Concurso
Sigall 2023: ¿agonía o sobrevivencia…?
Por
Jaime Torres Gómez
Tras un
prolongado receso del Concurso de Ejecución Musical Dr. Luis Sigall,
de Viña del Mar, recientemente se realizó la versión Piano,
luego de un receso en el año 2019 producto
del estallido social vivido en el país, y extendido tras
la pandemia.
Recién el
año pasado, con la versión Violín, se reeditó su
realización, dando cuenta de una reconocida voluntad de continuar con este
relevante certamen afiliado a la Federación de Concursos
de Ejecución Musical con sede en Suiza.
Con una
historia de 49 años, es menester referirse a su buena convocatoria en
distintos continentes, reflejado en muchos galardonados
con importantes trayectorias. Así, no es hiperbólico afirmar que el Concurso
Sigall no sólo es patrimonio fundamental de la ciudad de Viña
del Mar, sino de toda Latinoamérica…
No
obstante sus pergaminos -contemplando, desde un inicio, a
gravitantes personalidades internacionales del mundo musical como
jurados, amén del buen nivel promedio de participantes-, en el tiempo se
ha observado un deterioro en aspectos como la proyección de los premios y
una menor jerarquía internacional de los jurados,
restándole prestancia… Sin embargo, debe destacarse la
continuidad de su realización, lo que es un mérito del mayor
encomio…
Lamentablemente,
las dificultades han ido agudizándose a extremos peligrosos ante el abandono de
las actuales autoridades edilicias viñamarinas, traducido en
no otorgar los recursos necesarios (económicos y operativos) a la Corporación
Cultural de Viña como entidad organizadora.
Así, en
la presente versión, hubo precariedades fundamentales como no haber
facilitado un piano de cola entera (como
los estupendos Fazioli o Bösendorfer, ambos
de propiedad municipal), más la provisión de
recursos para disponer de una orquesta completa en la
jornada final, en vez de haber recurrido a arreglos para cuerdas,
la mayoría musicalmente muy débiles…
Sumado a
lo anterior, de alguna manera la inutilización del Teatro Municipal de Viña (de
magnífica acústica) coadyuvó a la no conveniencia de realizar la versión
piano, ameritando haberla cambiado por otra mención como guitarra, cello o canto,
hasta tener asegurada la disposición del Municipal
viñamarino para desarrollarse en condiciones
ad-hoc, y ocupando así sus excelentes pianos. En todo caso, considerando la
pronta entrega del coliseo artístico viñamarino tras 13 años
de refacciones, debiera motivar a las autoridades
edilicias a un comprometido apoyo al Sigall
como imagen-ciudad…
En lo artístico, y de acuerdo al registro en youtube de la jornada final (en esta oportunidad no fue posible estar in situ),
es posible apreciar el excelente nivel de los finalistas, dando cuenta del interés
internacional que aún suscita este concurso.
Si bien
la calidad de la grabación es precaria, empero se evidencia la solvencia del italiano Claudio Berra (26 años) como ganador, con el Concierto N° 2 de Chopin
(acompañado por la Orquesta Marga Marga, de la Región de Valparaíso, y en base al arreglo original del compositor para cuarteto de cuerdas), evidenciando formidable calidad de toque y excelente
musicalidad.
Y niveles parejos en todo orden se dieron con
la ucraniana Anfisa Bobylova (31 años, segundo
lugar) y la japonesa Ryoko Arata (31 años, tercer lugar), en los conciertos N° 20 de Mozart
y N°
1 de Beethoven, respectivamente. Sólo lamentar la debilidad de los arreglos (cuerdas) en sendos conciertos, máxime al no darse buen
correlato del protagonismo original de los vientos
(en especial del clarinete, en Beethoven), ameritando completo
replanteo de la curatoría musical
respectiva.
En suma, una versión del Concurso Sigall que no cedió
ante riesgos de agonía… y con lecciones que ayudarán a ponderar mejor ciertas decisiones
estratégicas relevantes, especialmente al estar en camino a sus 50 años de trayectoria…
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