sábado, 27 de abril de 2024

 Muy buena presentación del Ensamble EUDOKIA en la Usina del Arte


DE LA PLATA, CON AMOR


Martha CORA ELISEHT

Fundado en 2021 por iniciativa de Eduviges Piccone -quien, a su vez, se desempeña

como directora artística de la agrupación-, el Ensamble EUDOKIA tiene como principal

objetivo la interpretación, investigación y difusión del cuarteto vocal, tanto con piano

solista como a cuatro manos. Sus integrantes son prestigiosos cantantes que no sólo

residen en La Plata, sino que, además forman parte de los cuerpos estables del Teatro

Argentino de dicha localidad. Su repertorio incluye música de cámara de compositores

variados y, muy especialmente, lieder y canciones en alemán. Precisamente, éste fue el

elegido con el que se presentó el pasado domingo 21 del corriente dentro del Ciclo de

Cámara de la Usina del Arte, con participación de los siguientes cantantes: Santiago

Martínez (tenor), Sebastián Sorrarain (barítono), Marisú Pavón (soprano) y Roxana

Deviggiano (mezzosoprano), acompañados en piano a cuatro manos por los maestros

Eduviges Piccone y Juan Pablo Scafidi.

El programa estuvo compuesto por las siguientes obras:

- Liebeslieder Walzer, Op.52- Johannes BRAHMS (1833-1897)

- Neue Liebeslieder Waltzer, Op.65- Johannes BRAHMS (1833-1897)

Debido a la ausencia de programas de mano, Santiago Martínez actuó como

presentador y realizó una breve reseña sobre las obras comprendidas en el programa

para que el público pudiera comprender el contexto dentro del cual, las mismas fueron

escritas.

Los Liebeslieder Walzer (“Valses de Amor”), Op.52 fueron compuestos en 1869

para piano a cuatro manos y cuarteto de voces en estilo länder -canción folklórica

alemana-, dada la gran admiración que Brahms sentía por Franz Schubert (1797-1828).

Inspirándose en los 20 Länders de este último, el músico hamburgués compuso 18

valses tomando una compilación de textos y canciones románticas de diferentes países

europeos denominada Polydora, atribuida al poeta Georg Friedrich Daumer y que

abarca países y regiones tan disímiles como Turquía, Polonia, Latvia y Sicilia. Su estilo

es fresco y ligero, donde se destaca tanto el cuarteto de voces como determinados valses

donde sólo cantan el tenor, el barítono o ambos. Es una de las especialidades del

ensamble y quien escribe los ha escuchado en ocasiones anteriores -tanto en

BARGOGLIO como en la Fundación Beethoven-. En la presente versión, hubo una

mayor preponderancia de voces masculinas por sobre las femeninas al inicio del recital

que, posteriormente, se fue revirtiendo y sonó mucho más equilibrado hacia el final.

Pudo percibirse un notable crecimiento vocal de Santiago Martínez, a quien el

repertorio alemán le sienta de perlas y se lució como trovador romántico. Asimismo, el

barítono Sebastián Sorrrarain tuvo también una muy destacada actuación, donde -por

momentos- llevó la voz cantante para que el resto del conjunto se pudiera acoplar.

A diferencia de los valses que forman parte del Op.52, los Neue Liebeslieder

Waltzer, Op.65 comprende una serie de 15 valses compuestos en 1874 para piano a 4


manos y cuarteto vocal, con una particularidad: sólo 7 son para cuarteto; uno, para dúo

y los otros 7, para solistas. Al igual que en su antecesora, los versos de los valses

número 1 al 14 pertenecen a Polydora, mientras que el 15 (“Zum Schluβ”, Como

conclusión) fue escrito por Johann Wolfgang von Goethe y contrasta con el resto

(referente a rencillas y penas de amor por parte de las diferentes voces), donde muestra

el dolor y la tristeza del músico por la muerte de su enamorada. Por ende, tiene un

carácter más profundo y se nota tanto en lo musical como en lo vocal. La apertura está a

cargo del barítono -gran labor de Sebastián Sorrarain- y, posteriormente, se unen las

diferentes voces. En cuanto a las arias solistas, la de la soprano se caracteriza por

quejarse al no tener suerte con los hombres, mientras que en la de la mezzosoprano, ella

abandona súbitamente a su enamorado. En cambio, la del tenor posee un carácter

arrogante y seductor del personaje, que contrasta con la del barítono, que es el único que

permanece fiel y enamorado de su esposa con el correr del tiempo. Cada uno de los

integrantes del EUDOKIA se lució en sus respectivas arias y el conjunto sonó muy bien

y equilibrado en las arias a 4 voces. Unido esto al excelente acompañamiento en piano a

4 manos de Eduviges Piccone y Juan Pablo Scafidi, la velada fue todo un éxito que,

precisamente, coincidió con la primera interpretación de los Neue Liebeslieder Waltzer

por parte del conjunto, lo que le valió numerosos aplausos y vítores.

