Boris Giltburg, Tito Ceccherini y la Filarmónica de Buenos Aires. Perfecta conjunción anoche en la sala del Colón. Créditos: Prensa Teatro Colón, Fotografía del Mtro. Arnaldo Colombaroli,
UN FINAL CON LA
FILARMONICA QUE TODOS QUEREMOS
Teatro
Colón, temporada 2024, Decimonoveno y último concierto de abono a cargo de la
Orquesta Filarmónica de Buenos Aires, Director: Tito Ceccherini. Solista: Boris
Giltburg (Piano). Programa: Obras de Bela Bartok. 30 de Noviembre de 2024.
NUESTRA OPINION: EXCELENTE.
En un concierto que quedará en el recuerdo
para quienes asistimos a la sala del Teatro Colón, la Filarmónica de Buenos
Aires, con la Dirección del Italiano Tito Ceccherini, bien conocido por el
público del Teatro por sus presentaciones en los ciclos “Colón Contemporáneo” y
por su concertación de “Le Grand Macabre” de György Ligeti en el Teatro
Argentino de La Plata, descolló en un programa dedicado a Bela Bartok, figura
fundamental de la música del siglo XX, el que además se vio enaltecido por la
presencia del Pianista Ruso-Israelí Boris Giltburg, igualmente conocido entre nosotros dadas sus
reiteradas presentaciones en Ntro. medio.
El comienzo le correspondió a una brillante
versión de la Suite del Ballet “El Mandarín Maravilloso” del Op. 19, en donde
el gran compositor Húngaro expone los temas más importantes de la obra y en el que Ceccherini logró un
magnífico empaste, precisión de ataques y una magnífica respuesta de todo el
conjunto, el que expuso toda la enjundia de los pasajes más vibrantes. Una
característica que sobresalió durante toda la noche fue la presencia en el
escenario de los solistas que conformaron el “Quinteto Filarmónico” (Claudio
Barile en Flauta, Néstor Garrote en Oboe, Mariano Rey en Clarinete, Gabriel La Rocca en
Oboe y Fernando Chiappero en Corno), a los que bien podríamos sumar a Fernando
Ciancio en Trompeta, quienes aportaron bellísimo sonido en sus respectivas intervenciones.
Ya con la presencia de Boris Giltburg, se
pudo apreciar una magnífica versión del Concierto para Piano y Orquesta Nº 3
indicado en catálogo como Sz. 116. No pudo existir mejor conjunción, tanto por
la impecable labor de Giltburg, portador de caudaloso sonido, técnica impecable
y precisos ataques, como por el formidable acompañamiento que Ceccherini y los
Filarmónicos le brindaron con total entendimiento. Hubo plenitud de sonido, un
segundo movimiento con clima de melancolía, tal como la partitura lo expresa y
un Giltburg brillante y un final pleno de tensión y energía.
Tras la gigantesca ovación y los reiterados
llamados del público, Giltburg ofreció un bis, aunque sin especificarlo, pero
de una transparencia y delicadeza que conquistó una vez más a la concurrencia.
Ya en la parte final, y a exactos ochenta
años de su estreno mundial, La Filarmónica con una espectacular dirección de
Ceccherini brindó una de las mejores versiones que este cronista ha escuchado
del “Concierto para Orquesta” Sz. 119. Aquí a lo largo de sus cinco
movimientos, toda la orquesta fue la protagonista siguiendo cada gesto o
indicación del conductor Italiano. Instantes de supremo brillo otros de
magnífica sonoridad, color, total empaste. Un magnífico homenaje a un gigante y
un cierre perfecto del ciclo de abono.
A mi entender, los últimos cuatro conciertos
del ciclo mostraron a la Filarmónica a pleno, con un sonido de color europeo
constante que no lograba hace muchísimo tiempo y una sostenida respuesta de la
agrupación ante cada desafío. Ojalá pueda profundizarse este camino.
Donato Decina
No hay comentarios:
Publicar un comentario