miércoles, 31 de agosto de 2022

 

 

 

UNA LABOR MUY INTERESANTE

 

Auditorio de la Fundación Beethoven, temporada 2022. Concierto a Cargo de la “Nueva Sinfonietta”, Director: Carlos Calleja. Solista: Alejandra Malvino (Mezzosoprano). Programa: Obras de Wagner, Mahler y Mussorgsky interpretadas con re-orquestaciones del Director. 30 de Agosto de 2022.

 

NUESTRA OPINION: MUY BUENO.

 

  A comienzos del pasado otoño recibimos la noticia de la creación de la “Nueva Sinfonietta” por parte del Mtro. Carlos Calleja, quien lógicamente se erigió en el titular de la agrupación. Se trata de un conjunto integrado por 13 importantes instrumentistas de Ntro. medio encabezados por Elías Gurevich como primer violín, convocados para interpretar partituras de frondosa orquestación en reducción para este conjunto. Podemos decir que este tipo de  trabajos para interpretar estos clásicos en versión “camarística” reconocen su origen en el hemisferio norte ya desde las décadas del 20 y 30 del pasado siglo, con Arnold Schönberg haciendo “punta” con una muy interesante reducción de “La Canción de la Tierra” de Mahler, la que tuviéramos oportunidad de escuchar en el Teatro Colón el año pasado al comenzar el levantamiento de restricciones luego de los momentos más fuertes de la pandemia en el que fuera el primero de los conciertos de abono de la Filarmónica de Buenos Aires. Con el correr de los años (y las décadas) se fue teniendo noticia de la aparición de más orquestaciones reducidas de obras de gran envergadura. Empresa nada fácil.  Hacer que un arreglo, en este caso para 13 instrumentistas, suene lo más parecido posible a conjuntos de casi un centenar de músicos. Por fortuna debo decir, que en las obras que aquí se escucharon se logró prácticamente en un todo.

 

  La “Nueva Sinfonietta” está compuesta por dos violines, una viola, un violonchelo, un contrabajo, una flauta, un oboe, un clarinete, un fagot, un corno, una trompeta, un percusionista (que debe trabajar con varios instrumentos de ese tipo) y un piano (el que muchas veces asume y cubre la labor que otros instrumentos desarrollan en la orquestación original y que aquí no intervienen). Los instrumentistas que integran esta agrupación son extraordinarios músicos, en su mayoría integrantes de las tres primeras orquestas de Ntro. País: Filarmónica de Buenos Aires, Sinfónica Nacional y Estable del Teatro Colón).

 

  El programa estuvo compuesto por tres obras de sumo compromiso: el “Preludio” y la “Muerte de Amor” de Tristán e Isolda de Richard Wagner. Las “Canciones para los Niños Difuntos” de Gustav Mahler sobre poemas de Friederich Rückert y “Cuadros de Una Exposición” de Modest Mussorgsky.

 

  Con respecto al comienzo, ya desde el arranque con una certera intervención de Gloria Pankeva en Violonchelo, el “Preludio y la Muerte de Amor” de “Tristán e Isolda” de Wagner nos mostró un conjunto solido que brindó desde lo colectivo e individual interesantes respuestas. Hubo momentos de sonido muy homogéneo e instantes de grandes logros. La reducción que el Mtro. Calleja efectuó  fue muy aceptable, llegando a obtener un final absolutamente reconcentrado ante un público que se mantuvo en inalterable silencio y con total expectación.

 

  En los “Kindertotenlieder” de Mahler participó la Mezzosoprano Alejandra Malvino, interprete absolutamente consustanciada con este repertorio. Aquí, tratándose de una obra en la que si bien Mahler dispuso una gran orquesta, la misma  muchas veces va desarrollando cada canción por sectores de instrumentos, por lo que la reducción efectuada por Calleja fue muy satisfactoria, llegando al fondo de la obra. Los momentos de tensión, de carga dramática y la atmósfera de resignada aceptación que la canción de cierre de este trabajo expresa fueron expuestos de manera admirable por el conjunto guiado con total sabiduría por Calleja. Alejandra Malvino descolló en su aporte vocal, con una expresividad sin límites y una entonación formidable. Aquí se alcanzó el nivel más alto de la noche.

 

  En la parte final, la “Nueva Sinfonietta” presentó la versión reducida de “Cuadros de una Exposición” de Modest Mussorsky. Más allá del inevitable paralelismo que se quiera trazar con la célebre orquestación efectuada por Maurice Ravel, aquí fue muy loable el trabajo de Calleja, haciendo inteligente uso de los instrumentos, con un discurso musical de conjunto que no decayó en absoluto y sosteniendo en todo momento el interés que la obra en sí tiene. Y para los instrumentistas el desafío interpretativo, ya que al ser tan reducido el conjunto queda expuesta ante el público la labor de cada integrante. Así las cuerdas todas respondieron en muy buena forma. Trompeta y trompa tuvieron una labor prácticamente sin fisuras. Una muy buena respuesta por parte de los vientos, trabajo a destajo de la percusión a cargo de Cristian Ibañez que respondió con creces  y un apoyo fundamental del piano. Todos respondieron a los requerimientos de Calleja quién trazó una versión clara, contundente y muy bien lograda.

 

  Desde aquí deseo lo mejor para Carlos Calleja y a la “Nueva Sinfonietta”. Informaremos a Uds. desde la agenda musical de Ntro. programa de Streaming sus presentaciones. Vale la pena que concurran, el nivel es muy bueno.

 

Donato Decina

lunes, 29 de agosto de 2022

 

Muy buen concierto de la Sinfónica Nacional en el CCK

 

CON ACENTO ARGENTINO

Martha CORA ELISEHT

            Dentro del Ciclo de conciertos que la Orquesta Sinfónica Nacional viene desarrollando en la Sala Sinfónica -Auditorio Nacional- del Centro Cultural Kirchner (CCK), el pasado viernes 26 del corriente tuvo lugar un concierto formado íntegramente por obras de compositores argentinos bajo la dirección de María Laura Muñiz y con la participación del Trío LUMINAR, integrado por Patricia Da Dalt (flauta), Marcela Magin (viola) y Lucrecia Jancsa (arpa), en un programa compuesto por las siguientes obras:

-          Elegía para orquesta- Manolo JUÁREZ (1937-2020)

-          “Videbimus lumen” (en homenaje a Gerardo Gandini) (Estreno)- Pablo ORTIZ (1956)

-          Poema del Iguazú, Op.115- Alberto WILLIAMS (1862-1952)

 

Luego de la tradicional afinación de instrumentos, la directora anunció las obras comprendidas en el programa, de las cuales, la Elegía para orquesta de Manolo Juárez fue compuesta en homenaje a Horacio Honorio Sicardi, quien fuera su profesor en el Conservatorio de Música de Córdoba. Es una de las tantas obras que este gran compositor argentino escribió para orquesta sinfónica, estrenada en 1969 en el Colón por la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires bajo la dirección de Pedro Ignacio Calderón. Es un Adagio elegíaco que comienza con un cantábile en cuerdas, seguido de contrapunto en percusión y glissandi en xilofón. Posteriormente, la línea melódica desemboca en un tremolo en cuerdas que contrasta con la entrada de percusión y metales, creando un efecto de suspenso muy bien logrado. Tras un contrapunto con el arpa -previamente al tutti orquestal-, las cuerdas en tremolo introducen un segundo tema más lírico en contrapunto con las maderas hasta la entrada de los metales. La dirección y marcación de María Laura Muñiz fue muy buena, al igual que el desempeño de las cuerdas, logrando un muy buen fraseo hasta desembocar en el solo de violín previo al final, donde el concertino Luis Roggiero tuvo una destacada actuación.

