domingo, 19 de noviembre de 2023

 

Muy buen recital de “ÓPERA EN ZAPATILLAS” a cargo de la Orquesta Académica

 

LA PINTA ES LO DE MENOS

Martha CORA ELISEHT

 

            Además de las carreras de Canto y Danza, el Instituto Superior de Arte del Teatro Colón (ISATC) ha incorporado la carrera de Dirección Musical de Ópera, lo que permite a jóvenes directores de orquesta poder perfeccionarse en dicho género. Para ello y, dentro del Ciclo de Abono de la Orquesta Académica del ISATC, se presentó un proyecto denominado “ÓPERA EN ZAPATILLAS” para acercar a los grandes compositores del género tanto a las nuevas generaciones de cantantes líricos como de directores de orquesta. La propuesta tuvo lugar el pasado sábado 18 del corriente bajo la dirección de Carlos Vieu al frente de la mencionada agrupación sinfónica, donde participaron los siguientes artistas:

-          Perfeccionamiento de la Carrera de Canto: Rocío Giordano y Ana Sampedro (sopranos), Daniela Prado (mezzosoprano), Lautaro Chaparro y Vasilii Korsar (tenores)

-          Alumnos invitados del 2° ciclo de la Carrera de Canto: Alejo Álvarez Castillo (barítono) y Sebastián Barboza (bajo).  

-           Asistencia de Dirección Musical: Gian Piero Luque, Javier Müller, María Clara Marco Fernández (alumnos de especialización en Dirección Musical de Ópera)

-          Maestra acompañante de Ensayos: Tamara Benítez (piano)

Acorde al título de la iniciativa, la consigna fue que todos los artistas usaran zapatillas. ¿Por qué?... Porque es el calzado que habitualmente usan los jóvenes y con el cual, se identifican -independientemente que, hoy en día, sea el más popular y el más usado por la mayoría de la gente-. Carlos Vieu se dirigió al público no sólo para explicar el proyecto, sino también para destacar el trabajo de los músicos de la Académica, de los cantantes y de los jóvenes directores, que hicieron su debut en el Colón para ejecutar el siguiente programa:

-          “NORMA”- Vincenzo BELLINI (1801-1835)

-          Sinfonía

-          “Meco all’altar di Venere” (1° Acto)

-          “Mira, o Norma” (2° acto)

-          “Una furtiva lacrima”- (“EL ELIXIR DE AMOR”)- Gaetano DONIZETTI (1797-1848)

-          “Bella figlia dell’amore” (“RIGOLETTO”)- Giuseppe VERDI (1813-1901)

-          “Comme autre fois” (“LOS PESCADORES DE PERLAS”)- Georges BIZET (1838-1875)

-          “CARMEN”- Georges BIZET:

-          Interludio (1° acto)

-          “Aragonesa” (interludio- 4° Acto)

-          “Je dis, que rien ne m’epouvante” (3° Acto)

-          “Chanson bohème” (2° Acto)

-          “Chi mi frena en tal momento” (sexteto de “LUCÍA DI LAMMERMOOR”)- Gaetano DONIZETTI (1797-1848)  

Desde los primeros acordes de la Sinfonía de NORMA, la Académica sonó muy pareja, poniendo garra y entusiasmo para que la obra de Bellini sonara perfecta. El tenor kirguistaní Vasilii Korsar se encuentra realizando su Maestría en Canto Lírico y posee una hermosa voz, con buenos matices y color baritonal, pero cuyo registro abarca muy bien tanto los graves como los agudos. Se lució como Pollione bajo la dirección de Carlos Vieu, quien, posteriormente, cedió su lugar a Gian Franco Luque para que acompañara a Rocío Giordano y Daniela Prado en el dúo del 2° Acto entre Norma y Adalgisa. De más está decir que son dos cantantes de excepción, de vasta trayectoria y que una ha tenido oportunidad de escucharlas en numerosas ocasiones interpretando roles protagónicos. En el caso particular de Daniela Prado, cantó ese rol en la representación ofrecida en el Teatro Empire el 21 de Octubre pasado y volvió a demostrarlo sobre el escenario del Colón, brindando junto a Rocío Giordano una notable versión del mencionado dúo. Por su parte, Gian Franco Luque resultó ser un muy buen director, que supo brindar un perfecto acompañamiento.

A diferencia de su colega, Leandro Chaparro es un tenor más lírico, cuya voz posee buen esmalte y ofreció una versión de muy buen gusto de la celebérrima romanza de Nemorino (Una furtiva lacrima). También se lució como el Duque de Mantua junto a Daniela Prado (Maddalena), Ana Sampedro (Gilda) y Alejo Álvarez Castillo en el rol protagónico para brindar una muy buena versión del célebre cuarteto de RIGOLETTO. El barítono también posee un gran caudal de voz y sonó muy bien, al igual que la mezzosoprano. Sin embargo, una la apreció mejor a Ana Sampedro en el repertorio francés que en el italiano. El aria de Leila (Comme auttre fois) no es tan frecuentada como otras arias del repertorio para soprano ligera y lo hizo perfectamente bien bajo la soberbia dirección musical de Javier Müller. De ahí en más, la Académica volvió a demostrar su enjundia bajo la dirección de Vieu en los archiconocidos interludios orquestales de CARMEN, que continuó con una magistral interpretación de Rocío Giordano de la cavatina de Micaela (Je dis, que rien ne m’épouvante”). Ha cantado este rol en varias oportunidades y volvió a lucirse. Seguidamente, María Clara Marco Fernández tomó la batuta para acompañar a las tres cantantes en una excelente versión de Chanson bohème, donde Daniela Prado sobresalió en el rol protagónico. El acompañamiento a cargo de Ana Sampedro (Mercedes) y Rocío Giordano (Frasquita) fue óptimo e instaron a la gente a batir palmas durante el crescendo orquestal.

El recital cerró con una muy buena versión del sexteto de LUCÍA DI LAMMERMOOR (“Che mi frena in tal momento”), donde el bajo Sebastián Barboza se sumó al resto del elenco. Si bien es un rol secundario, se lo apreció muy bien, seguro y firme, al igual que al resto del elenco. Una versión muy equilibrada, con buen desempeño de todas las voces, donde Ana Sampedro brilló en el agudo final. Tras los aplausos, la mayoría del público ovacionó a los artistas poniéndose de pie y Carlos Vieu aprovechó la oportunidad para brindar el celebérrimo Brindisi de LA TRAVIATA para que todos los cantantes pudieran lucirse, mientras que los directores pedían palmas y que el público hiciera el coro. Fue muy divertido y se los apreció a todos muy contentos tras el logro realizado.

            Resultó un tanto cómico haber apreciado a los artistas en zapatillas (En el caso particular de las damas, debidamente escondidas bajo los vestidos largos). Sea como fuere y, parafraseando aquel famoso tema de Juan Eduardo y Juan Marcelo, la pinta es lo de menos ante tamaña cantidad de talento. Un maravilloso semillero de jóvenes artistas para demostrar que la ópera sigue firme y continuará teniendo futuro.    

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