El escenario de la Usina del Arte brindó el marco adecuado para que la agrupación

muestre lo que mejor sabe hacer: deleitar al público con el repertorio alemán, que es la

especialidad del conjunto y le sienta de maravilla.

 Muy buena reposición de “GISELLE” en el Teatro Argentino de La Plata


UN CLÁSICO QUE NUNCA PASA DE MODA


Martha CORA ELISEHT


El mito de las Willis – almas en pena de novias o mujeres traicionadas por sus

parejas muertas antes del día de su boda, que incitan a sus enamorados a bailar con ellas

hasta morir- ha inspirado a numerosos autores. El poeta alemán Heinrich Heine fue el

primero en recoger esta leyenda de la mitología eslava y mencionarlo en su libro De

l’Allemagne (1835), seguido por Alphonse Karr (Les Willis, 1852) y Ferdinando

Fontana, autor del libreto de la ópera homónima de Giacomo Puccini (Le Villi).

Precisamente, el poema de Heine servirá como fuente de inspiración a Théophile

Gauthier y Jules- Henri Vernoy de Saint- Georges para componer el ballet romántico

por antonomasia: GISELLE, con música de Adolphe Adam (1803-1856) y coreografía

de Jules Perrot y Jean Coralli, con posterior revisión de Marius Petipa (1884), que fuera

el elegido para abrir la temporada de ballet en el Teatro Argentino de La Plata-Centro

Provincial de las Artes- el pasado viernes 19 del corriente y cuyas representaciones se

llevarán a cabo en la sala Alberto Ginastera de dicho teatro hasta el próximo domingo

28 del corriente a cargo del Ballet Estable de dicha entidad, dirigido por María Fernanda

Bianchi, con dirección orquestal de Carlos David Jaimes.

La presente producción cuenta con la siguiente ficha técnica: coreografía de

Lilian Giovine (sobre la original de Perrot, Coralli y Petipa); asistencia de dirección de

ballet a cargo de Fabiana Bianchi; escenografía de Juan Carlos Greco, asistencia de

escenografía de Hernán Scianda; vestuario de Eduardo Caldirola, iluminación de

Gabriel Lorenti; asistencia de iluminación de Lautaro Rey y Nicolás Troncoso,

proyección visual de Iru Landucci y coordinación de figurantes a cargo de Teresa

Tempone.

Quien escribe tuvo la oportunidad de asistir a la función del pasado domingo 21

del corriente, con el siguiente reparto: Julieta Paul (Giselle), Bautista Parada (Albrecht),

Lisandro Casco (Hilarión), Sebastián Huici (Wilfred, asistente de Albrecht), Alejandra

Baldoni (Berthe, madre de Giselle), Darío Lesnik (Duque de Curlandia), Aldana

Bidegaray (Barthilde), Cecilia Esteban (Myrtha), Mariela Milano (primera variación de

las Willis), Cecilia Mattioli Zartmann (segunda variación de las Willis) y las parejas

formadas por Eber Palacios Sánchez/ Alice Sayuri Inuy y Marcos Becerra/ Jazmín Gude

Alonso (pas de paysans).

Este gran clásico del ballet romántico tuvo un éxito rotundo desde su estreno en

la Ópera de París (1841) merced a la música de Adam, que introduce el leitmotiv para

narrar las diferentes escenas en lenguaje musical y, al mismo tiempo, mantener la

tensión dramática y las características de los personajes. Hilarión siempre se

caracteriza por trazos de brusquedad, mientras que Berthe representa la ternura que

siente una madre por su hija. La alegría característica de los viñateros y la vendimia

contrasta con la solemnidad de los nobles, que participan de una cacería y son bien


recibidos por los campesinos. Y al final del 1° acto, los contrastes tímbricos que

caracterizan la escena de la locura de la protagonista muestran su frágil salud, que se ve

minada al sentirse traicionada por su amado y cuya efímera promesa de amor se

desvanece con la muerte. Lo mismo sucede con el mundo de las sombras en donde

habitan las Willis como fantasmas espectrales, obligando a danzar hasta morir a todo

aquel que se atreva a penetrar en el reino de la vengativa Myrtha. Sólo el amor de

Giselle y la claridad del alba salvan a Albrecht de una muerte segura y su consuelo

queda como un recuerdo en el corazón de Albrecht, ya que está condenada a ser una

Willi. Un capítulo aparte merece el pas de paysans, cuya música pertenece a Friedrich

Burgmüller y fuera incorporado desde el día del estreno. Tras la muerte de Adam, la

partitura fue revisada por Riccardo Drigo, quien incorpora la variación de Giselle del 1°

acto en 1887 y es la versión que se representa hasta la actualidad.