Al igual que la obra de Juárez, Videbimus lumen -que se representó en calidad de estreno- es un homenaje a Gerardo Gandini (1936-2013), quien fuera no sólo integrante de la Sinfónica Nacional, sino también uno de los compositores argentinos más prestigiosos de su generación y profesor en la Universidad Católica Argentina (UCA). Precisamente, uno de sus alumnos fue Pablo Ortiz, quien luego de completar sus estudios en dicha universidad, se trasladó a New York para estudiar con Mario Davidovsky en la Universidad de Columbia y actualmente se desempeña como profesor en la Universidad Davies de California. Consta de tres movimientos (Inicio/ Homenaje a Gerardo Gandini/ In lumine tuo), donde cada uno de los instrumentos del trío juega un rol fundamental en cada movimiento. En el primero, el solo de flauta al inicio de la obra permite el lucimiento del solista,  tras el cual se unen cellos y violas previamente a la introducción del arpegio y solo de arpa en un estilo semiatonal, con imprompta minimalista.  Además, posee unos contrapuntos magníficos entre las cuerdas, maderas y el trío instrumental -que precisamente, celebró sus 20 años de existencia con esta obra-. De más está decir que una intérprete de los quilates de Marcela Magin se lució en todas sus intervenciones -especialmente, en el solo de viola que abre el mencionado homenaje a Gandini en el 2° movimiento-, mientras que el solo de arpa del 3° movimiento representa un auténtico desafío por una sucesión de arpegios de gran complejidad para el solista, que Lucrecia Jancsa supo resolverlos perfectamente logrando una excelsa interpretación, además de demostrar con creces por qué es una de las mejores arpistas del país. Por su parte, Patricia Da Dalt también ejerció una magnífica labor junto a sus compañeras del trío, mientras que la orquesta supo acompañar con un sonido parejo, muy bien ensamblado. Al finalizar, no faltaron los tradicionales ramos de flores para las intérpretes y se invitó al compositor a subir al escenario, ya que se encontraba presente ante un auditorio con muchísima gente joven (probablemente, integrado por estudiantes del conservatorio o músicos noveles).

Compuesto en 1943, el Poema del Iguazú, Op.115 es un poema sinfónico compuesto por 4 movimientos que describen el cauce del río Iguazú, la selva y las cataratas que forma antes de su desembocadura en el Paraná (La selva dialoga con las cataratas/ Barcarola del Iguazú/ La luna ilumina las cascadas (nocturno)/ La Garganta del Diablo). Lleva el sello característico de las obras de Alberto Williams y comienza con una fanfarria introducida por los cornos, siguiendo con un staccato en los primeros violines en contrapunto con los metales y tremolo en cuerdas. Posteriormente, las trompetas introducen una segunda fanfarria repicada por las maderas y cierra con golpes de timbal, que deben ser ejecutados de forma muy precisa. La labor desempeñada por los músicos de la Sinfónica Nacional fue soberbia, al igual que el trino inicial del fagot en el 2° movimiento, previo al tutti orquestal y el solo de tuba con sordina. La dirección y marcación de María Laura Muñiz fue muy precisa durante toda la obra, pero principalmente, en el Nocturno (La luna ilumina las cascadas), donde el ostinato de cuerdas con sordina sonó magnífico, al igual que la vidala de dicho movimiento. La obra cierra con otra monumental fanfarria a cargo de los metales, que sonó prolija y majestuosa. Una obra de una exquisita musicalidad, que se representa en muy contadas ocasiones y que recibió numerosos aplausos por parte del público.

Es un auténtico placer conformar un programa íntegramente vernáculo, con estrenos y obras bellísimas raramente ejecutadas. Independientemente que forme parte del estatuto de creación de la Sinfónica Nacional, la orquesta viene creciendo semana tras semana, tanto en innovación del repertorio como en calidad de sonido. Es la mejor orquesta del país y lo demuestra en cada presentación, poniendo especial énfasis en un repertorio bien nuestro.  

domingo, 28 de agosto de 2022

 

EL REENCUENTRO ENTRE LA MUSICA Y LA HISTORIA

 

Ciclo “Música e Historia en Los Palacios”, edición 2022. Actuación del “Cuarteto de Amigos” (Haydee Seibert, Gustavo Mulé [Violines], Carla Regio [Viola], Siro Bellisomi [Violonchelo]). Comentarios: Profesora Noemí Pilar Molinero. Programa: Obras de Alberdi, Alcorta, Esnaola, Ginastera, Gianneo y Piazzolla. Universidad Católica Argentina (Pabellón de las Artes Puerto Madero-C.A.B.A.), 25 de Agosto de 2022.

 

NUESTRA OPINION: MUY BUENO.

 

  Retornó a esta ciudad el muy buen ciclo “Música e Historia en los Palacios” el que en esta edición se desarrollará en una verdadera maratón de tres fechas consecutivas de la que tuve posibilidad de hacerlo en la inaugural. Para el día siguiente estaba previsto continuarlo en el edificio de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la U.B.A. y en el posterior en la legendaria sede del Club Belgrano también de Buenos Aires.

 

  Fue como siempre muy interesante apreciar el espacio físico que albergó a esta actividad. En este caso, fue el ”Pabellón de las Artes” de la Universidad Católica Argentina, el que ocupa parte del espacio de los legendarios “Docks” de Puerto Madero, un lugar que puede albergar una exposición de Artes Plásticas tanto como para que en el espacio restante pueda transformarse en un auditorio para escuchar en simultáneo música de cámara. Ante una concurrencia que cubrió las instalaciones, compuesta fundamentalmente por alumnos, profesores y hasta directivos de las cátedras de música de esa alta casa de estudios, se tuvo oportunidad de escuchar los siempre interesantes relatos históricos de la Profesora Noemí Pilar Molinero, quien en esta oportunidad enlazó la historia de la Ribera del Río de la Plata desde el descubrimiento hasta la erección del puerto y su posterior conversión al barrio más joven de la Capital de la República, con la historia de los aportes realizados por la iglesia católica a la educación en Ntro. País desde las antiguas misiones jesuíticas hasta los primeros intentos a comienzos del siglo XX por establecer la casa de estudios y su posterior concreción a finales de la década del cincuenta de ese siglo  para llevarla a ocupar el lugar preponderante del presente en Argentina y América. Mientras se sucedían dichos relatos el “Cuarteto de Amigos”   intercaló los mismos con pasajes musicales de compositores argentinos. En cuanto a la historia de la música se refiere no podían estar ausentes los “Tres Minués Argentinos” (Amancio Alcorta, Juan Pedro Esnaola y Juan Bautista Alberdi), siguiendo luego con el último movimiento del Cuarteto Nº 1 Op.20 de Alberto Ginastera (Primer Decano de la Facultad de Ciencias y Artes Musicales de esta casa), en una interpretación sumamente vibrante y contundente. Dos de las tres piezas argentinas de Don Luís Gianneo (las célebres “Lamento Quechua” y “Criolla”) y cerrar con dos verdaderos “caballitos de batalla” del conjunto: “Oblivion” y “Fuga y Misterio” de Astor Piazzolla, la última en una versión sumamente electrizante que enfervorizó al público. El conjunto en su actual conformación ha adquirido una solidez interpretativa, acorde con los maestros que la integran y eso se nota mucho a partir de las respuestas que el público brinda al cuarteto en cada presentación. Merece este ciclo el que se siga sosteniendo en el tiempo. La oportunidad de conocer lugares con historia a través de la música y el relato es sumamente reconfortante.

