Cortesía de Prensa Mozarteum Argentino, Fotografía de la Sra. Liliana Morsia
Recital de Rafael Fingerlos y Sacha El Mouissi por el Mozarteum Argentino
UN
REPERTORIO ORIGINAL, PERO MUY JUSTO
Martha
CORA ELISEHT
Nacido
en Salzburgo en 1986, Rafael Fingerlos es un destacado barítono de prestigio
internacional, que debutó recientemente en el Teatro Colón interpretando al
conde Danilo Danilowitsch en LA VIUDA ALEGRE. El cantante decidió
prolongar su estadía en Buenos Aires para ofrecer un recital junto al pianista
Sascha El Mouissi organizado por el Mozarteum Argentino dentro de su Ciclo de Abono,
hecho que tuvo lugar en el Teatro Colón el pasado lunes 9 del corriente, donde
se interpretó el siguiente programa:
-
Del Ciclo “Canciones de
viaje”- Ralph VAUGHAN WILLIAMS (1872-1958):
-
“The vagabond”
-
“Let beauty awake”
-
“Whither must I
wonder?”
-
“Bright is the ring of words”
-
“I have trod the upwrd
and the downword slope”
-
“Der
Wanderer an den Mond”, D.870
-
“Frühlingsglaube”, D.686
-
“Der Lindenbaum”, D.911/5- Franz
SCHUBERT (1797-1828)
GRUSS AUS WIEN:
-
“Rheinlegendschen”, Op.15- Gustav
MAHLER (1860-1911)
-
“Bei dir ist es traut”- Alma
SCHINDLER MAHLER (1879-1964)
-
“Es muβ was wunderbares sein”- Ralph
BENATZKY (1894-1957)
-
“Deh vieni alla finestra”, de “DON
GIOVANNI”, K.527
-
“Io ti lascio, o cara, addio”, K.621ª- Wolfgang
A. MOZART (1756-1791)
-
“Wie bist du, meine Königin”, Op.32, n°9
-
“All’mein
Gedanken”, Wo O33, n°30
-
“Der Gang zum
Liebchen, Op.48, n°1
-
“Da unten im
Tale, Wo O33, n°6- Johannes BRAHMS
(1833-1897)
NOTTE ITALIANA:
-
“Casa mia, casa mía”- Giacomo
PUCCINI (1858-1924)
-
“Dolente immagine”- Vincenzo
BELLINI (1801-1835)
-
“La barchetta”- Reynaldo
HAHN (1874-1947)
-
“A vuchella”- Paolo
TOSTI (1846-1916)
Desde
hace varios años, Sascha El Mouissi y Rafael Fingerlos forman un binomio
permanente y lo demostraron sobre el escenario del Colón. El primero resultó
ser un excelente pianista acompañante, mientras que el segundo, un cantante con
un bello color y timbre vocal, buena línea de canto y buen legato, pero
sus dotes vocales fueron insuficientes para un escenario de grandes dimensiones
como lo es el Colón. Quien escribe tuvo la oportunidad de apreciarlo tanto en
la célebre opereta vienesa como en el recital y, realmente, el rol del conde
Danilo le sentó mucho mejor, pese a la desmesurada apertura del escenario
en LA VIUDA ALEGRE.
En
líneas generales, el recital fue de menor a mayor. Independientemente que el
hecho de cantar en su lengua natal sea una ventaja, se lo notó mucho mejor y
más afianzado en los lieder de Schubert que en las Songs of travel
(Canciones de viaje) de Vaughan Williams, que se brindaron al inicio. Es un
ciclo de canciones sobre textos de Robert Louis Stevenson – el mismo autor de La
isla del tesoro y En los mares del sur- donde se alaba al amanecer
en El vagabundo, al atardecer en Let beauty awake (Deja que la
belleza despierte), a lo que deja atrás el caminante (Whither must I
wonder? ¿Por dónde he de vagar?) hasta llegar a la trascendencia con Brillante
es el anillo de las palabras (Bright is the ring of words) hasta culminar
en I have trod the upward and downward slope (He recorrido la pendiente
ascendente y la descendente), donde tanto el cantante como el pianista
deben reflejar profundos cambios emocionales. Esto se tradujo muy bien merced a
la muy buena labor de Sascha El Mouissi, mientras que apenas podían percibirse los
matices, los pianissimi y las inflexiones de la voz de Fingerlos, motivo
por los cuales sonaron sumamente monótonas. Una pena.
Si
bien la interpretación de los lieder de Schubert fue correcta, la
canción de cámara alemana es un género donde, además de poseer muy buena voz,
el intérprete debe cantarlas con sutileza, cosa que aquí faltó, tanto en El
viajero a la luna (Der Wanderer aan den Mond) como Frühlingsglaube (Fe
de primavera) y Der Lindenbaum (El árbol de tilo). Recién en esta
última se lo apreció mucho más expresivo antes de pasar a las canciones
comprendidas dentro del apartado Gruss aus Wien (Saludos desde Viena), donde
encaró muy bien la obra de Ralph Benatsky (Debe ser algo maravilloso), perteneciente
a la opereta Im weiβen Röβl (La posada del caballito blanco). Ahí se lo
notó mucho más afianzado y fue donde mejor usó sus recursos vocales. Lo mismo
sucedió con Leyenda del Rin de Mahler y La confianza está en ti (Bei
dir ist es traut), de su esposa Alma sobre textos de Rainer María Rilke.
La
segunda parte comenzó con dos arias de Mozart cantadas en italiano: “Deh
vieni alla finestra de DON GIOVANNI y Io ti lascio, o cara,
addio, aria de concierto compuesta pocos meses antes de su muerte, en 1791.
Se lo sintió mucho más seguro vocalmente, al igual que en los lieder de
Brahms, de los cuales, dos pertenecen al ciclo 49 Melodías Folklóricas
Alemanas WoO33, mientras que ¿Wie bist du, mein Königin? (¿Cómo estás,
reina mía?) es la canción final de Nueve canciones y cánticos, Op.32. No
obstante, al encarar el repertorio italiano, lo hizo tibiamente en la breve Casa
mía, casa mía de Puccini y en La Barqueta de Reynaldo Hahn. Se lo
notó algo mejor en la célebre A vuchella de Paolo Tosti, pero carente de
expresividad. Se lució más al interpretar Dolente immagine, una de las Tres
arietas que Bellini compuso en 1821 cuando era aún estudiante del
conservatorio San Sebastiano en Nápoles.
Tras
los aplausos, Rafael Fingerlos ofreció 4 bises: La rosa y el sauce de
Guastavino, donde Sascha El Moussi lo acompañó de manera sublime y sutil.
Continuó con una canción tradicional austríaca (Deine Händ möcht ich
gespian/ Quisiera espiar tu mano) para terminar con dos lieder de
Schubert: An den Mond, D. 259 (En la Luna) y Über allen Gipfeln ist
Ruh, D.768 (Por encima de las cumbres, está la paz), donde predominó el
registro central y se lo apreció mucho más cómodo.
Este
recital tuvo una particularidad: un repertorio original, poco abordado por la mayoría
de los barítonos y la presencia de un espléndido pianista acompañante, que no
descolló en ningún momento y que formó un auténtico binomio junto al cantante.
Sin embargo, fue el concierto más flojo dentro de la excelencia a la cual, el
Mozarteum Argentino tiene acostumbrado a su público. Rafael Fingerlos demostró
ser un buen barítono para cantar opereta -género que domina y, en el cual, se
siente seguro-, pero no para un recital de cámara y menos, en un escenario como
el del Colón, donde su voz -aunque bella- sonó muy justa y carente de
expresividad.
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