domingo, 25 de abril de 2021

 

CREATIVIDAD PARA DIFUNDIR A JOVENES VALORES MUNDIALES

 

“Festival NexTus 2021” (Hecho exclusivamente para streaming con eventos entre los días 17 de Abril al 09 de Mayo de 2021). “Memento”, concierto para Violín solo de  Myroslava Khomik con Obras de Zoltan Almashi, Julia Adolphe y John Corigliano. Emitido el 18 de Abril de 2021 y disponible aun en la plataforma del festival.

 

NUESTRA OPINION: MUY BUENO.

 

  Una situación como la que se vive actualmente a nivel mundial como lo es esta pandemia provocada por el virus COVID 19, ha dado pié para que los artistas busquen diferentes oportunidades para poder expresar su arte y no perder contacto con el público. Los Argentinos lo sabemos de sobra. Ejemplos: Las transmisiones en vivo de los integrantes de CLARA, miniseries como “Lohengrin Oscuro Bravante”, Bastien y Bastiana de Espacio EleFa, o la producción de “El Cimarrón” de Hans Werner Henze hecha por la nueva plataforma 4’33’’ entre otros. Pues bien, un grupo de jóvenes intérpretes (Hay argentinos también ahí), han diseñado un festival únicamente para Streaming con suscripciones a las que se puede acceder y en donde se encuentra desde previa de debates los días de concierto hasta seleccionar al intérprete que desea escucharse y la posibilidad de revivir luego las actuaciones. El Festival se denomina “NexTus” (lo que traducido del Inglés se interpreta como “Los Próximos Nosotros”), justamente por lo que a promoción de artistas se refiere. Los horarios diarios de emisión son de 12 a 17 (Hora Argentina) y los debates previos y la emisión en directo por sistema Zoom se efectúan solamente en días Sábados y Domingos.

 

   Entre los conciertos que llamaron mi atención está el que protagonizara la violinista Ucraniana-Estadounidense Myroslava Khomik, quien visitara la Argentina en 2018 y de la que pueden ver en este blog mi análisis de su presentación solista junto a la Orquesta de Cámara del Congreso de la Nación en un repertorio poco frecuente de compositores eslavos (entiendo que en primera audición local), lo que mereció el otorgamiento del Premio Revelación por parte de la Asociación de Críticos Musicales de Argentina. Solista, docente de la Universidad California-Los Angeles (U.C.L.A.), integrante de la fila de primeros violines de la Filarmónica de las Vegas, Khomik desarrolló una actuación en base a un programa compuesto por obras de dos compositores poco frecuentados quienes las escribieron para Ella en plena pandemia, por lo que se trata de sendos estrenos mundiales y otra de quien entiendo es en este momento el principal compositor Norteamericano: John Corigliano.

 

  Si bien los audios e imágenes se tomaron en estudio con la solista efectuando el registro, también se llevó a cabo un montaje de tomas registradas en territorio Californiano. Campos, valles, pequeñas formaciones montañosas y costas acantiladas  del Pacífico se van sucediendo y la solista interpretando allí pasajes intercalados con exacta precisión, lo que hizo que esta presentación se viera ambientada en parte en marcos deslumbrantes.

 

  Como viene aconteciendo últimamente (mi crónica del concierto también vía streaming de obras argentinas de Edua-Amarilla Zadory desde la Mozartsaal de Viena es prueba cabal de ello) , la tendencia actual de muchos compositores es volver a apostar por la tonalidad y gran parte de la base de esas obras esta hecha sobre género barroco y es así que escuchamos un trabajo de Zoltan Almashi  “Graceful Mirage” que parte de esa base y en donde comienzo a apreciar  el crecimiento interpretativo que Khomik ha experimentado desde su presentación entre nosotros hace dos años atrás a la fecha. Página intensa, con momentos de fuga intrincados de muy difícil resolución para la solista, Khomik los resolvió con autoridad, exquisita musicalidad y muy buena técnica.

   Khomik anunció luego desde un auditorio que la siguiente obra compuesta por Julia Adolphe, “Smile Softly, Softly Smile” graficaba a una novel madre y su relación  con su flamante bebe. Allí aprecié una muy sentida interpretación que finaliza con un acorde suspendido en el aire, lo que da una resolución impactante a la obra, a la que Khomik correspondió con creces a la dedicatoria que recibió por parte de la compositora,

 

  El cierre vino de la mano de una reducción para Violín solo de la música que John Corigliano compuso para la película “El Violín Rojo”, a la que escuchamos en fragmentos como “encore” de Joshua Bell en alguna de sus presentaciones entre Nosotros. Aquí Khomik se reveló como una interprete consumada, apasionada y totalmente consustanciada con la obra, logrando un final electrizante para su actuación.