 

Donato Decina

martes, 23 de agosto de 2022

 

 

 

YERUHAM SCHAROVSKY EN SU NOCHE MAS FELIZ

 

Mozarteum Argentino, temporada 2022. Presentación de la Orquesta Sinfónica de Jerusalem, Director: Yeruham Scharovsky. Solista: Danielle Akta (Violonchelo). Programa: Obras de Ben -Haim, Elgar y Tchaickovsky. Teatro Colón, 22 de Agosto de 2022.

 

NUESTRA OPINION: MUY BUENO.

 

 Promediando ya la temporada 2022 (o 2021/2022 si tomamos en cuenta la presentación de Diciembre pasado de Joyce Di Donato), el Mozarteum presentó a la segunda y última de las Orquestas Sinfónicas comprometidas dentro del abono anual, en este caso la Sinfónica de Jerusalem ,nacida como orquesta de la la radio de esa ciudad a finales de la década de 1930 del pasado siglo (casi coetánea en cuanto a antigüedad de la mayor orquesta Hebrea, la primitiva Sinfónica Palestina, hoy Filarmónica de Israel también traída tantas veces por el Mozarteum) en tiempos de la presencia Británica en esa región. Tras la independencia del hoy Estado de Israel, la agrupación tomó el nombre de “Kol Israel Orchestra” siempre bajo la tutela de la Radio de jerusalem, la que ya había tomado el nombre de Autoridad Radiodifusora de Israel, hasta que en la década de 1970 adopta su actual nombre y  la Municipalidad de Jerusalem suma su aporte económico al de la Radio para el mantenimiento del conjunto. Grandes batutas fueron titulares de la agrupación, dos de ellas bien conocidas por gran parte del público argentino: Gary Bertini y Frederic Chaslin. Grandes solistas, compositores y Directores invitados han trabajado con ella (nombar algunos significaría dejar de lado a otros tan importantes como los primeros) El Maestro Steven Sloane es su actual titular y en esta gira el conjunto viene conducido por un nombre muy ligado a El: Yeruhan Scharovsky, director Argentino-Israeli quién no deja de resaltar en su semblanza del programa de mano que se formó musicalmente en Buenos Aires en el viejo Conservatorio Carlos López Buchardo (hoy sede de la Facultad de Música de Ntra. Universidad Nacional de las Artes) teniendo como uno de sus profesores al Mtro. Jacobo Ficher en composición,  completando sus estudios en el Estado de Israel con la guía de Mendi Rodan en la célebre academia Rubin de música. Para la entidad organizadora, una vez más solo cabe el reconocimiento, ya que en los momentos de crisis económicas muy profundas (¡y vaya si desde 1952 hasta el presente han habido!)  núnca dejó de honrar sus compromisos y de presentar los conjuntos anunciados. Todo esto trae aparejado una logística de cachets, traslados, alojamientos, viajes, fletes entre tantas otras cosas que aún con un orgánico ajustado como el traído por la orquesta visitante (similar al que Ntras. Orquestas emplean en sus conciertos habituales) significan costos altísimos.El Mozarteum volvió a cumplir frente a su público.

 

  La Sinfónica de Jerusalem hizo honor a su visita al Colón, más aún que en la anterior ocasión en el 2018 en el teatro Coliseo. La acústica colonera permitió percibir de manera muy nítida un sonido mate, típicamente Europeo, con una magnífica cuerda enrolada en la mejor tradición judía, una muy equilibrada sección de vientos, metales muy ajustados y una estupenda sección de percusión, la que no cayó en excesos en ningún momento de la noche.

 

  La velada dio comienzo con “Fanfarria para Israel” del Compositor germano-israeli Paul Ben-Haim, compuesta en 1950 para la celebración del segundo aniversario de la proclamación del estado hebreo. Está compuesta por un tema central que se va reiterando y en cada ocasión gana en intensidad para alcanzar un final brillante. Scharovsky le dio la interpretación y el justo sentido a esta página que abrió el concierto de modo muy efusivo.

 

  El programa continuó con una obra de sumo compromiso como sín dudas lo es el Concierto para Violonchelo y Orquesta de Sir Edward Elgar en la que la joven solista Israeli de 20 años Danilelle Akta hizo su presentación. Es la  última obra completa del gran compositor Inglés, la que es concebida como una despedida de un estilo de composición  y de una forma de expresarlo (el post-romanticismo). Momentos de plena melancolía que dan paso a un énfasis mayor, como en el cierre, deben ser expuestos por solista, director y orquesta en un verdadero trabajo de equipo y aquí lo hubo a partir de una refinadísima Dirección de Scharovsky en un acompañamiento en que dirigió de memoria a la agrupación con justeza y elegancia de gestos que dieron por resultado una  respuesta directamente proporcional de los músicos. Su entendimiento con Akta fue total. Y si de la solista hablamos, es una muy delicada interprete. Su versión del concierto de Elgar fue muy correcta con pasajes de pleno lirismo y vuelo interpretativo. Aun cuando su sonido no es muy caudaloso, le extrae a su instrumento todo lo mejor. Aquí me cabe consignar que es becaria de la Fundación Vladimir Spivakov , que actuó justamente bajo la Dirección de este gran Maestro  junto a sus “Virtuosos” de Moscú y se está perfeccionando en Berlín en la Academia Barenboim-Said en la sede que Ntro, compatriota estableció en el edificio de la Staatsoper Unter den Linden. Muy visiblemente conmovidos tanto la solista como el Director salieron a saludar al público ante los sostenidos aplausos. Sín embargo y a mi entender con muy buen criterio no hicieron bis, tal vez por semejante obra abordada y por aquello de “lo bueno si breve….”.

 

 Tras el  intervalo, la obra de fondo. En este caso la Cuarta sinfonía en Fa menor, Op.36 de Tchaickovsky la que fue muy bien presentada por Scharovsky. Sumo equilibrio, sin excesos, guiada con elegancia y con estupendas respuestas del orgánico orquestal. Acentuación justa en los instantes de carga dramática. Brilo en los pasajes festivos. Un tercer movimiento de exquisita factura por parte de las cuerdas en el célebre “Pizzicato”.  Todo ello llevó a una muy buena versión bien recibida por el público que ovacionó con justicia al conjunto visitante.

