Orquesta
de Cámara en sólido inicio de año
Por Jaime
Torres Gómez
Después de un año
con muchas novedades programáticas tras la llegada de Emmanuel Siffert como Director
Titular, la Orquesta de Cámara de Chile inició el
2023 con un programa magníficamente dirigido por Rodolfo Fischer,
destacado director chileno radicado en Suiza.
Gran interés revestía
presenciar el retorno del maestro Fischer como invitado a esta
agrupación luego de varios años de ausencia, confirmando sus credenciales de
solvencia artística. Por otro lado, gran interés revestían las obras
consultadas, asimismo el alto nivel de la Orquesta de Cámara,
especialmente ahora con un renovado liderazgo artístico con Siffert desde
la titularidad, siendo hoy los conciertos de esta agrupación ineludibles de
asistir…
La presentación
correspondió a la del Teatro California en Ñuñoa,
de formidable acústica y sede de la orquesta. Se inició con la Obertura “La
Bella Melusina” de Félix Mendelssohn, obra poco
frecuentada localmente. De carácter feérico, está basada en los cuentos
de la princesa-hada
Melusina,
quien se intercambiaba una vez a la semana en mitad serpiente o sirena. La
pieza brinda fuerte protagonismo a los clarinetes, que
presentan el primer tema (de Melusina), para
luego expandirse ampliamente con magistrales elementos melódicos y rítmicos.
Gran versión de Fischer y los camaristas, con
certeras exposiciones temáticas y completa fluidez en las líneas melódicas, más
un esmaltado sonido y precisión de ensamble.
Siguiendo con la línea editorial de la Orquesta de Cámara
de Chile respecto la difusión de los compositores nacionales, se
ofreció el Concierto para Orquesta de Cámara, de Gustavo
Becerra. Siendo un compositor de culto y con un amplio catálogo de
obras (muchas estrenadas en otros países), esta pieza, de 1970, no es de lo
mejor en la producción becerriana, fundamentalmente al no presentar
mayor unidad global, siendo los dos últimos movimientos los que concitan mayor
interés. Ubicada hacia el final del denominado “tercer período
creativo” de este compositor, no es posible identificar
claramente los rasgos estilísticos dominantes, siendo, a la postre, una obra
divagatoria (discurso errático), no obstante con debido oficio en lo rítmico y
armónico, más un interesante compendio entre la tonalidad y atonalidad. Buen
trabajo de ensamble e intento dilucidador de la batuta
invitada.
Y con una triunfal versión de la Tercera Sinfonía de Franz
Schubert culminó este primer programa de los camaristas
chilenos. Siendo una obra de juventud (escrita a los 18 años), constituye
una magistral muestra de coherencia discursiva y sentido de proyección
compositiva, con una inteligente asimilación de la tradición en la estructura
de los clásicos más ciertos guiños premonitores hacia
desarrollos posteriores del género sinfonía, desarrollados
después en el romanticismo.
La versión del maestro Fischer acertó en completo
idiomatismo y profundo conocimiento de la obra, obteniendo lo mejor de los
músicos nacionales. Excelente trabajo en calidez de texturas, empáticos tempi,
hermosos fraseos, más un soberbio manejo de las transiciones,
dinámicas y transparencias.
En suma, un sólido inicio de temporada de la Orquesta de
Cámara de Chile, reflejando una amplia versatilidad programática y
magníficamente dirigida por una de las más distinguidas batutas nacionales.
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