 

  Seguramente tendrán alguna opinión más de mi parte sobre esta interesantísima iniciativa. Aquí ya parto de la base de observar gratamente el crecimiento de una intérprete que ya es realidad y no solo revelación.

 

      Donato Decina

martes, 20 de abril de 2021

 

Chapeau para el Ensamble Lírico Orquestal

 

MUY BUENA VERSION DE L'ELISIR D'AMORE

17 de abril de 2021

Que Tren Club Cultural

Escribe: Graciela Morgenstern

 

"L'Elisir D'Amore", de Gaetano Donizetti

Elenco: Luis Gaeta, Silvina Petryna, Sebastián Russo, Alfredo González Reig, Angie Maya

Coral Ensamble

Es­cenografía: José Andrukowicz

Iluminación: Luis Bolster

Dirección de escena: Raúl Marego

Piano y la dirección musical: Gustavo Codina

 

Dando muestra, una vez más, de su capacidad creativa, empuje y profesionalismo, el Ensamble Lírico Orquesta presentó una muy buena versión de "L'Elisir D'amore", de Gaetano Donizetti. El espectáculo transcurrió en el espacio Que Tren Club Cultural, en el corazón de Belgrano, con un techo altísimo, lateral abierto, con distancia social, tanto para el público como para los artistas y estricto control sanitario. La obra debió sufrir algunos cortes, ya que no debe durar más de una hora y media. Respetando todos estos aspectos a rajatabla, se brindó un espectáculo de muy buen nivel artístico.

Inmejorable resultó el Dulcamara de Luis Gaeta. Su voz de importante sonoridad, clara dicción y articu­lación, se aliaron a una comicidad que pareciera le es innata para hacer un retrato perfecto de este charlatán que vende brebajes supuestamente milagrosos.

Silvina Petryna fue una Adina vibrante. Con voz fresca y de bello color, sonó se­gura en la zona aguda y en todos los pasajes que exigen agilidad vocal. También fue solvente en la faz actoral,  cumpliendo con todas las facetas de este complejo personaje que pasa del interés a la indiferencia, del despecho al arrepentimiento y finalmente, al amor. Una cantante muy joven que vale la pena escuchar y tener en cuenta.

 

Sebastián Russo como Nemorino can­tó con convicción y entrega. Con elegante fraseo, . su voz contó con los matices necesarios pa­ra dejar al descubierto los senti­mientos del personaje. Recibió cálidos aplausos al concluir su muy esperada aria "Una furtiva lagrima".

 

El barí­tono Alfredo González Reig, mostró una vez más, muy buenas condiciones vocales y prestancia escénica, como Belcore.

 

La Giannetta de Angie Maya completó el cuadro de solistas, con gracia, estilo y solvencia vocal, dando realce al personaje.

 

El Coral Ensamble realizó una lucida actuación.

 

La dirección de escena de Raúl Marego es­tuvo fuera de lo convencional en muchos aspectos, para poder conformarse a los requisitos del momento en que se vive. Sin embargo, fue respetuosa del libreto y exhibió una serie de recursos para lograr un óptimo resultado. Por ejemplo, utilizó paraguas de diferentes colores, para solistas y coreutas, que daban significado a las diferentes escenas, como cuando enganchaban los mangos curvados de los mismos, simbolizando de esta manera, abrazos y besos. La es­cenografía de José Andrukowicz, la iluminación de Luis Bolster y el vestuario, contribuyeron a dar un criterio de atemporalidad a la obra y confor­maron un cuadro homogéneo de talento creativo.

 

El maestro Gustavo Codina realizó el acompañamiento en piano y la dirección musical de manera impecable, dando el brillo que requiere la obra.

 

El público, que se conformaba a la capacidad permitida, brindó muy cálidos aplausos, con el entusiasmo y la emoción que despiertan una muy buena versión y el contacto con nuestros artistas. Quedó así demostrado a las claras que ninguna crisis puede empa­ñar la excelencia artística cuando un país se dedica a enaltecer la cultura.

 

CALIFICACION: MUY BUENA

 

PROXIMA FUNCION: Sábado 24 de abril, 13:30 hs

                                    Que Tren Club Cultural: Olazabal 1784

                                    Venta de entradas: 15 4044 5263 (Whatsapp)

                                                                    ensambleliricoorquestal@gmail.com

                                                                     Alternativa Teatral

lunes, 12 de abril de 2021

 

 

 

 

CUARTETO GIANNEO : CALIDAD GARANTIZADA

 

Centro Culural Kirchner, temporada 2021: concierto a cargo del Cuarteto Gianneo (Luís Roggero-Sebastián Masci [Violines], Julio Domínguez [Viola], Marina Arreseygor [Violonchelo]), Músico Invitado: Horacio Romo (Bandoneón). Programa integrado por obras de Astor Piazzolla en adhesión al centenario de su natalicio.  11 de Abril de 2021.