 

  Fue notoria la emoción y felicidad del maestro, quien explicó que ansiaba una presentación así (tal vez por aquel axioma de “nadie es profeta en su tierra”) y en los bises unió sus dos lugares en el mundo. Con la presencia solista del bandoneonista y arreglador Roberto Fogel, una muy emotiva versión de “Mi Buenos Aires Querido” de Gardel y Lepera en un finísimo arreglo. Y como cierre definitivo, el que se considera como el segundo himno nacional israelí: “Jerusalem de Oro” en el que Scharovsky deseó que esta capital de tantas religiones y culturas se transforme prontamente en “Ciudad de Paz” y no puedo menos que estar de acuerdo.

 

Donato Decina

lunes, 22 de agosto de 2022

 Ante un Auditorio entusiasta, que brindó calurosos aplausos después de cada interpretación, se presentó el Dúo Medina & Biggeri, el sábado pasado en el Auditorio del Museo Raggio de Vicente López.

Con un programa  dedicado al compositor italiano Giovanni Bottesini, quien fue uno de los primeros contrabajistas virtuosos del siglo XIX y quien tocaba con un contrabajo de tres  cuerdas afinadas un tono arriba.El concierto se inició con Elegía N°1 siguiendo la Fantasia "Lucia de Lammermoor" pudiéndose apreciar finalmente Elegia N°3
En la segunda  parte, el Dúo brindó "Allegro di Concerto Alla Mendelssohn" que fue, para quien escribe, el punto culmine de la presentación, finalizando con Capriccio de Bravura
Fuera de programa brindaron Ave María de Piazzolla, hermosa pieza en arreglo para contrabajo y piano, obra poco difundida del compositor
Se pudo apreciar una gran compenetración del Dúo, con un empaste perfecto y una expresividad casi vocal del instrumento de arco en algunas ocasiones, demostrando el contrabajista una gran técnica en la ejecución de los pasajes más difíciles.
Teniendo en cuenta cuenta la complejidad del instrumento ,Medina dio prueba de su arte consumado y, al igual que se dice de Bottecini, dio carta de nobleza al contrabajo.
Alberto Biggeri supo tambien demostrar su posibilidad expresiva en los pasajes solistas de piano de las obras. Otra excelente elección de intérpretes y programas de la M° Haydee Seibert en el Ciclo de Cámara 2022
Y como siempre la cordial recepción de la anfitriona, Alejandra Krusemann

                                                                            Marta Lugo de Palacio

domingo, 21 de agosto de 2022

 

Sobresaliente cierre del Festival Argerich junto a la Orquesta Estable en el Colón

 

FINAL DE FIESTA A TODO TRAPO Y A SALA LLENA

Martha CORA ELISEHT

 

            Este año, el Festival Argerich estuvo formado por una auténtica constelación de primeras figuras: además de Martha Argerich, los pianistas Sergei Babayan y Dong Hyek Lim, un ensamble de músicos pertenecientes a las Orquestas del Teatro Colón (Filarmónica de Buenos Aires y Estable); los actores Cumelén Sanz, Peter Lanzani, Joaquín Furriel y Annie Dutoit Argerich -que ofrecieron una versión sublime de La Historia del Soldado, de Stravisnky- y los directores de orquesta Enrique Arturo Diemecke y Luis Gorelik, quienes junto a Charles Dutoit dirigieron a las orquestas del Colón durante el transcurso del festival. Y como todo lo bueno llega a su fin, el pasado sábado 20 del corriente se produjo el cierre del mencionado Festival con la participación de Martha Argerich y Dong Hyek Lim junto a la Orquesta Estable del Teatro Colón bajo la dirección de Luis Gorelik, con participación de Annie Dutoit Argerich como narradora, en un programa integrado por las siguientes obras:

-          Concierto n°3 en Do mayor ´para piano y orquesta, Op.26- Sergei PROKOFIEV (1891-1953)

-          Obertura “Carnaval”, Op.92- Antonin DVOŘAK (1841-1904)

-          “El Carnaval de los Animales”- Camille SAINT- SAËNS (1835-1921)

Ante un Colón atiborrado de gente y con localidades agotadas, el concertino Oleg Pishenin fue quien recibió los primeros aplausos ni bien apareció en el escenario para dar la tradicional afinación de instrumentos. Acto seguido, Martha Argerich y Luis Gorelik fueron recibidos con una ovación de aplausos y vítores antes de tomar sus puestos para interpretar uno de los “caballitos de batalla” de la gran pianista: el Concierto n°3 en Do mayor Op.26 de Prokofiev, del cual Martha Argerich es una consabida y prestigiosísima intérprete. Lo ha tocado en numerosas oportunidades sobre el escenario del Colón -la primera vez que una la escuchó, en 1986- y lo sigue interpretando con el mismo ímpetu, garra, pulsación y digitación que en aquella oportunidad en sus tres movimientos (Andante- Allegro/ Tema con variazioni/ Allegro ma non troppo). Tras el Andante inicial a cargo del clarinete en una melodía lírica, la introducción del Allegro a cargo del piano rompe ese lirismo para dar paso a una melodía apabullante y exorbitante, muy fluida desde el punto de vista melódico. Tras un diálogo entre el piano y la orquesta, el movimiento culmina con un Allegro donde el solista despliega todo su virtuosismo. Una de las especialidades de Martha Argerich y lo volvió a demostrar, al igual que en las variaciones del 2° movimiento, donde hizo gala de sus trinos, arpegios y glissandi. En el Allegro ma non troppo final, Luis Gorelik dirigió a la Estable con absoluta precisión, mientras la orquesta y el piano se “baten a duelo” (según descripción original del compositor), ya que el piano entra de manera conflictiva en relación a la orquesta mediante una serie de escalas y disonancias -famosas por ser pasajes de gran dificultad-. Pan comido para Martha Argerich, quien hizo gala de su maestría una vez más y fue ovacionada. El rugido del Colón volvió a surgir para que la gran panista brindara un bis con otro de sus “caballitos de batalla”: una versión sutil y exquisita de Escenas Infantiles, de Robert Schumann. Nada más apropiado en vísperas del día del Niño y otra vez más, se sintieron los vítores y aplausos al finalizar la pieza.

La Obertura Carnaval, Op.92 de Dvořak fue compuesta en 1891 como obertura de concierto y forma parte de una trilogía (“Nature, Life and Love”). Escrita en La mayor, dura solamente 11 minutos y posee una profusa orquestación, donde la Estable del Colón contó con su orgánico prácticamente completo. Comienza con un furiant intenso y sumamente expresivo, para luego dar paso a un tema más lírico, caracterizado por un bello solo de corno inglés -muy buena labor de Raquel Dottori-. La Estable brindó una gran interpretación, que permitió el lucimiento de sus principales solistas bajo la eximia batuta de Luis Gorelik. Al finalizar la misma, numerosos instrumentistas se retiraron para dar paso al reducido conjunto de cámara que -en forma conjunta con los dos pianos- se congregó para brindar una exquisita versión de El Carnaval de los Animales de Saint- Saëns, donde Annie Dutoit Argerich actuó como narradora en francés, con traducción simultánea al castellano. Se produjo otra ovación cuando Martha Argerich y Dong Hyek Lim hicieron su presentación sobre el escenario.