La presente producción contó con una puesta en escena clásica, con un muy

buen trabajo escenográfico de Juan Carlos Grecco y un vestuario adecuado de Caldirola,

con colores vivos para el 1° Acto y blanco en el segundo, donde la escena transcurre en

el reino de las Willis. Sólo Albrecht se lucirá de negro a modo de luto por la muerte de

Giselle, mientras Hilarión conserva su traje verde de cazador. También ha sido muy

buena la participación de los figurantes, quienes no sólo llevaban las insignias reales,

sino también, halcones en los brazos. Ha sido un acierto incorporar elementos de

cetrería, ya que los nobles utilizaban estas aves en sus cacerías. La excelente

iluminación de Gabriel Lorenti y la proyección de video de Iru Landucci completaron el

resto.

Las escenas de conjunto a cargo del cuerpo de baile estuvieron muy bien

coordinadas y se notó la disciplina impuesta por María Fernanda Bianchi y su equipo de

asistentes coreográficos. Lo mismo sucedió con los roles secundarios, donde todos los

participantes pudieron lucirse. Por su parte, la dirección de Carlos David Jaimes fue

magistral, con un muy buen dominio de los tempi y, fundamentalmente, la adaptación de

la orquesta al ritmo del bailarín. Más aún, en este caso, donde los constantes cambios de

estados de ánimo por parte de los principales protagonistas requieren de una precisión

absoluta en la coordinación musical, cosa que se logró perfectamente.

El rol protagónico estuvo a cargo de Julieta Paul, una bailarina joven y talentosa,

requisitos fundamentales para encarnar a Giselle. Se lució en sus pliés, sostenutos,

panché, fouettes y, fundamentalmente, en los saltos y los dificilísimos entrechats del 2°

acto, que representan un desafío para cualquier intérprete de este rol. Sus dotes

histriónicas fueron magníficas y lo demostró sobre el escenario. Su partenaire Bautista

Parada dio vida a un muy buen Albrecht; especialmente, en la solage y los entrechats

del 2° acto, al igual que la tournée de la variación del pas de deux del mismo acto. Por

su parte, Lisandro Casco posee el physique du rôle ideal para encarnar a Hilarión:

atlético y longilíneo, descolló en la escena donde lo atrapan las Willis, mientras que

Cecilia Esteban se lució como Myrtha – un rol tan difícil como el protagónico y que

toda aspirante a étoile sueña con bailar-. A medida que transcurría el 2° acto, fue

creciendo en intensidad y fue intensamente aplaudida, al igual que las intérpretes de las

variaciones de las Willis Mariela Milano y Cecilia Mattioli Zartmann. Pero la revelación

de la función ha sido el pas de paysans a cargo de Eber Palacios Sánchez y Marcos

Becerra, acompañados por Alice Sayuri Inuy y Jazmín Gude Alonso. Estos jóvenes


bailarines descollaron por su gracia y su plasticidad, pero por sobre todas las cosas, por

su impecable técnica en el manejo de las pirouettes, fouettes y entrechats, lo que

asegura un futuro prometedor.

Luego que todos los artistas saludaron, se produjo otro hecho: la despedida de

Sebastián Huici y otro integrante del ballet del Teatro Argentino con motivo de su

jubilación, motivo por el cual se entregaron botellas de champagne a modo de obsequio

por parte de los hijos de estos artistas. Un momento muy emotivo, donde no faltaron los

aplausos ni una lluvia de pétalos de rosas. Una auténtica fiesta que marcó el inicio de la

temporada 2024 en el Centro Provincial de las Artes con este gran clásico del ballet

romántico, que nunca pasa de moda. Precisamente, porque muestra que el verdadero

amor permanece constante más allá de la muerte.

 Excepcional actuación del cellista Narek Hakhnazaryan junto a la Filarmónica


UNA AUTÉNTICA DEMOSTRACIÓN DE VIRTUOSISMO

Martha CORA ELISEHT


El ciclo DIVINA ITALIA -que cuenta con el patrocinio de la Embajada de dicho

país y el Instituto Italiano di Cultura en Buenos Aires- ha llegado a su final en materia

de repertorio sinfónico. Coincidiendo con la conmemoración del centenario del

fallecimiento de Giacomo Puccini, el pasado sábado 20 del corriente se llevó a cabo un

concierto en homenaje a este gran compositor dentro del Ciclo de Abono de la Orquesta

Filarmónica de Buenos Aires (OFBA) bajo la dirección de Marco Alibrando, con la

participación del violonchelista Narek Hakhnazaryan en calidad de solista.