 

NUESTRA OPINION: EXCELENTE.

 

  En estos tiempos de incertidumbre en donde no se sabe a ciencia cierta si se podrán mantener o no las actividades culturales bajo techo, producto de la segunda ola de COVID 19 que azota a todo el mundo, la confirmación de la presentación del Cuarteto Gianneo  (acaso uno de los mejores conjuntos de cámara argentinos) en vivo en el Centro Cultural Kirchner con un homenaje a Astor Piazzolla en el centenario de su natalicio  no pudo haber sido  mejor disparador para concurrir a escucharlo tras el lógico silencio que el parate por la pandemia le impuso a esta agrupación. También fue factor adicional la presencia del reconocido Bandoneonista Horacio Romo como músico invitado y la inclusión en el repertorio de obras muy poco difundidas del gran compositor evocado. El resultado fue de una presentación de excelencia de cuyo desarrollo me ocuparé a continuación.

 

   Con los comentarios de las obras a cargo de Sebastián Masci y la presentación como integrante de la formación de la Violonchelista Marina Arreseygor (que reemplaza por el momento a su colega Matías Villafañe), se dio inicio a un muy interesante recorrido musical, encabezado por la Suite “Tango Ballet”, integrada por temas que Piazzolla compuso como banda sonora de la película “Violencia en Buenos Aires” de Enrique de Rosas filmada a comienzos de la década del 60 del pasado siglo y que tuviera entre otros protagonistas a los primeros actores Sergio Renán y Marcos Zucker. Son cinco episodios en los que el compositor pone música a aspectos de la vida cotidiana del hombre común de Buenos Aires. Por supuesto que todas las características de la música de Piazzolla se desarrollan a lo largo de estos fragmentos. La rítmica, el vértigo, los momentos más reflexivos expuestos en modo “pesante” se hallan presentes en los pentagramas. El cuarteto logro homogeneidad y robustez de sonido y todos sus integrantes tuvieron su momento de lucimiento individual. Grata sorpresa constituyó la presencia de Marina Arreseygor, portadora de gratisimo sonido, quien pudo extraerle a su instrumento desde las notas más graves hasta las notas apenas perceptibles.

 

Ya con la presencia de Horacio Romo, se tuvo la oportunidad (en mi caso por primera vez y entiendo que de la misma manera lo fue para la mayoría de los espectadores) de escuchar “Five Tango Sensations” que el gran Astor compuso en 1989 para el Kronos Quartett de Sudáfrica y que (según lo comentado por Masci) al momento de grabarlo Piazzolla lo hizo en París mientras que el Cuarteto le envió su pista grabada en su país. Ntro. compositor quedó visiblemente molesto porque (según su parecer) sentía que los integrantes de esa agrupación no tenían la menor idea del estilo de su música y fue entonces que le comisionó al recientemente desaparecido Fernando Suarez Paz que viajara al mismísimo continente africano para embeber a sus colegas de la música de Piazzolla y solo recién ahí se pudo lograr el resultado deseado. La versión del Gianneo fue inmejorable para una partitura en donde abunda el Astor más reflexivo y melancólico por sobre el más enérgico, el que trasluce su carácter más “batallador”, al que se lo aprecia de modo particular en el último de los cinco fragmentos. Horacio Romo le aportó todo el hilo conductor de este trabajo con sonoridad impecable y justa, ensamblando a la perfección su bandoneón con el cuarteto y obtener así una perfecta amalgama sonora.

 

  Y para cerrar este bloque de “rarezas”, otra página dedicada al Kronos Quartett, en este caso, “Four For Tango”, trabajo del año anterior (1988) en un solo movimiento en el que todos los instrumentistas afrontan solos de exigencia  de los que los integrantes del Gianneo salieron todos perfectamente parados. Se repite la tendencia a la melancolía, atenuada esta por el imponente final en el que  el conjunto todo se lució de manera tal que arrancó la genuina ovación del público.

 

  Pasamos entonces a tres obras bien conocidas por todos, pero también inteligentemente seleccionadas, las  que mostraron la ductilidad del conjunto: “Fuga y Misterio” (de la Operita “María de Buenos Aires”), “La Muerte del Angel” y “Calambre”. Las dos primeras contaron con solos insuperables de Luis Roggero  y en la última una muy buena intervención de Julio Domínguez en Viola. Si a ello le sumamos el muy buen aporte de Sebastian Masci, apuntalando desde su segundo violín muchos de los momentos de tensión de las obras y el trabajo de Arreseygor desde el Violonchelo como columna vertebral del conjunto, tenemos como resultado final un concierto de excelencia, acorde con el extraordinario nivel de los integrantes de este cuarteto.