La mencionada obra de Camille Saint- Saëns es una suite de 14 movimientos y la compuso en 1886 como una “humorada sinfónica” para un día de carnaval. Sólo podía ser ejecutada en funciones privadas con amigos, pero el compositor dispuso en su testamento que podía interpretarse en público luego de su muerte. Se transformó en una de sus obras más populares y estaba compuesta originariamente para una flauta, clarinete, dos pianos, dos violines, viola, violoncello, contrabajo, xilofón y armónica de cristal. Debido a que este último instrumento es sumamente difícil de encontrar, se reemplazó la versión original por la actual, que incluye orquesta de cuerdas, corno, xilofón y glockenspiel o marimba -que se utilizó en la presente versión-. Martha Argerich y Dong Hyek Lim formaron un dúo pianístico formidable. El coreano tuvo una destacadísima actuación días atrás sobre el escenario del Colón y demostró ser un virtuoso del instrumento, mientras que la Estable ofreció un excelente acompañamiento y diálogo desde los primeros compases de la Introducción y Marchal real del león, siguiendo con Gallinas y gallos, Hermiones (asnos salvajes), Tortugas -en una magistral versión lenta del can-can-y Canguros. El contrabajista Mariano Slaby se lució en el solo de su instrumento en el Elefante, mientras que los percusionistas Gustavo Alfieri y Federico Taboada brindaron una versión exquisita y sutil en xilofón de Fondo marino junto a los dos pianos y en marimba, de la Danza macabra del mismo compositor en el número Fósiles. Por su parte, Carlos Céspedes se lució brindando el solo del Cucú en clarinete, al igual que los flautistas Jorge de la Vega y Martín Auza en Pájaros. La ovación y la entrega por parte del dúo Argerich- Lim en el número Pianistas fue total, al igual que el bellísimo solo de violoncello en El Cisne por parte de Jorge Bergero. Por su parte, Annie Dutoit Argerich cautivó al público con la sensualidad de su voz y sus gestos en un francés impecable. Y mientras Luis Gorelik brindaba junto al conjunto instrumental una fantástica interpretación del Final, tanto Annie Dutoit Argerich como un lacayo aparecieron sobre el escenario provistos de brillantina para arrojarla sobre los músicos en los compases finales. Posteriormente, una se dio cuenta que no era el lacayo que ofrece los tradicionales ramos de flores a los artistas, sino que era nada más ni nada menos que Sergei Babayan disfrazado como tal para rendir homenaje a sus colegas. La ovación fue total cuando los cinco salieron a saludar tras haber finalizado el concierto, donde una vez más, el Colón volvió a rugir. Una vez que Babayan se retiró, aparecieron los lacayos con los ramos de flores, que fueron repartidas entre los músicos. Y en el saludo final, al ver que Babayan no aparecía, Annie Dutoit Argerich no tuvo mejor idea que invitar a Oleg Pishenin a recibir los aplausos junto a los pianistas y el director de orquesta. Un hermoso gesto para imitar.

Nadie se quería ir. El público quería más y por dicho motivo, los artistas volvieron a bisar el número final de la obra. Otra ovación de aplausos coronó el cierre de un festival que fue sobresaliente en todos los aspectos: la variedad de la programación, la calidad de los intérpretes y la oportunidad de apreciar a estos inmensos artistas en otra auténtica noche de Colón, digna de su prestigio.  

 Sensacional concierto a cargo de la Orquesta Sinfónica Nacional en el CCK

 

DE MENOR A MAYOR, PARA TODOS LOS GUSTOS

Martha CORA ELISEHT

 

            Uno de los objetivos primordiales de la Orquesta Sinfónica Nacional ha sido promocionar, fomentar y difundir la producción de compositores argentinos desde su creación como Orquesta Sinfónica del Estado en 1948, al igual que difundir los clásicos universales tanto en grandes como pequeños auditorios. Dentro de su tradicional ciclo de conciertos que se lleva a cabo en la Sala Sinfónica del Centro Cultural Kirchner (CCK), el pasado viernes 19 del corriente se presentó bajo la dirección de Hadrián Ávila Arzuza, con la participación de Pablo Bercellini como solista para ejecutar el siguiente programa.

-          “Parkour”- Tomás BORDALEJO (1983) (estreno mundial)

-          Concierto para violoncello y orquesta- Esteban BENZECRY (1970) (estreno latinoamericano)

-          Sinfonía n°1 en Sol menor- Vassily KALINNIKOV (1866-1901)

Previamente al inicio del concierto, el concertino Luis Roggero hizo uso del micrófono para anunciar el fallecimiento de un ex integrante de la orquesta durante el transcurso de esta semana: el fagotista Edgardo Romero, quien también fuera fagot solista de la Orquesta Municipal de Avellaneda. Por lo tanto, este concierto fue dedicado a su memoria y el público respondió con el consabido aplauso con el cual se brinda homenaje a un artista.

Seguidamente, Hadrián Ávila Arzuza hizo uso del micrófono para anunciar las obras comprendidas en el programa por no disponer de programas de mano -por desgracia, una costumbre habitual en el CCK-, dentro de las cuales, la primera (PARKOUR) se presentó en carácter de estreno mundial. Tomás Bordalejo es un compositor argentino que reside en París desde 2005, donde se perfeccionó con Bernard Cavanna, Peter Eötvös y Pascal Dusapin. Está considerado como uno de los compositores más brillantes de su generación, motivo por el cual fue galardonado con el Premio de la Fundación de la Banque Populaire. Su obra remeda la traducción musical de esta particular disciplina, donde los jóvenes -provistos de una patineta- realizan todo tipo de acrobacias, figuras y piruetas sumamente audaces en lugares públicos. Se inicia con un solo de redoblante y bombo, seguido de un tutti orquestal en tono menor, donde el gong y el bombo brindan la entrada a las cuerdas en staccato, previo a la entrada de los metales y la percusión, que brindan ese efecto de acrobacia. Tras un coro de metales en disonancia, los violoncellos ofrecen un efecto chicharra en tono ascendente hasta desembocar en otro tutti. Posteriormente, el contrabajo toma la melodía mientras se ejerce un contrapunto entre metales y percusión en glissandi. Un coro de cornos -notable actuación del solista- ofrece un contrapunto con la percusión previamente al solo de trombón tenor en escala descendente. Tras un tutti orquestal en fortissimo (fff), la melodía se desvanece con cuerdas en ostinato en compás de 4/4. Se invitó al compositor a subir al escenario, ya que estaba presente en sala.

