton, en
cambio. la joven no es más que una excentricidad, la atracción por lo exótico.
La versión que se presentó en esta oportunidad, como cierre de la Temporada Lírica del
Teatro Colón, tuvo sus más y sus menos.
La puesta en escena estuvo en manos de la brasileña Livia Sabag. Su enfoque consiste en
que Cio Cio San ha sido socialmente degradada por el suicidio de su padre y por lo tanto,
necesita de Pinkerton para sobrevivir dignamente. Es una visión plausible, aunque no está
establecida en el libreto y hay partes del mismo que no se condicen con lo que se ve en
escena. Para servir esta historia, Nicolás Boni hábilmente realizó una escenografía que
consiste en una casa modesta en la colina, que se deteriora a partir del segundo acto, junto
con el deterioro de la situación de Butterfly. La iluminación de José Luis Fiorruccio y el
vestuario, de colores apagados, de Sofía Di Nunzio, acompañan en el efecto general. En
tanto, las proyecciones de Matías Otálora, simbolizando aludes y un sueño o expresión de
deseo de Butterfly, lamentablemente, desconcentran de los bellísimos momentos
orquestales que Puccini compuso. En cuanto a la marcación escénica, la misma fue en
algunos casos cuestionable, ya que no tuvo en cuenta que algunas de la voces
intervinientes deberían haber actuado más cerca de la boca de escena, para que fueran
audibles.
En el aspecto musical, Daniela Tabernig, tuvo a su cargo el rol protagónico, tarea nada
sencilla, ya que la obra le demanda estar en escena permanentemente durante más de dos
horas. Mostró buen legato Pucciniano y voz potente. Su gran aria Un bel di vedremo fue
vertida con técnica depurada y hondo sentimiento, al igual que el resto de la obra. Su
interpretación fue de alta jerarquía artística.
Riccardo Massi fue un Pinkerton con insuficiente caudal sonoro y falto de squillo, lo que
deslució su aria “Addio fiorito assil”. En lo actoral, se manejó con corrección.
Por otra parte, el barítono Alfonso Mujica como Sharpless, mostró compromiso con el
personaje, fue un cónsul bondadoso y comprensivo, con algunos pequeños problemas de
emisión pero aún así cumplió con el rol sin deslumbrar.
La mezzo soprano Nozomi Kato fue correcta y presentó una Suzuki mejor actuada que
cantada.
Se destacó en cambio, Sergio Spina quien realizó una excelente caracterización de Goro.
El resto del elenco cumplió una muy buena labor, al igual que el Coro Estable, bajo las
órdenes de Miguel Martínez.
Los músicos de la Orquesta Estable respondieron eficazmente a la marcación de Jan
Latham-Koenig, quien realizó una lectura correcta pero rutinaria de la partitura, con una
tendencia a tiempos rápidos, al estruendo sonoro y falta de la poesía intrínseca que la
ópera contiene.
Así terminó la Temporada Lírica, con sus más y sus menos, en la interpretación de una
obra maravillosa.
CALIFICACIÓN: BUENO
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