 

  Un momento de humor se vivió tras el final del programa, en donde Masci se vio sorprendido cuando sus compañeros comenzaban a abandonar el escenario, ya que estaba tan concentrado que olvidó que “Calambre” era la última obra de programa y fue entonces que Luís Roggero tomó la palabra en medio de las carcajadas de todos, para anunciar que luego de obras consideradas “Bombazos”, era el turno de un “Bombón” y lo fue: “Chique Bombon”, soberbio cierre con otra rareza que hicieron muy bien en rescatar del olvido para una extraordinaria entrega final.

 

   Donato Decina

domingo, 11 de abril de 2021

 

Excelente concierto de inauguración de la Temporada del Colón por la Orquesta Estable

 

EL PLACER DEL REENCUENTRO

Martha CORA ELISEHT

 

            Tras el Ciclo de Conciertos en homenaje al centenario del nacimiento de Astor Piazzolla, el Teatro Colón inauguró su Temporada Oficial 2021 con el primer concierto del ciclo de la Orquesta Estable de dicho organismo, que tuvo lugar el sábado 10 del corriente bajo la dirección de Alejo Pérez, donde se interpretaron las siguientes obras: Sinfonía n° 40 en Sol menor, K.550  de Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791) y la Sinfonía n° 3 en Mi bemol mayor (“Heroica”) Op.55 de Ludwig van Beethoven (1750-1827).

            Este concierto no sólo contó con una mayor afluencia de público en comparación con la función cubierta oportunamente por esta cronista hace exactamente un mes atrás, sino que fue transmitida simultáneamente por streaming para todos aquellos que no pudieron adquirir sus localidades. Además, contó con todas las medidas de protección desde el punto de vista sanitario –control de temperatura, alcohol en gel, cumplimiento de 2 metros de distancia entre asistentes previamente al ingreso a la sala y la distancia correspondiente entre asientos habilitados-, tanto para el público como sobre el escenario. Los instrumentos de cuerdas contaron con la distancia suficiente, mientras que los de viento estuvieron protegidos mediante mamparas de acrílico transparente. Se colocaron micrófonos para captar adecuadamente el sonido para la transmisión conjunta por streaming y se dejaron libres las dos primeras filas de asientos de la platea para cumplir con las disposiciones sanitarias vigentes a fines de resguardar el contacto entre los músicos y los espectadores.

            Tras una pausa de aproximadamente 5 minutos, finalmente Alejo Pérez hizo su presentación en escena y tomó posición en el podio para dar comienzo al concierto con la mencionada obra del genio de Salzburgo. Compuesta en 1788, consta de 4 movimientos: potentísimo acompañante a cargo de las violas en la obertura del 1° movimiento fue una innovación para su época, que rompe con el estilo tradicional de composición del compositor al introducir la figura acompañante en un tono fuerte y el tema principal, con un motivo más débil que brinda su típico carácter efímero. Sin embargo, cambia drásticamente al final con un acorde de séptima dominante al final de la composición, para luego retornar al tema principal en la coda y la recapitulación. Para ese entonces, Mozart tomó la idea de Friedrich Kunze: “Un motivo posee el significado tanto del principio como del final de una obra”. En cambio, el Andante se desarrolla en una sucesión de frases en 6/8, que aumentan de intensidad a medida que transcurre la obra. Por otra parte, el Menuetto- Allegretto en ¾ rechaza el estilo superficial y entretenido de las danzas de moda de la época mediante una melodía ascendente, sincopada y una estructura temática asimétrica que ofrece contraste en los coros de instrumentos, mientras que el Trío contrasta con la melodía anterior.  Por último, el potentísimo Allegro assai que cierra la obra posee un carácter vibrante, expresivo mediante una línea melódica ascendente que contrasta con una figura descendente. Si bien la versión ofrecida por la Estable sonó muy compacta desde el principio hasta el fin, fue creciendo en intensidad a medida que se iban desarrollando los movimientos. Probablemente, el hecho de ofrecer una versión con menor cantidad de instrumentistas pudo haber influido, pero no le restó mérito a la magistral dirección de Pérez. Los instrumentos de cuerda sonaron muy bien y los vientos también, aunque en menor medida; quizás, por efecto de las mamparas protectoras. No obstante, la labor de los dos cornistas fue impecable, al igual que la de Rubén Albornoz en oboe.