A diferencia de la obra de Bordalejo, el Concierto para violoncello y orquesta de Esteban Benzecry se estrenó en París en 2015 con la Orchestre Philarmonique de Radio France dirigida por Manuel López- Gómez, con participación del prestigioso cellista Gauthier Capuçon y se presentó en carácter de estreno latinoamericano.  Consta de 3 movimientos: Veta ancestral/ Luna nueva/ Kallpa (fuerza o poder, en quechua), que permiten el lucimiento del instrumento solista y un desafío interpretativo. La obra se inicia con un solo de violoncello en el registro más grave, con arpegios en escalas ascendentes y descendentes hasta la entrada del fagot, contrafagot y contrabajo en una línea melódica que remeda la música de los pueblos originarios del noroeste argentino. Estas invocaciones son respondidas por la orquesta en una especie de ceremonia ancestral, que da el nombre al movimiento Posteriormente, el cello retoma el pedaleo en la nota más grave mientras la orquesta lo acompaña en ritmo de baguala, para terminar con un murmullo por parte del solista y un final abrupto, tras la recapitulación del tema principal. Pablo Bercellini realizó una labor descomunal y una interpretación magistral, donde hizo gala de su fraseo y digitación. El segundo movimiento (Luna Nueva) se inicia con un arpegio por parte del cello en cantábile en contrapunto con cuerdas y maderas, que da el efecto del reflejo de la luna mediante un glissandi en xilofón y marimba. Un segundo contrapunto a cargo del solista, la primera viola y la caja china ofrece ese efecto de misterio y un eco por parte de la orquesta, donde el contrapunto de los cornos en disonancia con las maderas posee ciertas reminiscencias impresionistas. El violista Félix Peroni tuvo una muy buena labor, al igual que la arpista. Por último, el movimiento final (Kallpa) retoma el tema inicial con una cadencia por parte del instrumento solista, con pasajes de extrema dificultad técnica y variaciones, que fueron resueltos por Pablo Bercellini de manera admirable. En esta especie de tocata frenética, el compositor explora los matices y el virtuosismo del violoncello para crear un cuadro de folklore imaginario, sumamente potente. El movimiento culmina con una fuga y la recapitulación sobre el primer tema. El Auditorio Nacional estalló en aplausos y vítores, motivo por el cual el solista ofreció un bis: la Sarabanda de la Suite n°3 en Do mayor para cello solo de Johann Sebastian Bach. Una versión exquisita y una nueva ovación de aplausos para Bercellini.

La Sinfonía nº1 en Sol menor de Vassily Kalinnikov es una obra bellísima, pero que   se representa muy poco en los programas de conciertos, pese a que formó parte de la banda sonora del film El Bosque de los Abedules, de Andrzej Wajda. Compuesta entre 1894 y 1895, consta de 4 movimientos (Allegro moderato/ Andante commodamente/ Scherzo: Allegro non troppo/ Finale: Allegro moderato) y fue estrenada en un concierto de la Sociedad Musical de Rusia en Kiev en 1897, bajo la dirección de Vinogradsky. La obra está dedicada a S. N. Krugilov, quien fuera amigo personal de Kalinnikov y su profesor de composición. A diferencia de muchos de sus contemporáneos, Kalinnikov provenía de un hogar humilde (su padre era agente de policía) y tras ser becado para estudiar fagot en el Conservatorio de Moscú debió abandonar sus estudios, ya que su familia no podía mantenerlo. Por lo tanto, trabajó como pudo en numerosas orquestas para ganarse la vida y en el interín, enfermó de tuberculosis -dolencia que le provocará la muerte a los 34 años-. Por dicho motivo, su obra sinfónica es reducida (dos sinfonías y la música incidental para el drama Zar Boris de Aleksey Tolstoi), pero son típicamente rusas y poseen una inusual belleza cromática. El Allegro moderato inicial abre con un tema lírico que permite el diálogo entre las diferentes secciones de instrumentos. Dicho de otra manera: la orquesta debe “cantar” la melodía. Se produce un profundo contraste en el Andante comodante, introducido mediante un solo de arpa con cuerdas muteadas para dar lugar al bellísimo solo de oboe central, característico de este movimiento, cuyo tema es retomado a posteriori por el corno inglés. El scherzo del 3º movimiento abre con otro tema típicamente ruso, seguido por los sones de una danza de campesinos, donde la orquesta se luce en todo su esplendor. Finalmente, el último movimiento abre con el tema inicial del primero, pero se desarrolla mediante una monumental fuga que permite que la orquesta se expanda hasta el paroxismo. Hadrián Ávila Arzuza demostró con creces su formación en San Petersburgo y su especialización en música sinfónica rusa -fue alumno del Conservatorio Estatal Rimsky- Korsakov de dicha ciudad-, brindando una versión muy equilibrada, con un excelente equilibrio sonoro, que permitió el lucimiento del organismo sinfónico. Si se tiene en cuenta que esta sinfonía se interpretó por la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires en Marzo del corriente año, puede decirse que la versión ofrecida por la Sinfónica Nacional estuvo al mismo nivel. El público estalló en aplausos al final del concierto.

Fue una de las mejores funciones dentro del del ciclo de la Sinfónica Nacional, que -al igual que el Ave Fénix- siempre resurge de sus cenizas tras haber atravesado situaciones sumamente difíciles y numerosas crisis. En este caso, con un programa atractivo, que fue de menor a mayor a medida que se iba desarrollando, con diferentes estilos para todos los gustos

sábado, 20 de agosto de 2022

 

La Sinfónica al día…

                                                                                        Por Jaime Torres Gómez

 

La actividad de la Sinfónica Nacional tras la reapertura presencial de los espectáculos en pandemia ha sido continua, asimismo antes, a través del exitoso ciclo “In Crescendo”, donde una buena variedad de ensembles de la misma orquesta tuvieron una exitosa y permanente presencia virtual.

 

Ha sido posible presenciar casi todo lo de la Sinfónica desde la rearticulación de actividades con público, pudiéndolas cubrir críticamente. Así, y como una forma de “ponerse al día”, estaba pendiente actualizar lo presenciado desde junio, ofreciéndose una visión sumaria con las apreciaciones correspondientes.

 

A priori, es menester contextualizar el perfil programático y la dinámica promocional de lo realizado, entendiendo mejor el estado del arte de la Sinfónica.

 

En primer lugar, desde enero se aperturó a una mayor cantidad de público el Teatro de la Universidad de Chile, sede de la orquesta, aunque aún con una insuficiente cantidad de presentaciones por programa (una sola función), al no disponer de la tradicional presentación de los días viernes. Por otro lado, ha sido altamente beneficiosa la alianza con el Teatro Municipal de Las Condes, ampliándose la cobertura de público, aunque igualmente insuficiente la no repetición de cada programa en dicho espacio…

 

Respecto al perfil programático -entendiendo la gradualidad por recuperar público-, éste ha discurrido hacia repertorios de masivos gustos, prescindiéndose, salvo contadas excepciones, de mucho a lo históricamente hecho, y razón de ser de la Sinfónica: la amplia difusión de la música, incluyendo la vanguardista y chilena en particular. Esto último, no obstante los inmisericordes condicionamientos pandémicos, no constituye atenuante de casi haberla excluido… como sí, comprometidamente, la música nacional estuvo presente el año pasado en la Filarmónica, y ahora con la Orquesta de Cámara de Chile más otras agrupaciones. No es justificable que la decana orquestal haya descendido a este umbral…     

 

En otro ámbito, conforme las condiciones sanitarias coyunturales, es entendible el corto alcance programático, por cuanto no se ha anunciado una temporada anual, conociéndose, en promedio, bimensualmente la programación. Además, el grado de internacionalización ha sido precario, por cuanto no se ha contado con directores invitados internacionales (salvo un caso), aunque sí con varios residentes en Chile. Lo mismo en solistas y coros, con pocas obras ad hoc.  