El programa estuvo integrado por las siguientes obras:

- Crisantemi (versión para orquesta de cuerdas)

- Preludio sinfónico- Giacomo PUCCINI (1858-1924)

- Nocturno en Re menor, Op.19, n°4

- Variaciones sobre un tema rococó, Op.33- Piotr I. TCHAIKOVSKY (1840-

1893)

- Fontane di Roma- Ottorino RESPIGHI (1879-1936)

Con una formación reducida de orquesta para cuerdas a cargo del concertino

Nicolás Favero -contratado especialmente para este concierto, según declaraciones

efectuadas a esta cronista-, Marco Alibrando tomó posición sobre el escenario para

ejecutar la primera de las obras. Puccini compuso Crisantemi (Crisantemos) en 1890

tras la muerte de Amadeo di Savoia – duque de Aosta y amigo personal del compositor-

para cuarteto de arcos. Posteriormente, se realizó una versión para orquesta de cuerdas,

que es la que se presentó en este concierto. Es un lamento melancólico e íntimo, que

debe sonar como tal y donde las cuerdas tienen que llorar. Si bien la versión ofrecida fue

muy correcta, faltó profundidad, vuelo y ese clima melancólico que se debe escuchar.

Por el contrario, y, tras la incorporación del orgánico principal de la Filarmónica, la

versión del Preludio sinfónico fue brillante, con una muy buena amalgama sonora.

Escrito en un solo movimiento (Andante mosso), es una fantasía de 167 compases y tan

solo 9 minutos de duración, que consta de dos temas principales: uno cromático y un

cantábile en 6/4. Posteriormente, se inserta una melodía apasionada en ritmo de vals

para desembocar en un refuerzo del primer tema. Fue compuesta en 1882 y es una obra

de juventud, que permaneció sin ejecutarse durante muchos años y rescatada en la

década del ’70 para formar parte del repertorio no operístico del genio de Lucca.

A continuación, Narek Hakhnazaryan hizo su presentación junto a Alibrando para

cerrar la primera parte del concierto con el Nocturno en Re menor, Op.19, n°4. Se trata

de una transcripción para cello y orquesta reducida de las Seis piezas para piano, Op.19

realizada por el cellista alemán Wilhelm Fitzenhagen (1848-1890), quien también fuera

el cellista presente en el estreno de sus tres Cuartetos para cuerdas y las Variaciones

sobre un tema rococó, Op.33, cuyo orden se mantiene hasta el día de la fecha.


Tchaikovsky las compuso en homenaje a Mozart en 1876 -presumiblemente- por

encargo de Fitzenhagen, quien fuera profesor en el Conservatorio de Moscú en aquel

entonces. Forman parte del repertorio de cualquier cellista de fama internacional y son

las siguientes: Moderato quasi Andante. Tema. Moderato semplice/ Tempo del Tema/

Tempo del Tema/ Andante/ Allegro vivo/ Andante grazioso/ Andante/ Andante sostenuto/

Coda: Allegro moderato con ánima. El tema principal es expuesto por el cello tras una

breve introducción orquestal y luego, se desarrolla en 7 variaciones separadas por

breves cadenzas del solista e intervalos instrumentales, donde el intérprete debe

alcanzar cierto grado de virtuosismo. Ganador del Concurso Tchaikovsky en Moscú en

2011, Hakhnazaryan es un virtuoso del instrumento y lo demostró con creces sobre el

escenario del Colón. No sólo posee una técnica refinada, una digitación magistral y un

fraseo impecable, sino que es un auténtico exponente de la escuela rusa del violoncello.

Independientemente de su prodigiosa memoria, su interpretación de ambas obras fue

colosal y dio la impresión de estar sonando como si se escuchara un CD en vivo. Hacía

rato que una no escuchaba una versión tan perfecta de esta celebérrima obra y, como no

podía ser de otra manera, el Colón volvió a rugir tras tan excelsa interpretación.

Posteriormente, el músico dedicó un bis - en un perfecto castellano- a los descendientes

de armenios en Argentina con motivo de cumplirse un nuevo aniversario del genocidio

armenio en estos días: Lamentatio, de Giovanni Solima, donde además de tocar,

Hakhnazaryan puso su voz para entonar el lamento inicial. Una obra donde volvió a

lucirse como virtuoso y una ovación de aplausos tras su interpretación.

Por último, Marco Alibrando ofreció una contundente y exquisita versión de Las

Fuentes de Roma (Fontane di Roma) de Ottorino Respighi. Compuesto en 1916, este

poema sinfónico forma parte de la denominada Trilogía Romana de este gran sinfonista

italiano junto con Los Pinos de Roma y Fiestas romanas. Sus cuatro movimientos (La

fontana del Valle Giulia al amanecer/ La fontana del Tritón por la mañana/ La fontana

di Trevi al mediodía/ La fontana de Villa Médici al anochecer) se ejecutan en forma

attacca (sin interrupción) y describen mediante una colosal paleta orquestal las escenas

y el movimiento de las fuentes como si fueran cuadros. Es una obra maestra del

impresionismo musical italiano que sonó como tal y que permitió el lucimiento de la

Filarmónica en todo su esplendor.