            La Sinfonía n° 3 en Mi bemol mayor, Op.55 “Heroica” es una de las obras más bellas que se han compuesto y que marca el surgimiento de Beethoven como compositor netamente sinfónico. El genio de Bonn era un ferviente admirador de los ideales de la Revolución Francesa y originariamente, estaba dedicada a Napoleón Bonaparte como libertador de Europa. Sin embargo, cuando éste se corona como Emperador de Francia en 1804, Beethoven tacha su nombre de la dedicatoria y la titula “Heroica” en homenaje a un héroe inexistente, porque lo que le interesaba era el heroísmo en sí, sin atribuirlo a una figura en particular. Compuesta entre 1802 –coincidente con la estancia del músico en Heilegenstadt- y 1804, fue estrenada en el Theater an der Wien de Viena en 1805, con el mismo compositor en el podio. Consta de 4 movimientos: Allegro con brío/ Marcha fúnebre- Adagio assai/ Scherzo- Allegro vivace/ Finale: Allegro molto, que fueron ejecutados de manera impecable. Fue una de las mejores versiones de dicha sinfonía que una pudo apreciar sobre el escenario del Colón, donde Alejo Pérez hizo gala de su maestría en materia de dirección, logrando un equilibrio sonoro perfecto, imprimiendo su sello personal a los músicos y logrando la profundidad sonora en los crescendi tan característicos de Beethoven. La Marcha fúnebre del 2° movimiento sonó muy solemne y brillante a la vez. Pese a contar sólo con dos contrabajos, el contrapunto que realizaron los mismos fue magistral, al igual que los cellos. Lo mismo sucedió con los cornos en el Scherzo del 3° movimiento, logrando un sonido prístino. Los tempi se respetaron perfectamente para dar lugar a una versión vibrante, poderosa y con un brillo inusitado. Naturalmente, el público estalló en aplausos hacia el final del concierto.

            Tras un largo compás de espera, la Temporada Oficial 2021 abrió con un concierto digno del Colón, donde ha sido un auténtico placer volver a reencontrarse con los artistas. En el caso particular de quien escribe, ha sido la primera vez que una fue invitada como periodista especializada y agradece profundamente a la Dirección de Prensa del Teatro. Ojalá que el público pueda seguir disfrutando de los espectáculos anunciados para el corriente año y que no se interrumpa como consecuencia de la drástica situación sanitaria imperante en el país y en todo el mundo. La cultura es esencial y alimenta el espíritu.

 

Interesante concierto de compositores argentinos poco representados en el CCK

 

PRIMERO, LO NUESTRO

Martha CORA ELISEHT

 

            Con el correr del tiempo, el Centro Cultural Kirchner (CCK) se ha consolidado como la principal sala de conciertos del país: no sólo por la variedad de espectáculos que en él se ofrecen, sino también por la riqueza de los intérpretes. En este caso, el pasado viernes 9 del corriente se ofreció un concierto de cámara en la Sala Argentina de dicha institución a cargo del trío compuesto por Jorge Calderari (violín), Teresa Fainstein Day (cello) y Javier Mas (piano), quienes interpretaron el siguiente repertorio:

-          “Impresiones de mi tierra”- Manuel GÓMEZ CARRILLO (1883-1968)

-          “Aires pampeanos” para violín y piano-  Gilardo GILARDI (1889-1963)

-          “Réverie” para violín y piano- Héctor PANIZZA (1875-1967)

-          “Kleine Elegie” para cello y piano- Carlos OLIVARES (1890-1972)

-          Tres piezas breves para cello y piano, Op.4- Astor PIAZZOLLA (1921-1992)

-          Trío n° 2 para violín, cello y piano- Luis GIANNEO (1897-1968)

Debido a la carencia de programas de mano, Javier Mas se dirigió al público para brindar una breve reseña de cada obra y la vida de los compositores. El repertorio se caracterizó por ser obras muy poco difundidas de compositores argentinos que vivieron y fallecieron más o menos en la misma época y que cayeron injustamente en el olvido. Merced al impecable trabajo de rescate del Instituto de Musicología “Carlos Vega”, se han recuperado y hoy en día se pueden apreciar. Desgraciadamente, otras tantas se han perdido –tal es el caso del Trío n° 1 para violín, cello y piano de Luis Gianneo- y por eso se interpretó el Trío n° 2 del mencionado autor.

Manuel Gómez Carrillo fue un compositor santiagueño vinculado a la obra de Andrés Chazarreta y autor de la recopilación Música Nativa del Norte Argentino (1920), que supo fusionar los ritmos característicos de su tierra natal con la música europea. Tal es así que Impresiones de mi tierra está escrita como rapsodia que se inicia con pericón, prosigue con bailecito y huella en una perfecta conjunción clásica/ folklórica introducida por el piano en cada uno de los ritmos que integran la misma. El diálogo entre los tres instrumentos se caracterizó por un perfecto equilibrio sonoro, muy compacto, bien llevado y por una excelente interpretación, donde Jorge Calderari se destacó en sus solos del pasaje lento. Seguidamente, Jorge Calderari y Javier Mas interpretaron las dos obras para violín y piano: Aires pampeanos de Gilardi y Réverie (Ensoñación) de Héctor Panizza. Ambas obras fueron compuestas en 1945, pero de características muy diferentes: mientras que la primera fusiona melodías folklóricas de la pampa con ribetes de música de cámara europea –al estilo de Luigi Boccherini-, la segunda posee una línea melódica netamente europea, ricamente elaborada y de tinte impresionista, que permite el lucimiento del fraseo del violín en escalas ascendentes y descendentes que dan el efecto onírico acorde al título de la obra, retomado por el piano en escala diatónica. La labor de ambos instrumentistas fue magistral, brindando una interpretación de altísimo nivel.