 

El contexto anterior, por cierto, inquieta. Si bien debe asumirse que aún se está en una etapa de transición hacia una plena normalización de actividades como antaño, empero, es necesario tener presente que de alguna manera la gradual recuperación del público ha sido real y en curva ascendente, debiendo traducirse en un pronto retorno al perfil programático tradicional, en términos de contemplar una variedad de obras poco ofrecidas (entre ellas, las sinfonías de Bruckner (la Sinfónica aún con una deuda histórica bruckneriana…), varias obras de R. Strauss, algo de Barroco, clásicos menos frecuentados y música contemporánea, en especial la chilena), amén de una mayor presencia de directores invitados y mayor cantidad de solistas. Y fundamental propender a la repetición de los programas, amén de retomar la extensión hacia sectores más vulnerables

 

En relación a las últimas presentaciones, tanto en el Teatro de la Universidad de Chile como en el Municipal de Las Condes, felizmente todas ostentaron muy buenos resultados, asimismo, no obstante el contexto anteriormente descrito, con una interesante parrilla programática, dando cuenta del estupendo nivel de la decana, sin duda aliciente para incentivar la recuperación de marras.

 

La primera de estas presentaciones pendientes de junio y julio, se dio con el retorno de la destacada directora chilena Alejandra Urrutia, luego de varios años de ausencia, pudiendo nuevamente apreciar su desarrollo artístico. Realizado en el Teatro de la Universidad de Chile, consultó un atractivo programa con el Miserere en do menor del compositor barroco checo Jan Dismas Zelenka y la Sinfonía en re menor de Cesar Franck, sumándose a la celebración de los 200 años del nacimiento de este compositor, fundamental del romanticismo musical.

 

Con la participación de la Camerata Vocal de la Universidad de Chile, el resultado tuvo calibrado esmero estilístico y de carácter, aunque, en momentos, no uniformes en balances y ensamble coreutas-músicos. Luego, con laudable empoderamiento, una importante versión de la sinfonía franckeana. Esta catedrálica obra, asidua en la Sinfónica, tuvo una lectura de emocionante humildad y servicialidad de parte de la directora invitada, acertando en una buena adopción de tempi (notable el enfoque del segundo movimiento), más excelentes balances, matices y progresiones expresivas globales. Un triunfo contundente                      

  

Los tres programas siguientes fueron retomados por la batuta titular de la Sinfónica, el talentoso maestro Rodolfo Saglimbeni, quien ha dirigido la mayor parte de las presentaciones en pandemia. El primero de ellos, nuevamente en la sala universitaria, constituyó uno de los hitos más relevantes del año, con memorables versiones del notable Concierto para Oboe de R. Strauss y la atrapante Sinfonía N° 2 de J. Sibelius. Solvente participación del oboísta argentino Néstor Garrote (solista de la Filarmónica de Buenos Aires) más un deslumbrante acompañamiento de Saglimbeni, logrando inusual precisión de ensamble y en total colaboración al excelente solista visitante. Y la lectura de la Segunda de Sibelius, a umbrales antológicos… Siendo una obra de fragmentaria estructura (en especial el segundo y último movimientos), el maestro Saglimbeni brindó completa organicidad, profundidad y emotividad interpretativa, logrando de los sinfónicos un resultado de altísima jerarquía.

 

Los dos últimos programas de Saglimbeni, realizados en el Municipal de Las Condes y con alta concurrencia de público, replicaron los triunfos en Strauss y Sibelius señalados. Así, el segundo programa consideró el debut en pandemia del Coro Sinfónico de la Universidad de Chile junto a la Sinfónica Nacional (antes había tenido actuaciones por separado), protagonizando “La Canción del Destino”, de J. Brahms. Con un autorizadísimo requerimiento de la batuta titular, el rendimiento de los coreutas y músicos estuvo al más alto nivel imaginable, recibiendo merecidas ovaciones de la numerosa audiencia. Y con un celebrado criterio musical, culminó con la Segunda Sinfonía de R. Schumann, obra de compleja estructura y muy inspirada en composiciones de Bach. Saglimbeni, con maestría, desentrañó elementos muchas veces inadvertidos en lecturas más bien rutinarias o de otros énfasis, logrando un efecto de total re-descubrimiento de una pieza fundamental en la producción schumanniana. Otro triunfo para el magnífico maestro titular y los sinfónicos.

 

El último programa en Las Condes nuevamente reeditó los triunfos anteriores en ese espacio. Con la presencia de la excelente pianista letona Arta Arnicane, debutante en Chile, se ofreció una formidable versión del Concierto  N° 2 para Piano de L.V. Beethoven, donde la pianista visitante demostró consumada musicalidad y desbordante técnica (exquisito toucher e idiomático enfoque global), más un sensible acompañamiento del titular sinfónico.

 

Culminó con un atractivo binomio de obras de R. Strauss como la Serenata para 13 Instrumentos de Vientos y el Poema Sinfónico “Don Juan”, ambas piezas de juventud y de fuertes requerimientos virtuosísticos. Fabulosos enfoques y respuestas en sendas obras, dando cuenta del sostenido trabajo de modelación sonora de Rodolfo Saglimbeni como titular de la decana orquestal del país.

 

En suma, conforme las últimas presentaciones, la salud de la Sinfónica Nacional, al encontrarse en un inmejorable nivel artístico, necesita dar pasos hacia nuevos desafíos programáticos y logísticos, en aras de retomar el perfil de producción histórico…      

jueves, 18 de agosto de 2022

 

POCO FRECUENTES Y PARA QUE SE CONOZCAN

 

Gran Logia Argentina de los Libres y Aceptados Masones: Ciclo Cultural Año 2022: Concierto a Cargo de la Orquesta de Cámara del Congreso de la Nación, Director: Sebastiano de Filippi. Solistas: Jaquelina Livieri (Soprano), Mariano Spagnolo (Tenor), Pol González (Barítono). Juan Roleri (Piano/Organo). Coro de Cámara de la Municipalidad de Tres de Febrero, Directora: Débora Maccarone. Programa. Obras de Wolfang Amadeus Mozart.  17 de Agosto de 2022.

 

Ante una sala colmada de público que respondió a la convocatoria por redes sociales y que motivó que se debieran agregar sillas para poder albergar a tanta gente, la Gran Logia Argentina de Libres y Aceptados Masones fue anfitriona de la Orquesta de Cámara del Congreso de la Nación y del Coro de Cámara de la Municipalidad de Tres de Febrero. La fecha coincidió con el aniversario del fallecimiento del que ha sido el hermano más notable de la Masonería Argentina: el Libertador General José de San Martín y se interpretó la totalidad de la Música  para Celebraciones Masónicas del que fue el Masón más universalmente reconocido: Wolfang Amadeus Mozart. Por cierto se ha tratado de una iniciativa muy loable ya que nunca se había podido hacer en un solo concierto la interpretación integral de dichas obras. Solo recuerdo que alguna de ellas  fue rescatada por el Maestro Pedro Ignacio Calderón al frente de la Orquesta Sinfónica Nacional en el año 2007 para un concierto realizado en la sede del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Capital Federal en las recordadas y afortunadamente superadas épocas en las que había conflicto con las Hermanas de la Misericordia por arrendamientos atrasados del Auditorio de Belgrano. Y también el Mtro. Calderón en el Auditorio que nos ha recibido, brindó en versión semi-montada y con el argumento magníficamente narrado por el inolvidable Julio Palacio, quién ahondó en el detalle de los símbolos masones que se perciben en ella, “La Flauta Mágica” con la Sinfónica y Polifónico Nacionales y destacadísimos solistas.

