lunes, 1 de mayo de 2017

UNA PRESENTACION FORMIDABLE

Orquesta Filarmónica de Buenos Aires, Cuarto Concierto de Abono, Director: Mario Perusso. Solistas: Diana Damrau (Soprano), Nicolás Testé (Bajo). Programa: Obras de Rossini, Meyerbeer, Gounod, Verdi, Gomes, Bellini, Ponchielli, Bernstein, Gerswin. Teatro Colón, 27 de Mayo de 2017.

NUESTRA OPINION: EXCELENTE.

  Si bien puede ser discutible la decisión tomada en ese entonces en tándem por Darío Lopérfido (en ese tiempo Director Artístico del Colón) y Enrique Arturo Diemecke (por aquel momento tan solo Director Musical de la Filarmónica de Buenos Aires) de incluir en el abono de conciertos este recital de Diana Damrau y Nicolás Testé por considerarlo el ámbito mas apropiado para hacerlo, lo cierto es que se trató de uno de los mejores recitales de canto en mucho tiempo, en donde cada cual puso en el escenario todo lo mejor de sí mismo sin guardarse absolutamente nada, con una orquesta que demostró porque hoy es la Nº 1 del País y capaz de pelearle en el mano a mano a las mejores de Chile,  Brasil, México y España para definir cual es la mejor Iberoamericana, a punto de preguntarme que sucedería si en la temporada operística bajase al menos una vez al año para la concertación de algún título. Seguramente la respuesta sería con la misma excelencia con la que acompañó este recital, que al fin y al cabo, es la manera exacta de definir a esta presentación dentro del presente  ciclo de abono.

  Una sala repleta de público ávido de escuchar a estas dos personalidades. Damrau no necesita presentación alguna. Testé es un valor que ha sabido insertarse en las mejores programaciones Europeas y Norteamericanas. Fue una de las tantas noches en las que en todas las ubicaciones del teatro se “pasó lísta” para saber si alguno cometió la “osadía” de faltar. Otro tanto cabe para contabilizar a los colegas de la crítica. Si sumamos a lo que cubren solamente conciertos, con lo hacen solo en  ópera, es muy probable que la Filarmónica haya batido un record de acreditados. En buena hora que haya sido y vaya Ntro. Agradecimiento a los Directivos del Teatro, como a Hugo García (Jefe de Prensa) y su Equipo, para que pudieran asistir la mayor cantidad de cronistas posibles. Hubo un solo punto un tanto negativo, ya que se decidió reemplazar un fragmento de “Hamlet” de Thomas a cargo de Testé por la versión original en francés del aria de Felipe II del “Don Carlos” Verdiano, en la que probablemente haya sido la primera interpretación así en la historia de la Sala, lo que no se consignó en un “suelto” que se entregó junto al programa de mano, el que si informó en cambio que reemplazaba el Aria de Margarita de Fausto por “Ombre Legere”   de “Dinorah” de Meyerbeer. Algo falló a la hora de mandar a la imprenta dicho “suelto” y solo los conocedores nos dimos cuenta de la inclusión del fragmento Verdiano ni bien arrancó la Orquesta.


  La velada arrancó con una simpática versión de la Obertura de “La Gazza Ladra” de Rossini, en donde Perusso se floreó manteniendo pulso firme con una Orquesta ajustadísima, dando por resultado una versión muy buena.
   La gran Soprano Alemana ingresó al escenario envuelta en una sostenida ovación que le impactó mucho. Muy emocionada entonó  y actuó “Una Voce poco fa”, con maravillosa gracia, mostrando un registro sin fisuras y  estableciendo un “feeling” magistral con la concurrencia. Testé, tal vez muy tenso por actuar en una sala de semejantes dimensiones, fue soltándose de a poco, acometiendo con “La Calumnia”, en una muy pulcra versión. Se pasó luego a Meyerbeer (Bienvenida su programación, es muy poco lo que se escucha de El por estas latitudes) y entonces que pudimos apreciar una fantástica versión de ”Nobles Seigneurs” que el personaje de Urbain entona en “Los Hugonotes”, con otra fantástica intervención de Damrau,  y a un Testé mas descontracturado cantando el Aria de Marcel “Pif,  Paf” del mismo título. “La Orquesta tuvo otro momento de lucimiento en algunas danzas integrantes del Ballet “La Noche de Walpurgis” de “Fausto” de Gounod, con maravilloso ajuste, para luego el citado fragmento de “Don Carlos” que arrancó la primera ovación para Testé, que la interpretó de manera formidable, con una Filarmónica que sonó decididamente “Celestial”, sumada al impresionante solo inicial de Carlos Nozzi en Violoncello. Decididamente la primera “cumbre” de la noche. La primera parte cerró con “Amour Ranime mon Courage” de “Romeo y Julieta” de Gounod, dejándome la sensación de que sería muy bueno convocar a Damrau para el mencionado título y al mas breve plazo posible, teniendo en Testé a un excelente “Frere Laurence”. Con un buen tenor y un par de buenos barítonos (que los hay) para “Tybalt” y “Mercutio”, se tendría una excelente ópera a programar.

  La segunda parte arrancó un una correcta “Bacanal” de Sanson y Dalila” de Saint Säens, a la que no le hubiera venido nada mal un “tempi” un tanto mas dinámico, sin perjuicio de que lo que se escuchó fue decididamente bueno. Luego se continuó con la ya citada “Ombre Legere”, en la que la Soprano alemana  “descolló”, seguida por Testé en una acertada inclusión de “Di Sposo, Di Padre” de “Salvador Rosa” de Antonio Carlos Gomes, que arrancó otra ovación sostenida del público. La temperatura del recital iba en franco aumento. Fue Damrau quien continuó con el Recitativo, Aria y Cabaletta de Elvira “O Rendetimi la Speme”, “Qui la Voce Sua Soave”, “Vien’ Diletto” de “I Puritani” de Bellini, que dejó a la interprete con el público “rendido” ante Ella, para luego apreciar a Testé en un muy buen fragmento de “La Giconda de Ponchielli”, el aria “Si, Morir Ella De”, en donde mostró toda la atribulación del personaje, frente a  la infidelidad de “Laura” su esposa. Una correcta versión de la Obertura de “Candide” de Leonard Bernstein, fue prólogo al cierre “formal” de la noche con el dúo de amor de “Porgy and Bess” de Gershwin. Hubo bises, claro, pero el mejor fue el de cierre, con una interpretación conjunta de “Somewere” de “West Side Story” de Bernstein que hizo literalmente “estallar” a la concurrencia, premiando a dos magníficos interpretes que vinieron en sus mejores momentos personales. A una orquesta que mostró su versatilidad de manera formidable,  y a un  Director de sobrado oficio, el que con los ensayos suficientes logró que todo se recibiera a la perfección.


Donato Decina

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