Tras una breve pausa,  el dúo formado por Javier Mas y Teresa Fainstein Day ofreció las dos obras para sus respectivos instrumentos: Kleine Elegie (Pequeña Elegía) de Carlos Olivares y las Tres piezas breves para cello y piano de Astor Piazzolla. La primera está escrita en forma de sonata, donde el piano introduce el tema para permitir el lucimiento del cello en su fraseo, brindando el tono elegíaco. No sólo Olivares fue cellista, sino también un músico muy importante en su época. Fundó la Orquesta Sinfónica de Tucumán y fue maestro de Teresa Fainstein Day, quien agradeció poder interpretar su obra. A continuación, se ejecutaron las Tres piezas breves Op. 4 de Piazzolla. Es una obra de juventud, muy diferente del estilo que caracterizó al músico marplatense en todo el mundo, que consta de tres movimientos: Adagio/ Serenata/ Siciliana. El primero es una Pastoral donde el cello desarrolla el tema principal, mientras que el piano acompaña con arabescos y glissandi. En el segundo (Serenata), el piano abre la melodía con ciertas disonancias- notoria influencia de Nadia Boulanger, quien fuera su maestra durante sus años de perfeccionamiento en París- hasta que el cello toma la línea melódica. En la última (Siciliana), el cello abre el diálogo con el piano en pizzicato en una pasacaglia que recuerda la pieza homónima de Fauré (Siciliènne), pero con un estilo más contemporáneo. Muy buena labor de ambos instrumentistas, que recibió un fuerte aplauso por parte del público.

Por último, el conjunto ofreció una excelente versión del Trío n° 2 de Luis Gianneo, que consta de tres movimientos: Introducción- vivace/ Molto andante/ Allegro energico. Previamente al vibrante Vivace del 1° movimiento, la Introducción fue ejecutada de manera muy solemne al unísono por los tres instrumentos. Es una obra donde Gianneo toma fragmentos de otras de sus composiciones (El tarco en flor, Concierto Aymará y el Pericón Nacional –fue quien realizó la orquestación de dicha obra, que perdura hasta la actualidad-) y las conjuga –a modo de caleidoscopio- de manera magistral mediante recursos de contrapunto, capitulación y fuga. El pizzicato a cargo del cello estuvo en perfecto contrapunto con el piano y el violín y posteriormente, cada uno de los instrumentos tiene a su cargo una variación, mientras el otro desarrolla el tema principal. Esto se puso de manifiesto en el fragmento del Pericón, donde el trémolo de las cuerdas contrastó con la melodía –a cargo del piano- en una gran interpretación. En el Andante, la introducción está a cargo del cello y posteriormente, el piano retoma la melodía. El solo de violín posee reminiscencias del Concierto Aymará –escrito para dicho instrumento solista-, donde Calderari brindó una interpretación exquisita. El movimiento final está escrito como una pasacaglia donde se alternan el tempo de Allegro energico con cantábile, donde se aprecian las melodías de El tarco en flor con el Pericón Nacional que cierra la obra. Tras los fervientes aplausos por parte del público, no podía faltar un bis: una magistral versión de Oblivion de Astor Piazzolla, “obra que no necesita presentación”, según palabras textuales de Jorge Calderari.

Ha sido una experiencia maravillosa y un auténtico placer poder descubrir obras inéditas para la mayoría del público, de una insuperable belleza melódica y que han despertado luego de un prolongado letargo. La Argentina ha dado grandes talentos en materia de composición musical que han escrito obras hermosas, de gran calidad y jerarquía que es necesario escucharlas y aprender a descubrirlas mediante una adecuada difusión para que formen parte de los repertorios habituales de conciertos.

viernes, 2 de abril de 2021

 

 

 

 

 

INTROSPECTIVA Y CON UN FINAL INTENSO

 

 

Festival “El Camino del Santo”, edición 2021. Concierto Nº 2. Estreno mundial de ªLas Catorce Estaciones del Vía Crucis” para Viola y Violonchelo de Santiago Chotsourian. Solistas: Adriana Inés Bonardi (Violonchelo) y Gabriel Mateos (Viola). Museo Quinta Pueyrredón (San Isidro), 02 de Abril de 2021.