 

  La primera parte estuvo consagrada a canciones y a una breve cantata compuestas para ceremonial masónico y están realizadas para las combinaciones de Tenor y Piano, Tenor, Coro Masculino y Organo o Coro Masculino Y Organo. El acompañamiento tanto desde el órgano como en el piano estuvo a cargo del Mtro. Juan Roleri, quien es Director de Cultura de la Gran Logia Anfitriona y hubo explicaciones y lectura de los textos traducidos al castellano por Sebastián Sfriso, Subsecretario de Cultura de la entidad. El rol solista le cupo al tenor Mariano Spagnolo. Se interpretaron las canciones: “Oh Sagrado Lazo” Kv. 148 (Tenor y Piano), “Vamos con las manos unidas” Kv.623 (Para el cierre de la Logia Masónica, Coro Masculino/Organo), “Vosotros a los que un nuevo  Grado” Kv. 468 (Para el viaje del Compañero, Tenor/Organo), “Volcaos hoy queridos hermanos” Kv.483 (Para la apertura de la Logia Masónica, Tenor, Coro Masculino, Organo), “A Vosotros nuestros nuevos conductores” (Para el Cierre de la Logia Masónica, Tenor, Coro Masculino y Organo) Kv.484 y “Hermanos, levantad la mano a la unión (Canción masónica de unión para Coro mixto y Organo) Kv. 623a y entre la primera y segunda de las canciones se insertó la Cantata “Vosotros los que del inmenso universo”(Para Tenor y Piano) Kv. 619.

 

   Fue interesante el aporte del Sr. Sfriso, más allá de que desde mi ubicación no pude en ocasiones escuchar a pleno las explicaciones. Entiendo que se está en un recinto en donde es primordial el silencio, pero con tanto gentío  y también algo de bullicio externo no siempre la audición fue plena. El Mtro. Roleri acompañó muy correctamente las obras tanto desde el órgano como en el piano. El Coro de Cámara de Tres de Febrero lució impecable, con muy buena amalgama y emisión vocal. Sebastiano de Filippi asumió la dirección de la obras de conjunto haciéndolo con suma justeza. En cuanto al tenor Mariano Spagnolo, posee una gran emisión, hace lo suyo con suma enjundia, aunque por momentos su zona aguda luce tirante y al lImite.

 

 Cabe consignar que las obras al ser compuestas para ceremonias masónicas poseen la misma estructura en su casi totalidad. Ello, si fuesen interpretadas en individual, se puede apreciar de una forma. Aquí al estar juntas, si la interpretación no fuera de calidad (como afortunadamente en muchos aspectos se las pudo percibir aquí), resultarían muy reiterativas. En cuanto a la cantata tiene dos partes (lo que confundió al público que registró el único aplauso fuera de lugar de todo el concierto). En su forma se puede decir que sigue la línea de Johann Sebastian Bach . Por supuesto que en la música es Mozart en estado puro.

 

  Ya en la segunda parte se contó con el concurso de la Orquesta de Cámara del Congreso de la Nación, en este caso reforzada por vientos y bronce a cargo de destacados intérpretes de Nro. Medio, ya que como se sabe, el conjunto está integrado únicamente por instrumentos de cuerda.  En primer lugar se pudo apreciar una muy convincente versión de la Música Fúnebre Masónica Kv. 477 donde de Filippi exhibió las tensiones de la página y en la que la Orquesta entregó una labor de notable factura,  resultando uno de los puntos más altos de la noche.

 

  También continuaron los comentarios y explicaciones del Sr. Sfriso, a lo que aquí agrego que los textos de estos trabajos de Mozart correspondieron a Ludwig Lenz, Lorenz Haschka, Franz Ratschky, Franz Petran, Agustin Veith, Franz Ziegenhagen, Ntro. muy bien conocido Emanuel Schikaneder y Johann Hientzsch, según se consignó en el programa de mano.

 

  De ahí en más fueron sucediéndose tres cantatas más, comenzando por la correspondiente a la alegría masónica: “Ver como el riguroso ojo investigador” Kv. 471 para Tenor Coro Masculino y Orquesta, en la que retornaron el tenor Spagnolo y los coreutas masculinos de Cámara de la Municipalidad de Tres de Febrero. Está dividida en dos partes; una para el solista  y para la segunda se suma el coro. Aquí la Orquesta acompañó a las voces en muy buena forma con de Filippi guiando en el punto justo de interpretación. El Coro respondió nuevamente en muy buena forma, mientras que el solista mantuvo las características señaladas líneas arriba del presente comentario.

 Luego se pudo escuchar la Pequeña cantata masónica “En alta voz anuncie nuestra alegría” Kv. 623 para Tenor, Barítono, Coro  y Orquesta.  Está dividida en Cuatro partes con un coro inicial, un aria de tenor, un dúo de Tenor y barítono y un coro de cierre. Aquí fue muy buena la decisión del Mtro. de Filippi de hacer mínimas pausas entre parte y parte para dotar de dinamismo y continuidad a la versión. El Coro Masculino respondió en muy buena forma, inclusive con breves intervenciones de tenor y Barítono solistas dentro del mismo grupo, pudiendo identificar como Barítono solista al bien conocido Leonardo Estevez y en el caso del Tenor a Martín Díaz, ambos en estupenda forma. En cuanto a los solistas, pudo apreciarse en el dúo a Pol Fernández a quien aprecié en varias ocasiones en este repertorio. Tras un buen arranque, su emisión se tornó un tanto despareja, mientras que el tenor continuó manteniendo la línea que he comentado más arriba.

 

  El cierre le cupo a la cantata “A ti, alma del universo” Kv. 429 b para Soprano, Coro Mixto y Orquesta. Está ordenada en un coro de apertura y de cierre y en el centro un aria para Solista. Nuevamente el Coro respondió con una muy buena prestación al igual que la orquesta muy bien llevada por de Filippi,  quien logró un muy buen empaste sonoro, mientras que en el momento solista se tuvo el lujo de escuchar a Jaquelina Livieri quien lo hizo magníficamente, acorde con su reconocida solvencia, marcando esta cantata el punto más alto de la velada.

 

  El  público recibió de muy buena forma a las obras, rubricado ello por los sostenidos aplausos que brindó a los intérpretes. La experiencia ha sido muy interesante y positiva, aunque en lo personal, mi preferencia pasa por que se programen de manera individual dentro de los programas de concierto.

 

Donato Decina