Dos músicos muy jóvenes, de fama internacional y con una formación sólida a cargo

de grandes maestros hicieron posible este repertorio. Un placer para los oídos y un

cierre de la parte sinfónica de DIVINA ITALIA digno del escenario del Colón, además de

una auténtica demostración de virtuosismo.

domingo, 21 de abril de 2024

Anoche una gratísima  presentación de la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires en el Teatro Colón con el M° Marco Alibrando en el podio y como solista de violonchelista @NAREK HAKHMAZARYAN , artista nacido en Armenia y de trayectoria Internacional. El concierto dio inicio con con dos obras de G. Puccini, Crisantemi y Preludio Sinfónico en versión para orquesta de cuerdas como parte de las celebraciones del centenario de su fallecimiento. Luego con la participación del M° Hakmazaryan se pudieron escuchar de P.I.Tchaikovsky dos obras, el Nocturno en Re menor Op. 19 Nº 4 y las Variaciones sobre un tema Rococó para cello y orquesta,Op 33.

El plato "fuerte" de la noche lo constituyó esta última obra(estrenada en Buenos Aires por la OFBA con el M°F. Sevitzky y como solista el M° Altman en 1959) donde el solista pudo demostrar su gran solvencia en la ejecución de su instrumento. Tchaikovsky ( romantico en su esencia) exploro con sus composiciones maneras en que los estilos y formas del pasado, en particular la del siglo XVIII, podían armonizar con su lenguaje artístico. El tema con variaciones es un formato musical que tiene origen en el siglo XVI y su apogeo en el XVIII, con la denominada escuela vienesa.La creación de Tchaikovsky intenta retratar el encanto cortesano del estilo rococó de mediados del XVIII. En esta obra el autor en vez de crear variaciones sobre un tema de otro compositor, imagina y moldea el suyo propio
Fuera de programa y para despedirse del público el M° HAKHMAZARYAN interpretó "LAMENTATIO" de Giovanni Solima, en memoria ( como lo comento) de las"almas" de las víctimas del Genocidio Armenio. Una gran ovación, y merecida, lo despidió del escenario
Finalmente se pudo escuchar Fontane di Roma de O.Respighi. Como todas las ciudades famosas europeas, Roma ha sido honrada por los compositores, pero nunca con tanta eficacia y ardor como los creadores románticos y postrománticos. Este último rótulo podría caberle hasta cierto punto a Respighi, bolognes de origen pero intensamente romano en su sentir, como lo demuestra su Tríptico. Las fuentes de Roma(obra estrenada en Buenos Aires en 1920 por la O.A.I C. con el M° Cattelani en el podio) fue la primera en ser compuesta (1917) de este tríptico empleando la proverbial cantabilidad italiana que aparece casi velada detrás de la máscara debussista,en especial por la orquestación que evoca en el último número sobretodo, el gamelan oriental. Tras los prolongados aplausos se despidieron el M° Alibrando y la orquesta .

Marta Lugo de Palacio

sábado, 20 de abril de 2024

 

INICIO INMEJORABLE

 

Ciclo de Conciertos de la Fundación Rómulo Raggio, Temporada 2024. Actuación del dúo conformado por Edua Zadory (Violín) y Anna Miernik (Piano) Programa: obras de Hubay, Brahms, Cosentino, Quintela, Chopin, Williams, Prokofieff y Schnelzer. Auditorio del Museo de la Fundación, 20 de Abril de 2024.

 

NUESTRA OPINION: EXCELENTE

 

 Un público absolutamente enfervorizado desde la primera a la última obra y que en las dos páginas finales “rugió” en vítores a las intérpretes (no exagero),  es acaso lo que mejor sintetiza a este concierto con el que la Fundación Rómulo Raggio de Vicente López inició su ciclo del año 2024, recibiendo a este dúo de intérpretes extranjeras quienes han recalado individualmente en el país, en donde por razones personales cada una decidió estar aquí gran parte del tiempo,  se han conocido en el medio musical y han resuelto conformar un dúo que aborda un repertorio universal, comprometido y en donde ya puede decirse que se entienden y cumplimentan a la perfección, alcanzado un nivel de absoluta jerarquía. Edua Zadory y Anna Miernik han armado una dupla de estupendo nivel artístico y no cabe duda que de continuar en esta senda enriquecerán a Ntro. Medio con sus propuestas.

 