 

NUESTRA OPINION: BUENO

 

  Las condiciones imperantes en materia sanitaria en Ntro. País, hacen que se deban reformular las propuestas a las normativas en vigencia, y  para el festival   “El Camino del Santo” no ha sido la excepción.  Afortunadamente el clima está acompañando de modo tal que  la programación efectuada se esté ofreciendo de manera íntegra en el museo “Juan Martín de Pueyrredón”, magnifico solar ubicado al comienzo de las Barrancas de San Isidro, que perteneciera al héroe de Ntra. independencia  y que contiene entre otras cosas, el ombú bajo el cual el Director Supremo discutió junto al Libertador General San Martín el plan emancipador de 1816 a 1822, parte de los enseres pertenecientes a su hijo, el gran artista plástico Prilidiano Pueyrredón , un Ñandubay allí plantado por Domingo Faustino Sarmiento en 1869 y entre sus dependencias un oratorio de austera belleza. Es en ese marco que la Secretaría de Cultura de la Municipalidad de San isidro dispuso la realización de este evento con coordinación de Francisco Varela. Las jornadas  incluyeron un concierto de repertorio barroco a cargo de Mariana Rewerski  en voz y Dolores Costoyas en Tiorba, el de cierre que contará con la presencia del Cuarteto Fénix en un repertorio que va del género barroco a la música argentina contemporánea y el que comentaremos a continuación que marcó el estreno mundial de la suite “Las Catorce Estaciones del Vía Crucis” de Santiago Chotsourian

 

 Además de ser siempre bienvenido el estreno de una composición nacional, el hacerlo en Viernes Santo en donde transcurren los hechos que dan origen a esta composición y a modo de estreno mundial, dio una especial relevancia  a este concierto, reflejada en un lleno casi total de la capacidad permitida, con un público heterogéneo compuesto por familias y gente amante de la música, sean venidos de a pié, en vehículos y hasta en bicicletas (hay lugar donde  ubicarlas dentro de las instalaciones). Un personal de estupenda calidez recibe a los visitantes haciendo que la estancia sea muy grata y que uno se predisponga de la mejor manera a la audición. Puntualmente a las 16 dio comienzo el concierto con palabras de bienvenida del Sr. Varela, presentando a los intérpretes y al compositor a quien le cedió la palabra. Chotsourian explicó a los presentes  se trataba de una Suite en la que cada estación de la obra tenía su tema y que en ellas se escucharían antes de la interpretación las clásicas meditaciones sobre cada una, las que serían leídas por dos jóvenes quienes realmente lo hicieron en muy buena forma . También cedió la palabra a un sacerdote de su amistad, el padre Vicente, quien mencionó que conoció al compositor en un momento de búsqueda espiritual por parte de este y que la partitura a escucharse formaba parte de esa búsqueda cerrando su intervención con citas muy interesantes sobre el Viernes Santo del gran escritor Miguel de Unamuno, absolutamente apropiadas para la ocasión, cerrando esta presentación nuevamente Chotsourian quién dijo que luego de la interpretación de esta obra, habría una “Estación 15”, respondiendo a un enfoque muy reciente de la Iglesia, en donde se considera como tal  la resurrección de Jesús y que la obra quedaba completa con la audición por parte del público. Y es así entonces que conocimos a la Violonchelista Adriana Inés Bonaudi y al  Violísta Gabriel Mateos, oriundos ambos de la Provincia de Santa Fe, quienes cuentan con titularidad de cargo de sus respectivos instrumentos en las Sinfónicas Provinciales de Santa Fe y Rosario. Ambos son portadores de muy buen sonido, refinada técnica y estupenda musicalidad, cualidades estas que permitieron que la obra siempre estuviese muy bien encaminada . La sucesión de números va graficando el camino de Jesús al calvario, su crucifixión, muerte y descenso de su cuerpo para ser colocado en el sepulcro. Todos los números parten desde la tonalidad, hay momentos de mayor intensidad e introspección.  Impactó muy fuerte en el público la resolución del fragmento nº 3 (Primera caída de Jesús), lo que motivo un cerrado aplauso tras la interpretación de dicho fragmento  y en lo personal rescato por su progresión dramática e intensidad los fragmentos Nºs 12, 13 y 14 (Muerte, descenso de la cruz y colocación en el sepulcro) con un remate muy efectivo musicalmente hablando para el cierre de este trabajo.

 

  La “Estación 15” fue abordada por el compositor  quien en flauta dulce junto al concurso de una muy buena guitarrista, abordaron una zamba y el muy clásico “Minué” de Anna Magdalena Bach, apropiado para cerrar una sentida evocación.

