Excepcional actuación de la Sinfónica Juvenil Libertador Gral. San Martín en el CCK
ÉSA ES LA JUVENTUD QUE UNO QUIERE
Martha CORA ELISEHT
Luego de su exitosa gira por Japón, la Orquesta Sinfónica Juvenil “Libertador
General San Martín” ha ofrecido dos conciertos desde su retorno al país dentro del Ciclo
de Conciertos en la Facultad de Derecho y el pasado domingo 6 del corriente, se
presentó por primera vez en la Sala Sinfónica del Centro Cultural Kirchner (CCK)
desde su regreso. En esta ocasión, lo hizo de la mano de su titular -Mario Benzecry- y
participaron los siguientes invitados: Santiago Bravo (violín), el Coro del Instituto
Municipal de Música de Avellaneda, dirigido por Pablo Manzanelli y el Coro Preto,
dirigido por Clara Balduzzi para interpretar el siguiente programa:
- Gagliarda Hispánica- Juan Francisco GIACOBBE (1907- 1999)
- Concierto n°3 en Si menor para violín y orquesta, Op.61- Camille SAINT-
SAËNS (1835-1921)
- “Pelleas et Mélisande”, Op.80- Gabriel FAURÉ (1845-1924)
- Danzas Polovtsianas, de “EL PRÍNCIPE IGOR”- Alexander BORODIN (1833-
1887)
Una vez que los integrantes de la orquesta ocuparon sus respectivos lugares sobre el
escenario del Auditorio Nacional, Mario Benzecry se dirigió al público para manifestar
su agradecimiento al Sr. Embajador de Japón en la Argentina -Hiroshi Yamaguchi,
quien se encontraba presente en sala- por todo el apoyo recibido para la reciente gira del
organismo por el país nipón, merced a la gestión del director de orquesta Pablo
Boggiano y su esposa, la soprano Ayako Tanaka, quienes fueron los artífices para lograr
el patrocinio de empresas privadas de dicho país. Caso contrario, hubiera sido imposible
realizarla. La orquesta no sólo tuvo un excelente desempeño, sino que también fue
agasajada por la Embajada Argentina en Japón, donde también asistió el embajador
Yamaguchi, quien se encontraba de vacaciones en Tokio y aprovechó la oportunidad
para apoyar a la orquesta y saludar a sus integrantes.
Tras las palabras de agradecimiento, Benzecry aprovechó para anunciar la despedida
de uno de sus asistentes luego de 13 años en la orquesta: Agustín Montalli, quien parte a
Rotterdam en búsqueda de nuevos horizontes como asistente en Holanda. Se retiró
aplaudido por el público y en presencia de sus compañeros (Agustín Tocalli, Lourdes
Sabeckis y Erik Luján Berman), quienes aprovecharon la oportunidad de regalarle un
presente de despedida.
Seguidamente, comenzó el concierto con una muy buena versión de la Gagliarda
Hispánica del compositor argentino Juan Francisco Giacobbe, compuesta en 1940 y
cuya primera representación data del mismo año como música de fondo de la obra
teatral “Rueda de Fuego”, estrenada en el Teatro Nacional de Comedias -actual
Cervantes-. Consta de dos temas bien definidos sobre motivos españoles: uno de
carácter lírico (contradanza española) y el otro, una chispeante muñeira introducida por
la flauta, el clarinete y el fagot y retomada por la orquesta. Existen dos versiones de esta
obra: una para clave y otra, para pequeña orquesta de cuerdas, arpa, timbales y maderas
(flauta, oboe, clarinete en Si bemol y fagot). La versión ofrecida fue magnífica en todo
sentido, donde se lucieron tanto los músicos como el director, que se destacó por su
precisión en los tempi y el vuelo orquestal, motivo por lo cual fue muy aplaudido.
Santiago Bravo es un joven violinista que se formó con Olga Szurpik, Roberto
Calomarde y Lucrecia Herrero en el Conservatorio “Astor Piazzolla” y en la actualidad,
se perfecciona con Rafael Gintoli. Ha sido seleccionado dentro de un concurso interino
de la misma orquesta -donde se desempeña como concertino adjunto- para interpretar
una obra sumamente difícil: el Concierto n°3 en Si menor para violín y orquesta, Op.61,
compuesto por Saint- Saëns en 1880 y dedicado al violinista español Pablo de Sarásate
(1844-1908), quien lo estrenó en Octubre de ese mismo año. Si bien parece ser menos
exigente en la parte técnica que sus predecesores, no obstante, posee numerosas
sutilezas de carácter impresionista que dificultan su interpretación. Sus tres
movimientos (Allegro non troppo/ Andantino quasi allegretto/ Molto moderato e
maestoso- Allegro non troppo) poseen pasajes de notable dificultad técnica, que fueron
bien resueltos por parte del solista desde los primeros compases del movimiento inicial.