  Un programa estructurado en base a música de los países de origen de ambas instrumentistas (Hungría y Polonia), pasando por la tierra que las ha recibido (Argentina) y llegar a compositores de fama universal, dio por resultado la atracción permanente del público, comenzando por una muy interesante versión de “La Ola de Balaton” del compositor Jenö Hubay en la que Zadory desde el violín exhibió todo su apasionamiento interpretativo y Miernik  se erigió en un verdadero soporte. Continuaron con una muy lucida interpretación de la Danza Húngara Nº 4 de Brahms en donde desplegaron todo el color que la página contiene. El homenaje a la Argentina llegó de la mano de dos compositores argentinos quienes estuvieron presentes en la sala. De Saúl Cosentino se apreció “Mis Poemas a la Calle” una página basada en Tango con un ribete melancólico que la hace más atrayente aún y en donde las intérpretes demostraron estar absolutamente compenetradas entre sí y con la obra. Hubo tiempo para que ambas se lucieran de manera individual. Zadory con una página de Hernán Quintela compuesta especialmente para ella en la que además de interpretar desde el violín, debe danzar llevando ajustadas en sus tobillos una uñas de cabra que actúan como instrumento musical. “Cardón” , tal el título de la composición, expresa al ritmo folcklorico del norte argentino como tal vez en muy pocas páginas pueda encontrarse algo así y Zadory hace con ella una magistral interpretación con un despliegue de energía increíble y un sonido brillante. Miernik lució a pleno honrando al mayor músico de su patria, Frederic Chopin, con una estupenda versión del Scherzo en Si bemol menor Op. 13 en la que descolló por musicalidad, pleno sonido y muy segura digitación.  La primera parte culminó con “Baile del Diablo” del compositor y arreglador norteamericano John Williams, página poco frecuentada que correspondió al film “Las Brujas de Eastwick” en donde las intérpretes sostuvieron la creciente tensión de la página y exhibieron instantes de gran categoría.

 

  La parte final dio comienzo con una formidable versión de la Sonata en re mayor para Violín y Piano de Serguei Prokofieff en la que las instrumentistas una vez más dieron rienda suelta al apasionamiento, tuvieron perfecta cumplimentación y se brindaron en una total entrega alcanzando instantes verdaderamente electrizantes como en el Moderato inicial y el Allegro con brío del cierre.  La parte formal del concierto culminó con “Apolo Adolescente” una de las dos piezas que integran las          “Apolonian Dances” del año 2003 del compositor sueco Albert Schnelzer de una exigencia superlativa que incluye hasta acordes de piano que el intérprete debe realizar apoyando sus brazos en el teclado y máxima velocidad para el violín. Solo así pudo entenderse que se la haya colocado como cierre por sobre la Sonata de Prokofieff, como acontecería normalmente. Aquí entonces la enfervorizada reacción del público y el lógico deseo de querer seguir escuchando. Ello vino de la mano de una polka de Alfred Schnittke con guiños cómplices de Zadory al público de primera fila y una magistral versión de “Czardas”  de Monti en donde ambas lucieron en forma esplendida.

 

  Por el inteligente planteo, la estupenda capacidad de ambas tanto en lo individual como en lo conjunto, la revelación de obras poco frecuentes y el extraordinario  resultado final, será recordado este concierto en mucho tiempo. Bravo a ambas y bravo a la fundación Raggio y a su programadora, la muy estimada Haydee Seibert

 

Donato Decina.

viernes, 19 de abril de 2024

 


Un momento de la primera parte del recital ofrecido por la soprano coreana Hera Hyesang Park en el Teatro Colón el pasado Lunes 18. Créditos: PrensaTeatro Colón, Fotografía del Maestro Arnaldo Colombaroli.


Hera Hyesang Park en concierto en el Colón


Breathe

Lunes 15 de abril de 2024

Escribe: Graciela Morgenstern


Concierto Extraordinario

Hera Hyesang Park (soprano)

Orquesta de la Asociación de Profesores de la Orquesta Estable del Teatro Colón

Dirección: Marcelo Ayub

Programa: While you live, film dirigido por Mariano Nante, música de Luke Howard. Obras

de Gioacchino Rossini, Henry Purcell, Richard Strauss, Manuel Ponce, María Grever,

Doo-Nam Cho, André Previn, Cecilia Livingston, Hyo-Won Woo, Un-Yung La, Edward

Elgar, Vincenzo Bellini y Giuseppe Verdi. Arreglos de Alex Nante

En Concierto Extraordinario, se presentó la soprano surcoreana Hera Hyesang Park, a

quien el público argentino conoció en 2023, en el rol de Pamina, en La Flauta Mágica,

inexplicablemente en el segundo elenco. En esta oportunidad, la soprano hizo conocer el

lanzamiento de su segundo CD: Breathe.

El programa tuvo un eje temático que fue las diferentes reacciones ante la muerte: la

negación, el enojo, la depresión y finalmente, la aceptación. Y el hilo conductor fue el

Epitafio de Sícilo y las diferentes etapas en su vida. En el comienzo se mostró un video

corto con el título While you Live, con música de Luke Howard y dirección de Mariano

Nante. Filmado en el Teatro Colón, e inspirado en un sueño de la soprano, la muestra

nadando bajo el agua dentro de la sala del Colón.

No cabe duda de que Hera H Park es una cantante refinada, de voz cristalina que aunque

liviana, corre por la sala sin problema. Su técnica es sólida y su entrega a cada una de las

obras que interpretó siempre estuvo presente.

Así se fueron sucediendo obras de autores de diferentes orígenes y épocas, incluyendo

coreanos. Además de que el evento fue extenso, incluyó algunos fragmentos

interesantes, otros que no lo eran tanto e incluso algunos que se prestaban tal vez, para

la grabación del CD pero no para la enorme sala del Colón. Por lo cual, en algunos

momentos, el concierto resultó un tanto tedioso.