 

Donato Decina

jueves, 1 de abril de 2021

 

 

 

DISFRUTADO AL AIRE LIBRE

(TODAVIA SE PUEDE)

 

Anfiteatro “Eva Perón” de Parque Centenario, temporada 2021. Concierto a cargo de la Orquesta Estable del Teatro Colón, Solista de Violín y Director: Freddy Varela Montero. Programa. Obras de Dvorak y Mozart (31 de Marzo de 2021).

 

NUESTRA OPINION: BUENO

 

  En estos tiempos tan difíciles y con el permanente entrecruzamiento de informaciones, en donde nada es seguro, lo que hoy se expresa mañana puede ser rebatido y lo que hoy se puede escuchar en vivo hay que aprovecharlo porque quizás mañana ya no se pueda.

 

  Por eso, y por lo que significa escuchar a los Maestros de la Orquesta Estable del Teatro Colón en un repertorio poco convencional, es que el anuncio de un programa con base en repertorio para cuerdas y con la conducción de Freddy Varela Montero desde el primer atril  captó mi atención de inmediato y con los muy buenos oficios de la Oficina de Prensa de Ntro. Primer Coliseo allí estuve. Esta vez la organización fue impecable desde todo punto de vista. El Colón aportó una vez más su personal de sala siempre atento con el espectador y, tal cual lo verifique en el Festival Piazzolla, tanto Inspectores, controles y personal de seguridad asistieron impecablemente a los asistentes.  Fue muy grato el poder estar allí.

 

  El programa se inició con la Serenata para Cuerdas en Mi mayor, Op. 22 de Antonin Dvorak, magnífica composición en cinco movimientos escrita en 1875  la que tenemos escuchada en Ntro. Medio por varias agrupaciones de cuerda pero fundamentalmente por la gran cantidad de versiones que la Camerata Bariloche  ofreció a lo largo de su fructífera historia y de la que hoy Varela Montero es su guía. A la Estable le costó hacer pié en un comienzo. Entiendo que partiendo de la amplificación que hubo en el Anfiteatro, sumado a que los Maestros le fueron tomando el pulso a la versión, el tempi fue algo más lento de lo que habitualmente se escucha, y es ahí en donde afloraron y pudieron percibirse algunas imperfecciones, las que si bien no empañaron en modo alguno el resultado final, fueron nítidas. En el Vals que abarca el segundo movimiento las cosas comenzaron a reacomodarse y ya desde la mitad del Scherzo posterior tuvimos ajuste, empaste y tempi justos,  características que se mantuvieron luego en el Larghetto y en Vivace que cierra la obra, expuestos ambos con justeza y despliegue de matices.

 

  Sabido es que por disposiciones en vigencia no pueden realizarse intervalos y es así que tras la incorporación de los instrumentistas de viento  y bronce indispensables para las siguientes obras, Freddy Varela Montero tomó el micrófono para agradecer al público su presencia en nombre de sus compañeros y el suyo propio y comentar someramente las características de las obras de Mozart que se iban a escuchar, tras lo cual con el Concertino en su doble rol de Solista y Director acometieron con el Rondó para Violín y Orquesta en Do mayor que integra el Nº de catálogo KV. 373, dedicada al Violinista Antonio Brunetti junto con un Adagio y Otro Rondó que conforman una serie de piezas cortas con materiales que pueden ser percibidos también en sus cinco conciertos para el instrumento. Obra de 1781, período medio de su producción, cuenta con detalles de virtuosismo y requiere de sensibilidad para su interpretación. Varela Montero la tuvo y es por eso que pudo apreciarse una muy buena versión rematada por el solista con un exquisito y suspensivo acorde final.

 

  El final nos mostró a un organismo ya asentado en el escenario desarrollando una muy correcta versión de la Sinfonía Nº 29 Kv. 201, ideal para este tipo de conjunto que se presentó aquí. Una introducción muy bien marcada por Varela Montero que da paso a un tema muy chispeante bien llevado por toda la cuerda con un justo apoyo de viento y metal. Un Andante central aquí apenas un poco más lento de lo habitual, bien expresado en el discurso orquestal. Un muy buen “Minuetto” que tuvo chispa y gracia y un gran remate en el Allegro con Spirito de cierre que coronó a una versión muy satisfactoria y que mostró a la Estable en una faceta diferente de su repertorio de la que saco como conclusión que sería muy bueno poder apreciarla en cada concierto de inicio de temporada con este tipo de actividad que permite el ajuste por sectores, buen trabajo y reencuentro entre sus instrumentistas.

 

  El público premió con sostenidos aplausos esta versión, lo que motivó el regreso al escenario de todos y una nueva y también muy buena repetición del Allegro final de la Sinfonía a modo de agradecimiento.

 

Donato Decina