Si bien inició correctamente, su interpretación fue creciendo a medida que avanzaba el
concierto hasta llegar al andantino quasi allegretto central, que fue donde más y mejor
se lució, con un muy buen fraseo, manejo de trinos y trémolo hasta llegar al movimiento
final, donde desarrolló una demostración de virtuosismo. Por su parte, la orquesta ha
manifestado un crecimiento exponencial en su interpretación y acompañamiento desde
su regreso tras la gira por Japón, lo que quedó perfectamente demostrado mediante un
aplauso sostenido por parte del público. El violinista brindó como bis un arreglo par su
instrumento de El día que me quieras de Gardel y Le Pera, que fue toda una
demostración de virtuosismo y sutileza interpretativa.
En 1898, Gabriel Fauré compone la música incidental para la obra de teatro de
Maurice Maeterlinck PELLÉAS ET MÉLISANDE por encargo de la actriz Patrice
Campbell, quien deseaba estrenarla en Londres y le había encargado la composición de
la música a Debussy, quien se encontraba trabajando en su ópera sobre el drama
homónimo de Maeterlinck. Luego de la negativa de Debussy, Campbell le encarga la
música a Fauré, pese a que el compositor tenía poco tiempo par completarla. El estreno
se produjo en 1898 y gozó de un éxito rotundo. Posteriormente, Fauré compone una
suite orquestal de 5 movimientos en 1900, que incluye la Chanson de Mélisande. Este
fragmento puede o no representarse -tal como sucedió en la presente versión-, pero sí
los otros 4 números que integran la suite: Prélude (Quasi adagio); Fileuse (Hilandera)
(Andantino quasi allegretto); Siciliènne (Allegretto molto moderato) y La mort de
Mélisande (Molto adagio). La presente interpretación fue magnífica desde el principio
hasta el final, ofreciendo los matices sonoros y las sutilezas que posee esta bellísima
obra, perfectamente ejecutadas por la orquesta. Los solistas de las principales filas de
instrumentos tuvieron oportunidad de lucirse; sobre todo, el solo de flauta y arpa que
abre la célebre Siciliènne, así como también el oboe, el primer corno y el arpa en el 2°
número. Lo mismo se logró en el tema que marca la muerte de Mélisande en el último
número, de intenso dramatismo y profundidad sonora. Una versión magistral, que fue
sumamente aplaudida por parte del público.
Para el cierre, los integrantes del Coro del Instituto Municipal de Música de
Avellaneda y del Coro Preto hicieron su presentación y tomaron sus lugares para brindar
una muy buena versión de las famosísimas Danzas Polovtsianas de la ópera El Príncipe
Igor, de Alexander Borodin. Tras la repentina muerte del compositor en 1887,
Alexander Glazunov y Nikolai Rimsky- Korsakov completaron la orquestación. Su
estreno tuvo lugar en el Teatro Marinskii de San Petersburgo en 1890 y, en la ópera, se
representan al final del 2° acto, donde el Khan Kontchak- jefe de las fuerzas enemigas-
ofrece su hospitalidad al Príncipe Igor y a su hijo Valentín, que fueron capturados por
los polovtsy. Se trata de una serie de 8 números contrastantes, intercalados entre sí y que
se detallan a continuación:
[a] Introducción: Andantino, 4/4, La mayor
[b] Danza Deslizante de la Doncellas [Пляска девушек плавная]:
Andantino, 4/4, La mayor
[c + a] Danza Salvaje de los Hombres [Пляска мужчин дикая]: Allegro
vivo, 4/4, Fa mayor
[d] Danza General [Общая пляска]: Allegro, 3/4, Re mayor
[e] Danza de los Jóvenes [Пляска мальчиков] y 2.ª. Danza de los
Hombres [Пляска мужчин]: Presto, 6/8, Re menor
[b’ + e’] Danza Deslizante de las Doncellas (repetición, pronto
combinada con la danza más rápida de los jóvenes): Moderato alla breve,
2/2
[e’’] Danza de los jóvenes y 2.ª. Danza de los Hombres (repetición):
Presto, 6/8, Re menor
[c’ + a’’] Danza General: Allegro con spirito, 4/4, La mayor
La versión ofrecida fue electrizante y vibrante, con una perfecta preparación de
las voces -tanto masculinas como femeninas- y de la masa orquestal, donde Benzecry
demostró su consabida maestría con un perfecto dominio de tempi. La ovación del
público fue total al finalizar una versión tan brillante de esta consabida obra.
Cuando una escucha y sigue la evolución de una orquesta juvenil con el correr
del tiempo, queda demostrado que con esfuerzo, ahínco y tesón se pueden lograr cosas
maravillosas. Si se le suma una buena guía, los resultados están a la vista. Han sido los
mejores embajadores de la República en Japón y lograron un maravilloso crecimiento
profesional luego de la gira, que resultó muy enriquecedora. Ésta es la juventud que una
quiere y que marca el rumbo hacia el futuro.