De todas maneras, la labor de la coreana fue muy buena, al igual que la impecable

dirección de Marcelo Ayub al frente de la Asociación de Profesores de la Orquesta

Estable del Teatro Colón, que le respondieron con eficacia.


Fuera de programa, se ofreció I could have danced all night, de My Fair Lady, El día

que me quieras, en la que la cantante invitó al público a acompañarla y una rara versión

de un Ave María, utilizando música de Thaîs de Massenet.

Sería muy interesante poder volver a escuchar a Hera H. Park en una ópera completa, de

las que viene cantando en buena parte del mundo.

jueves, 18 de abril de 2024

 






Momento de la Función de Ariadna en Naxos en el Teatro Colón. Créditos: Prensa Teatro Colón, Fotografía del Mtro. Arnaldo Colombaroli.




“Ariadna en Naxos” de Richard Strauss, en el Teatro Colón


 


Teatro Colón

Martes 16 de abril de 2024 

Escribe: Graciela Morgenstern 


 

"Ariadna en Naxos”, de Richard Strauss

Libreto: Hugo von Hofmannsthal

Elenco: Carla Filipcic Holm, Sergio Escobar, Laura Grecka, Ekaterina Lekhina, Alejandro

Spies, Pablo Urban, Felipe Carelli, Santiago Martínez, Iván García, Oriana Favaro,

Florencia Bugardt, Florencia Machado y otros.

Orquesta Estable del Teatro Colón.

Régie: Marcelo Lombardero

Escenografía: Diego Siliano

Vestuario: Luciana Gutman

Coreografía: Ignacio González Cano

Diseño de video Matías Otarola

Iluminación: José Luis Fiorruccio

Director musical: Gûnter Neuhold 


Como inicio de la Temporada Lírica 2024, el Teatro Colón ofreció la reposición de la

versión 2019 de Ariadna en Naxos. Con un prólogo y un acto, la estructura es muy

interesante. El prólogo presenta el conflicto entre una compañía de ópera y otra de

comediantes que se ven obligados por el capricho de un rico vienés, a actuar

simultáneamente en la representación de la ópera seria Ariadna en Naxos, lo que

provoca la indignación de quien compuso la obra, que finalmente, acepta el desafío. El

acto en sí mismo consiste en una ópera dentro de una ópera, en la que la frívola idea del

amor de la comediante Zerbinetta se opone al sentimiento pesimista de la desconsolada

Ariadna y su patética soledad en la isla de Naxos, donde ha sido abandonada hasta que

finalmente, el milagro del amor la une a Baco.

En esta oportunidad, hubo interpretaciones de diferentes niveles artísticos. El rol

protagónico contó con la excelente actuación de Carla Filipcic Holm. Con voz potente y

aterciopelada, de color atractivo e impecable línea de canto, expresó la variada gama de

sentimientos y estados de ánimo de Ariadna: esperanza, depresión y regocijo.


Su contraparte, Zerbinetta, estuvo, una vez más, a cargo de la soprano rusa Ekaterina

Lekhina quien cautivó al público con su esbelta figura y desenfado actoral. Desde el punto

de vista vocal, su actuación fue correcta, aunque se notó un desgaste vocal respecto de

su actuación en 2019.

En tanto, Laura Grecka, reemplazando a Tamara Gura, articuló el papel de la

compositora con intensidad. Aunque sus recursos vocales no siempre fueron suficientes,

especialmente en su registro grave, cantó con entrega.

Sergio Escobar posee buen material vocal, voz bien timbrada y adecuado caudal. Sin

embargo, no descolló como Baco y Tenor.

Oriana Favaro, Florencia Bugardt, Florencia Machado cantaron en forma armónica, con

tono parejo y equilibrio vocal.

El resto del elenco cumplió su labor con eficacia, destacándose Alejandro Spies como el

Maestro de Música, . mientras Carlos Kaspar fue un mayordomo correcto.

Gûnter Neuhold  al frente de la Orquesta Estable, realizó una lectura rutinaria de la

partitura, sin exhibir toda la riqueza instrumental y colorido que la misma contiene.

Desde el punto de vista visual, idéntico a la producción de 2019, mientras el vestuario de

Luciana Gutman , la escenografía de Diego Siliano y la iluminación de José Luis

Fiorruccio, estuvieron acordes a la puesta que se presentó, la producción escénica de

Marcelo Lombardero transportó la obra a tiempos modernos, con un Prólogo bien logrado,

que se adaptó perfectamente a la obra. En la segunda parte, el acto de Ariadna, introdujo

una serie de bufonadas irreverentes, que desvirtuaron el espíritu de la ópera y causaron

las risas del público y no les permitió disfrutar del verdadero romanticismo contenido en el

dúo y los momentos finales. Una verdadera pena, un concepto equivocado de una obra

sublime.


CALIFICACION: BUENA

 


Momento de "Ariadna en Naxos" con Puesta de Marcelo Lombardero en el Teatro Colón. Créditos: Prensa Teatro Colón, fotografía del Mtro. Arnaldo Colombaroli.


ARIADNA EN NAXOS
Teatro Colon 16/04/2024

Subió a escena en el Teatro Colon la opera de Richard Strauss, Ariadna en Naxos, con la misma
producción presentada en 2019 a cargo de Marcelo Lombardero.
Al igual que en aquella oportunidad, el rol protagónico estuvo a cargo de la soprano Carla
Filipcic-Holm quien volvió a brillar en el rol de Ariadna, tal como lo hiciera hace cinco años.
Sin duda alguna, Filipcic-Holm es una talentosa cantante y su desempeño crece
constantemente. Ariadna es un personaje que le cabe perfectamente a su voz.
En la función del día 16 la mezzo anunciada previamente para representar el papel de
Compositor fue reemplazada por Laura Grecka, quien cumplió con solvencia el rol asignado.
Cómoda en su registro y con buena soltura escénica, realizó una labor destacable.
Correcta, sin mayor lucimiento, la soprano Ekaterina Lekhina encarnó el rol de Zerbinetta, tal
como lo hiciera en la versión de 2019.
El personaje de Baco estuvo a cargo del tenor Sergio Escobar, de considerable material vocal
que sin embargo, solo cumplió con su rol sin mayor trascendencia.
Eficiente en su totalidad el resto del elenco; destacándose entre ellos la participación de
Santiago Martinez, como Brighella quien se lució entre el conjunto de comediantes y de
Alejandro Spies como Maestro de Música.
La dirección orquestal a cargo del Mtro. Günter Neuhold fue bastante deslucida. Pareció
limitarse a concertar orquesta y escenario, más que interpretar y profundizar en la maravillosa
partitura de Strauss.
Los mismos reparos de hace cinco años con la puesta en escena de Marcelo Lombardero.
Argumentalmente puede ser coherente, pero lejos de lo que pretendieron mostrar los autores.
Conclusión: La actuación de Carla Filipcic Holm fue lo más atrayente de la velada.
Roberto Falcone

 


Un momento de la presentación de Hera Hyesang Park en el Teatro Colón el pasado Lunes 15. Créditos: Prensa Teatro Colón, fotografía del Maestro Arnaldo Colombaroli.

HERA HYESANG PARK

Teatro Colon - 15/04/2024

En el marco del 3er concierto extraordinario, se presentó en el Teatro Colon la soprano

coreana Hera Heysang Park, ya conocida en nuestro medio por su intervención el “La flauta

mágica” el año pasado.

Parte de este concierto, fue la presentación de su nuevo trabajo para el sello Deutsche

Gramophon llamado “Breathe”.

Sin duda Hera Heysang Park es una muy buena soprano lírica. Buena técnica, voz no muy

grande pero bella y muy expresiva y concentrada en la interpretación.

El recital tuvo momentos muy interesantes desde la presentación del video donde canta

“While you live”, de Luke Howard, filmado en el Teatro Colon y sus interpretaciones de “L’ora

fatal s’presta” de El Sitio de Corinto, de Rossini y “When I am laid” del Dido y Eneas de Purcel.

Otros números musicales como las “4 canciones Op. 27” de Richard Strauss, “Casta Diva” de

Norma de Bellini y “Canción del sauce y Ave Maria” del Otello de Verdi, fueron bien cantadas

por Park, pero no son obras escritas para su tipo específico de voz. Estas obras requieren un

mayor peso vocal que naturalmente su voz no tiene y que sin duda en una grabación sonaría

más aceptable que en vivo y en una gran sala como la del Colon. De este modo, la musicalidad

y la intención expresiva de la soprano sucumben ante la natural falta de contundencia vocal

necesaria que estas obras requieren para interpretarlas.

Por otro lado, las canciones “Estrellita”, de Ponce y “Te quiero, dijiste” de Maria Grever fueron

llevadas a un tiempo tan lento que resultaron monótonas.

Algo raro, y que la cantante no supo explicar su origen, ya que dijo que fue escrito para su

trabajo “Breathe”, sin dar mayor detalle, fue una composición de Un-Yung-La, con arreglo de

Benhard P. Eder (director musical el disco), llamada “Psalm 23”. Consiste en la música de

“Meditación de Thaïs” de la opera Thaïs de Massenet, con la letra del Ave Maria. Extraño en

verdad, y más teniendo en cuenta al escucharla, que a duras penas la letra encaja con la

música.

Excelente trabajo de Marcelo Ayub al frente de la Asociación de Profesores de la Orquesta

Estable del Teatro Colon. Muy buena su interpretación de “Sospiri, op. 70” de Edward Elgar.

Roberto Falcone